Juan León García
La cirugía robótica y, en concreto, la aplicada al campo de la Urología, está marcada por las efemérides. La democratización de los robots (tanto por variedad como por accesibilidad) era casi una utopía cuando se instaló, a principios de siglo, el primer sistema quirúrgico Da Vinci® en los Estados Unidos. Apenas cinco años después, en 2005 la Fundació Puigvert de Barcelona adquirió el primer robot de España y se convirtió en pionera al realizar las primeras intervenciones quirúrgicas mediante cirugía robótica.
Diez años después, en Nueva Delhi, el eminente Dr. Rajesh Ahlawat (uno de los padres de la cirugía robótica en Urología) recibió en 2015 al Dr. Alberto Breda, jefe de la Unidad de Urología Oncológica de la Fundació Puigvert, jefe del Programa del Equipo Quirúrgico de trasplante renal y presidente de la Sección Europea de Cirugía Robótica (ERUS por sus siglas en inglés). Fue el comienzo del programa de trasplante renal robótico en España: “El 9 de julio [de 2015], quince días después de volver de la India, pusimos en marcha el programa en la Fundació Puigvert, e hicimos el primer trasplante renal de donante vivo de España. Esperamos una semana en dar de alta a la paciente. Ni siquiera un mes después estaba publicado en el World Journal of Urology, una revista científica importante a nivel internacional”, relata el profesional.
El Dr. Alberto Breda fue, ese año, el primer cirujano en practicar un trasplante renal robótico de donante vivo en España y se demostraron “las ventajas evidentes” (como la disminución de morbilidades asociadas) lo que conformó un grupo de cirujanos interesados en este innovador procedimiento.
El 9 de julio de 2015, el Dr. Breda se convirtió en el primer cirujano en practicar un trasplante renal robótico de donante vivo en España
A raíz de ese hecho, la cirugía robótica urológica no ha parado de crecer (actualmente en España hay alrededor de 150 robots quirúrgicos, la mayoría en hospitales públicos) y ha marcado un nuevo hito en España hace apenas unas semanas, con el anuncio de la creación de la primera Cátedra Fundació Puigvert de Cirugía Robótica Urológica-Universitat Autònoma Barcelona (UAB). Porque las ventajas de esta técnica quirúrgica, ya contrastadas, deberían de ir acompañadas con una formación adecuada y continua en la actualización de los conocimientos y nuevas funcionalidades que incorporan los robots cirujanos en esta especialidad.
Como director de esta cátedra y del servicio urología Fundació Puigvert, el Dr. Joan Palou, recalca que la formación es un “área importante de desarrollo”. Era clave que estuviese ligado a la entidad, explica, “para que haya una buena tecnología, un método evaluativo y un soporte universitario”. Es decir, con los beneficios de que hoy existen simuladores para practicar antes de llegar a un caso real. Cosa que hace 20 años consistía en prueba y error, y en acumular experiencia.
Por este motivo, adelanta, la Fundació ya trabaja en la mejora de la técnica de los simuladores para realizar ejercicios, tanto en la duración del tiempo de cada prueba como del paso a la siguiente. El énfasis en pulir la técnica permitiría que el cirujano diese antes el salto al paciente.
El Dr. Breda, subdirector de la Cátedra, refrenda la importancia de esta formación. “La idea brillante que tuvimos en Fundació Puigvert fue no solo entrenar a cirujanos expertos sino a las nuevas generaciones de especialistas. Ninguna universidad del mundo enseña a sus estudiantes temas de cirugía robótica. Y los neo-especialistas tienen que completar su formación con estancias formativas o fellowships después de la especialización”, puntualiza.
El Dr. Palou también fue el primer cirujano en realizar una cirugía radical de vejiga (cistectomía robótica) en 2008
La sociedad europea lleva años como referente de distintos programas formativos, a los que acuden profesionales de todo el mundo. Y avanza que, en el futuro, el concepto de esta cátedra tendrá cabida en cirugía ginecológica, general, bariátrica u otros ámbitos. “Es una cosa pionera en el mundo, dado que vamos a entrenar no solamente a gente formada sino a gente que está en formación”, precisa el Dr. Breda.
Esta Cátedra además se centra, amplía el Dr. Palou, en “ir creando estándares” para que el método de docencia esté más equilibrado y conseguir así cualificar y cuantificar de una forma específica. En paralelo, y aunque no haya hecho más que despegar, la cátedra avanza hacia la fase de actualización de los conocimientos. Porque hay muchas áreas de mejora en la implantación de la cirugía robótica en urología: “Reconstructiva, pediátrica, trasplante renal…” son algunas de las que menciona el urólogo. Eso en la adquisición de conocimientos; además, se pule la posición del robot o se realizan mejoras en la parte técnica.
Los beneficios de la robótica en cirugía urológica
La trayectoria del Dr. Palou también está marcada por ser el primer cirujano en realizar una cirugía radical de vejiga (cistectomía robótica), allá por 2008. “Una de las cirugías más complejas y de más larga duración en Urología (entre 3 y 6 horas de cirugía), que es la que lleva más complicaciones”, detalla.
La llegada de la robótica ha permitido además que estas cistectomías se realicen dentro del individuo, es decir, reduciendo la invasividad. Otro aspecto importante es la disminución del sangrado, con menos trasfusiones, del que ya se ha recopilado suficiente evidencia científica. En concreto, apunta el Dr. Breda, desde el grupo de trabajo específico de la ERUS se ha ido aportando más conocimiento con medio centenar de abstracts presentados en diferentes congresos internacionales; la base de datos ya abarca más de mil casos de trasplante renal robótico recopilados entre los 12 centros participantes.
A su vez, también se ha demostrado que la cirugía robótica reduce la estancia hospitalaria “en uno o dos días”. En concreto, en España la estancia media es de 10 a 12 días. En la Fundació, el tiempo medio oscila entre los 6 y los 8 días. Tiene que ver con que el procedimiento permite una mejor y más pronta recuperación.
Telecirugía, el futuro de la robótica
Como recuerda el Dr. Breda, las novedades y todo el desarrollo tecnológico han cambiado en cien años “de manera exponencial”. Si hace un siglo, aparecía una novedad cada cinco años, hace 50 años, este tiempo se redujo a un año. Hoy, “las novedades se aplican de forma diaria”. Si bien no se aventura a predecir a cuánto se reducirá en el futuro, sí cree que en unos años “ya no se opere como ahora, sino en telecirugía”. Con la posibilidad de que desde el mismo despacho médico se pueda realizar la intervención mediante una consola y a miles de kilómetros de distancia.
Por lo pronto, el presidente de la ERUS, Dr. Breda, adelanta que en el próximo congreso de la sociedad científica que se celebrará en septiembre en Bourdeaux (Francia), presentará casos de uso con tecnología 5G. En un plazo reducido, la previsión es que se incorpore la tecnología 6G. Y ya comienza a despuntar la inteligencia artificial (IA) en los quirófanos, junto a la robótica y los autómatas.
En este sentido, la Fundació Puigvert apuesta por la introducción de estas herramientas innovadoras en los quirófanos. De los cuatro con los que cuenta la institución, la mitad son robóticos. Y con la previsión de abrir otros dos más que incorporen la robótica. “Quiere decir que es el presente y el futuro de la institución”, finaliza.