Fátima Del Reino
El Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación de mosunetuzumab (Lunsumio) como tratamiento de pacientes adultos con linfoma folicular en recaída o refractario y que hayan recibido al menos dos terapias sistémicas previas. Este tratamiento es el primer y único anticuerpo biespecífico aprobado y financiado en España por el Sistema Nacional de Salud (SNS) para estos pacientes, de administración finita y disponible en el hospital.
Además, es un tratamiento libre de quimioterapia del que se podrían beneficiar potencialmente los 2.000 pacientes que se diagnostican al año de linfoma folicular, el más común de tipo indolente de linfoma no Hodgkin (LNH) y el segundo linfoma más frecuente de España. También supone aproximadamente uno de cada cinco casos de linfoma no Hodgkin.
“La disponibilidad de mosunetuzumab viene a cubrir una necesidad terapéutica en el linfoma folicular”
A pesar de los avances, el linfoma folicular continúa considerándose una enfermedad incurable y las recaídas son frecuentes, con resultados que empeoran en cada tratamiento consecutivo. Por eso, el objetivo terapéutico en estos pacientes es aumentar la supervivencia global con una buena calidad de vida.
Para el Dr. Juan Manuel Sancho, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Trías i Pujol ICO Badalona y coordinador del Grupo de Trabajo de Linfomas Indolentes en Geltamo, “esto implica que los nuevos tratamientos, además de ser eficaces, deberían tener un mejor perfil de toxicidad respecto a los convencionales, que se han basado clásicamente en quimioterapias citotóxicas. La disponibilidad de mosunetuzumab viene a cubrir una necesidad terapéutica en el linfoma folicular, concretamente en aquellos que sufren dos o más recaídas y que, por lo tanto, ya han recibido con toda probabilidad pautas de quimioterapia en los tratamientos previos”.
“Esta duración evita que los pacientes tengan que estar recibiendo un fármaco cuando ya ha conseguido la respuesta”
Mosunetuzumab es un tratamiento que se administra en el ambulatorio, sin ingreso del paciente, cada 21 días mediante infusión y, después, el paciente se puede ir a casa. Cuando se administra la octava y última dosis, se hace una evaluación al paciente y, si este ya está en remisión completa, se paraliza la administración del fármaco.
“Esta duración evita que los pacientes tengan que estar recibiendo un fármaco cuando ya ha conseguido la respuesta. Además, así se evitan toxicidades, porque también cuentan las toxicidades que se acumulan de los tratamientos anteriores. En caso de recaída, se puede volver a utilizar, consiguiéndose respuestas en un porcentaje muy alto”, ha señalado el Dr. Sancho durante la rueda de prensa de este jueves.
“En caso de recaída, se puede volver a utilizar, consiguiéndose respuestas en un porcentaje muy alto”
Con relación a su mecanismo de acción, el Dr. Sancho ha explicado que el anticuerpo se une a los linfocitos del paciente y a las células tumorales, aproximando los primeros a las segundas, de tal manera que la célula linfoide destruye a la célula tumoral sin destruir otras células benignas, “que es uno de los efectos dañinos que tiene la quimioterapia sobre células sanas “.
La edad promedio de diagnóstico actual del linfoma folicular es de 60 años. “La incidencia está aumentando y casi alcanza al número de casos nuevos del linfoma B difuso de células grandes, el linfoma más común en España. Asimismo, como los pacientes recaen, te encuentras tanto con pacientes nuevos como con aquellos que están recayendo”, ha concretado.
“La incidencia está aumentando y casi alcanza al número de casos nuevos del linfoma B difuso de células grandes, el linfoma más común en España”
Esta aprobación se ha basado en los resultados positivos de un estudio en el que han participado cuatro hospitales españoles: Vall d’Hebron de Barcelona, Clínica Universitaria de Navarra, La Paz de Madrid y el Clínico de Salamanca. El estudio alcanzó su objetivo primario, mostrando altas tasas de respuesta completa y respuesta objetiva, un 60% y 80% respectivamente, y un perfil de seguridad favorable en pacientes con FL muy pretratados.
Los datos del análisis de seguimiento a tres años mostraron respuestas duraderas mantenidas en el tiempo y un perfil de seguridad manejable tras el tratamiento, presentando una mediana de supervivencia libre de progresión de 24 meses. Se estima que el 72,7% de los pacientes con una RC seguían con vida y sin progresión de la enfermedad 30 meses después de su primera respuesta.