Luis de Haro. Director general de iSanidad
Vivimos en un momento crucial para la sanidad. Los avances en los procesos, la tecnología, la asistencia y la investigación farmacológica están cambiando radicalmente el panorama. Sin embargo, estos cambios implican riesgos. De hecho, estamos camino de dar un paso atrás y olvidarnos del futuro. Es imperativo atender a pacientes, profesionales de la salud, sociedades científicas, tecnología sanitaria, laboratorios, administraciones, corporaciones, aseguradoras y prestadores de servicios. Todos deben son parte del futuro del sistema.
Los avances en los procesos, la tecnología, la asistencia y la investigación farmacológica están cambiando radicalmente el panorama
La esperanza de vida ha aumentado significativamente en las últimas décadas, pero el modelo sanitario actual aún está anclado en normas del siglo XX. La morbilidad y las necesidades están cambiando, y es evidente que nuestro sistema no está preparado para enfrentarse estos desafíos contemporáneos. Necesitamos urgentemente introducir nuevos métodos de gestión, ofrecer incentivos adecuados a los profesionales y a las compañías inversoras. Hay que adoptar mejores modelos financieros, más eficientes y eficaces para que no haya ningún paso atrás.
En términos de infraestructura, los centros de salud se han acercado a los pacientes, que en sí es un paso positivo. Sin embargo, no se han tomado en cuenta las necesidades de los profesionales que sostienen el sistema. La falta de un registro adecuado de profesionales, la carencia de análisis sobre las necesidades de médicos especialistas y enfermeras, y los problemas graves en la atención primaria son solo algunos de los aspectos críticos que requieren atención inmediata.
La morbilidad y las necesidades están cambiando, y es evidente que nuestro sistema no está preparado para enfrentarse estos desafíos contemporáneos
Es imperativo realizar análisis exhaustivos y serios de los resultados en salud, de las inversiones económicas, de los modelos de gestión y del uso de los presupuestos. Estos estudios deben ser realizados sin tintes ideológicos y con una visión clara a 5, 10 y 20 años. Sin una proyección sólida del sistema sanitario, no podremos aprovechar adecuadamente la digitalización, la inteligencia artificial o la medicina de precisión. Además, corremos el riesgo de transformar la telemedicina en una medicina distante y deshumanizada.
El objetivo es claro: dar un paso adelante para no dar un paso atrás. Sin embargo, si no actuamos rápidamente, inevitablemente lo haremos. La inacción y la falta de adaptabilidad nos conducirán a un futuro incierto. Cada vez más personas quedarán desatendidas y los costes continuarán en aumento.
El objetivo es claro: dar un paso adelante para no dar un paso atrás
Es momento de tomar decisiones y colaborar para asegurar que el progreso en la sanidad sea inclusivo y beneficioso para todos. Solo así podremos reparar un sistema herido construir un sistema de salud robusto, eficiente y equitativo para las generaciones presentes y futuras.