Redacción
Madrid fue testigo la semana pasada de la IX Reunión de Bioética y Profesionalismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Bajo el lema Reflexiones éticas ante la Inteligencia Artificial y las Nuevas Tecnologías, el encuentro reunió a internistas de todo el país en la SEMI. Se debatieron los profundos impactos de la inteligencia artificial (IA) y las nuevas tecnologías en la práctica clínica de la Medicina Interna. El encuentro fue dirigido por el Dr. Manuel Méndez, secretario general de la SEMI, y el Dr. Antonio Blanco, coordinador del Grupo de Bioética y Profesionalismo de SEMI.
La IA en Medicina Interna está transformando la relación médico-paciente, la privacidad de los datos y la responsabilidad profesional
En una de las mesas de debate se exploró el binomio de la IA y la ética clínica en la Medicina Interna. Se abordó cómo estas innovaciones están transformando la relación médico-paciente, la privacidad de los datos y la responsabilidad profesional. El Dr. Antonio Blanco destacó que uno de los principales retos éticos de la IA es la privacidad. La necesidad de grandes cantidades de datos para entrenar sistemas de IA plantea riesgos significativos para la confidencialidad. “Cuantos más datos se tengan, más seguros serán los sistemas de inteligencia artificial, con menos sesgos, pero mayor riesgo habrá de vulnerar la confidencialidad”, afirmó.
Además de la privacidad, otros dilemas éticos incluyen la responsabilidad en la toma de decisiones asistidas por IA y la necesidad de supervisión humana. La transparencia de los algoritmos, especialmente en sistemas de caja opaca (‘black box’), es otra preocupación crítica. “No se conoce con exactitud cómo los sistemas de deep learning son capaces de llegar a acertar en el reconocimiento de ciertos patrones y resulta que funcionan mejor cuanto menos explicables son“, señaló Blanco. Esto plantea desafíos para la aceptación por parte de los pacientes, quienes pueden desconfiar de tecnologías cuyo funcionamiento es difícil de comprender.
Dr. Antonio Blanco: “No se conoce con exactitud cómo los sistemas de deep learning son capaces de llegar a acertar en el reconocimiento de ciertos patrones y resulta que funcionan mejor cuanto menos explicables son”
La IA ya está asistiendo a los profesionales de medicina interna en la interpretación de electrocardiogramas, pruebas de imagen y diagnósticos basados en historial clínico. Además, la IA puede ayudar a seleccionar tratamientos personalizados para enfermedades complejas como el cáncer, basándose en la farmacogenómica del paciente. “Los beneficios son evidentes: más precisión y en menos tiempo“, explicó el Dr. Blanco.
Sin embargo, la implementación de IA también conlleva riesgos, como la posibilidad de que los médicos deleguen en exceso las decisiones en la tecnología. Esto podría llevar a una alienación profesional y a una disminución en la calidad de la relación clínica. “Asumir o delegar las decisiones en la IA, supondrá un quiebre definitivo en la relación clínica y una ruptura de la confianza“, advirtió Blanco.
La implementación de IA también conlleva riesgos, como la posibilidad de que los médicos deleguen en exceso las decisiones en la tecnología
Para integrar la IA de manera ética y efectiva en la medicina, es crucial capacitar a los médicos internistas en el uso de estas tecnologías. “Si aspiramos a la aplicabilidad ética de sistemas de inteligencia artificial en nuestro ámbito de trabajo, tendremos que conocer cómo funcionan estos sistemas, cuáles son sus riesgos y a qué elementos decisionales tenemos que prestar atención“, explicó el Dr. Blanco. Asimismo, enfatizó la necesidad de que los ingenieros informáticos también se formen en bioética, integrando conceptos de equidad, justicia y dignidad en sus proyectos. “Los internistas, con esa idea de atención integral y humanística, quizás somos los profesionales sanitarios mejor posicionados para liderar esta revolución tecnológica“, concluyó.
En el evento participaron instituciones como la Plataforma de Organización de Pacientes (POP), el Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés, y varias universidades. Todo esto subraya la importancia de un enfoque colaborativo y multidisciplinario en la integración de la inteligencia artificial en la medicina.
