Redacción
El uso de patiromer ha supuesto un avance significativo en el manejo de la hiperpotasemia en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) e insuficiencia cardiaca (IC). Este quelante del potasio no solo permite un control efectivo de los niveles de potasio, sino que también posibilita la continuidad de otros tratamientos fundamentales, mejorando la salud cardiovascular y renal de los pacientes. Además, su impacto positivo se extiende a todo el sistema sanitario ya que genera un ahorro considerable en costes asociados a complicaciones derivadas de la hiperpotasemia. Se trata, en definitiva, de una herramienta invaluable para el manejo de la hiperpotasemia, mejorando la calidad de vida de los pacientes y optimizando los recursos sanitarios.