Algo tiene que cambiar: La hora de la verdad en el Ministerio de Sanidad

Si Yolanda Díaz y Javier Padilla consideran que algo tiene que cambiar, ¿qué va a hacer Mónica García?

Rafael Belmonte Gómez, diputado a Cortes Generales por Sevilla del Grupo Parlamentario Popular y secretario Segundo de la Comisión de Sanidad del Congreso
Las elecciones europeas han sido un terremoto para Sumar (partido de la ministra de Sanidad) con una pérdida dramática de la confianza de los electores. En apenas un año, este partido ha caído de un 18% en las autonómicas y generales a un escuálido 5% en las europeas. Yolanda Díaz, hasta ahora la líder de Sumar, ha dimitido, pero continúa en el gobierno, sin la autoridad que necesita en el partido que la sostiene y que a su vez sostiene al gobierno de coalición. Algo tiene que cambiar.

El partido de la ministra de Sanidad ha pasado a tener un escuálido 5% de representatividad

En este contexto, Mónica García se encuentra como ministra de un proyecto político que parece estar a la deriva, sin un liderazgo claro. Incluso Javier Padilla, secretario de Estado, también de Sumar, reconoció en X (anteriormente Twitter) que “el resultado de Sumar es malo sin paliativos” y “algo tiene que cambiar”. Ha quedado claro que la fuerte exposición mediática de Sumar con el Ministerio de Sanidad no ha dado buenos resultados electorales.

La caída de Sumar no es un simple accidente electoral, sino un reflejo de que su propuesta se está diluyendo. La sociedad no respalda su propuesta. Si el ministerio de Sanidad está en manos del partido socialista, deberá alinearse con el programa socialista. La situación actual indica que el proyecto de Sumar, incluyendo sus políticas sanitarias, está desmoronándose. Ni los pacientes ni los profesionales se merecen una ministra cuyo partido no alcanza el 5% del electorado, es un desprecio para todo el sistema.

Javier Padilla, secretario de Estado, también de Sumar: “El resultado de Sumar es malo sin paliativos” y “algo tiene que cambiar”

Ante la realidad de las elecciones es imperativo recomenzar porque algo tiene que cambiar. El mejor punto de partida es el diálogo abierto con la oposición y con las Comunidades Autónomas. No podemos resolver los problemas del sistema sanitario con meras propuestas ideológicas; es necesario trabajar en conjunto con todos los actores del sistema, sin excluir a nadie. Los desafíos que enfrentamos, como la falta de profesionales, problemas de financiación, la colaboración público-privada y el papel de los pacientes, requieren una atención seria y soluciones colaborativas.

Las urnas han enviado un mensaje claro: algo tiene que cambiar. Si los actuales líderes no están dispuestos a adaptarse y escuchar, serán ellos quienes deban ser reemplazados. Continuar por el mismo camino solo nos llevará a la pérdida de tiempo, de oportunidades y al fracaso. Es el momento de actuar con valentía y visión para construir un futuro más sólido y representativo entre todos

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