Expertos del Icomem analizan el rol del microbioma intestinal en la salud y enfermedad

El análisis del microbioma necesita aún más investigaciones clínicas y desarrollos tecnológicos para su plena implementación en la práctica clínica

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Microbiota, good bacteria in human intestine
Redacción
El Comité Científico del Icomem sobre COVID-19 y patógenos emergentes ha publicado un nuevo documento de opinión acerca del microbioma humano intestinal y su papel en la salud y la enfermedad.
“El microbioma, especialmente el intestinal, es considerado el único órgano anatómico que no había sido estudiado adecuadamente. El descubrimiento de que ciertos microorganismos contribuyen significativamente al estado de salud ha puesto de moda el tema, aunque las aplicaciones prácticas inmediatas pueden ser algo exageradas en este momento”, comenta el Dr. Emilio Bouza, presidente del Comité.
Por ello, más de 15 especialistas de diversas áreas han analizado la bibliografía disponible sobre la microbiota y su implicación en la salud y la enfermedad, con el objetivo de proporcionar una guía resumida y estructurada para médicos y la población en general.

Dr. Bouza: “El microbioma, especialmente el intestinal, es considerado el único órgano anatómico que no había sido estudiado adecuadamente”

Así, el documento pretende ser una referencia, exponiendo los hallazgos más relevantes de los últimos años y diferenciando aquellos con mayor evidencia científica de otros que aún requieren más investigación para confirmar su posible aplicación clínica.
Según se detalla en la publicación, “el análisis del microbioma tiene el potencial de revolucionar muchos aspectos de la atención médica, desde el diagnóstico y tratamiento hasta la prevención. Sin embargo, aún se encuentra en una etapa temprana y se necesitan más investigaciones clínicas y desarrollos tecnológicos para su plena implementación en la práctica clínica”.
Además, el Dr. Bouza incide en que “todavía no se debe recomendar el análisis del microbioma en la práctica clínica porque carecemos del conocimiento necesario para su interpretación”.
Aunque existen muchas relaciones potenciales entre la microbiota y la enfermedad, solo está confirmada una clara relación entre las alteraciones de la microbiota intestinal y los episodios recurrentes de infección por Clostridioides difficile.
“Aunque hay muchísimas relaciones potenciales entre la microbiota y la enfermedad, solo en el caso de la infección por Clostridioides difficile se ha evidenciado una causalidad. Por ejemplo, algunos profesionales utilizan el análisis de la microbiota para abordar el SIBO, pero esta enfermedad no tiene una confirmación diagnóstica basada en la microbiota, debido a las deficiencias en la metodología de estudio”, sostiene el Dr. Bouza.

Dr. Bouza: “Todavía no se debe recomendar el análisis del microbioma en la práctica clínica porque carecemos del conocimiento necesario para su interpretación”

Por esta razón, los expertos recuerdan que actualmente no debe recomendarse el análisis del microbioma en la práctica clínica, ya que carecemos del conocimiento necesario para traducir los resultados en decisiones clínicas”.
“Con los estudios actuales iremos clarificando muchas cosas en el futuro. Pero hoy por hoy, no se puede deducir de un examen de la microbiota ninguna causalidad de enfermedades. Por ello, queremos transmitir una idea de prudencia en la interpretación de los resultados de los tests de la microbiota intestinal y su aplicación a la clínica”, añade el experto.

Trasplante de microbiota fecal

Entre las intervenciones terapéuticas dirigidas al microbioma intestinal, el trasplante de microbiota fecal (TMF) ha atraído el interés de las comunidades científica y clínica. Su uso se ha documentado en al menos 85 enfermedades, con resultados heterogéneos.
La mayor parte de la experiencia clínica del TMF proviene del tratamiento de la infección recurrente por Clostridioides difficile (R-CDI), donde ha demostrado tasas de éxito elevadas (alrededor del 90 %) tanto en ensayos clínicos randomizados como en largas series de casos.
De hecho, diferentes guías de tratamiento, como las de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (Eccmid), las de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) o de la Sociedad Americana de Epidemiología Sanitaria (SHEA), recomiendan esta técnica.
Así, esta terapia se propone como una intervención terapéutica de gran potencial en la prevención o tratamiento de muchas enfermedades, aunque la única indicación clínica actual es el tratamiento de la infección recurrente por Clostridioides difficile. No obstante, aún debe seguir investigándose para desvelar los mecanismos de acción y seguir actualizando las directrices del TMF a escala internacional.

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