Un estudio de Reino Unido sugiere que los médicos de cabecera paguen impuestos por recetar ciertos antibióticos

Se han valorado dos tipos de impuestos: un impuesto porcentual sobre todos los antibióticos y una cantidad fija por unidad de medicamento

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Paula Baena
Imponer impuestos a los médicos de cabecera sobre ciertos antibióticos podría ser una estrategia efectiva para combatir la creciente amenaza de la resistencia a los antibióticos en los humanos, según un estudio reciente del Centro de Política de Competencia de la Universidad de East Anglia, la Universidad de Loughborough y E.CA Economics de Reino Unido.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una amenaza global significativa que causa aproximadamente 700.000 muertes al año. De hecho, el informe Review on Antimicrobial Resistance ha advertido que, si no se controla, podría poner en peligro 10 millones de vidas al año y causar una pérdida económica de 93 millones de euros para 2050.

El uso humano de antibióticos, impulsor de la resistencia a los antimicrobianos

El principal impulsor de la resistencia a los antimicrobianos es el uso humano de antibióticos, y en el Reino Unido, la mayoría de estos se recetan a través de médicos de cabecera.

Los antibióticos se clasifican en espectro estrecho o amplio. Los de espectro estrecho se dirigen a bacterias específicas y ayudan a frenar la resistencia, pero requieren conocer el organismo causante de la infección. En cambio, los antibióticos de amplio espectro se utilizan cuando se desconoce el organismo, exacerbando así la resistencia.

Por ello, el informe del gobierno del Reino Unido de 2016 recomendó realizar pruebas de patógenos antes de recetar y usar medicamentos de espectro estrecho cuando fuera apropiado. No obstante, las pruebas, costosas o lentas, conducen a la prescripción excesiva de antibióticos de amplio espectro, contribuyendo así a los niveles de RAM.

Impuesto a los médicos de cabecera

El estudio La resistencia a los antibacterianos y el costo de afectar la demanda: el caso de los antibióticos en el Reino Unido ha sido publicado en el International Journal of Industrial Organization. En él, los economistas han evaluado la viabilidad de imponer un impuesto a los médicos de cabecera por utilizar medicamentos de amplio espectro.

De esta manera pretenden que el costo de estos medicamentos aumente más allá del monto del impuesto. Así se incentivará el uso de fármacos de espectro reducido y reducirá el tiempo y costo de las pruebas.

El profesor Farasat Bokhari, coautor del estudio, ha señalado que “la resistencia a los antibióticos es una cuestión crucial y una prioridad para la política sanitaria del Reino Unido. Podría ser la próxima bomba de tiempo en el sistema sanitario. Nuestro análisis muestra que imponer impuestos a los antibióticos de amplio espectro podría fomentar el uso de antibióticos de espectro reducido, aunque tiene implicaciones en términos del costo total para la sociedad”.

Los investigadores, además, han destacado que estas políticas fiscales deben permitir exenciones en casos de gravedad de la enfermedad, certificadas por los médicos. También reconocen que, en situaciones urgentes, donde no es posible esperar una prueba diagnóstica precisa, puede ser difícil cambiar de un antibiótico de amplio espectro a uno de espectro reducido.

El estudio ha analizado 10 años de datos de ventas mensuales de antibióticos

El informe ha analizado 10 años de datos de ventas mensuales de antibióticos en farmacias del Reino Unido y ha utilizado modelos económicos para evaluar los patrones de sustitución entre diferentes antibióticos, junto con el impacto de los precios, la estacionalidad, el espectro y otras características de un medicamento en su demanda.

Así, se han valorado dos tipos de impuestos: un impuesto porcentual (5% o 20%) sobre todos los antibióticos, específicamente sobre antibióticos de amplio espectro conocidos por contribuir significativamente a la resistencia (amoxiclav, quinolonas y cefalosporinas), y una cantidad fija por unidad de medicamento.

De esta manera, un impuesto del 20% sobre todos los antibióticos reduce su uso total en un 12,7%, pero solo reduce el uso de los antibióticos de amplio espectro más problemáticos en un 29,4%. Este impuesto provoca una pérdida de bienestar del consumidor de 379 euros por cada 1.000 personas, equivalente a unos 23,5 millones de euros al año en el Reino Unido.

Un impuesto del 20% sobre los antibióticos de amplio espectro reduce su uso en un 37,7%

Sin embargo, si el mismo impuesto se aplica solo a los antibióticos de amplio espectro que más contribuyen a la resistencia, su uso se reduce en un 37,7%, y el uso general de antibióticos se reduce solo en un 2,38%, ya que la mayoría de los pacientes cambian a fármacos de espectro reducido.

El Dr. Weijie Yan de E.CA Economics y coautor del estudio, ha explicado que “aunque la pérdida de bienestar del consumidor es significativa, es relativamente pequeña en comparación con los costos sociales previstos de la resistencia a los antibióticos en términos de muertes y pérdidas económicas. Nuestras simulaciones muestran cómo la demanda se desplaza del espectro amplio al estrecho y a qué costo, pero no calculan los beneficios a largo plazo de cambiar a medicamentos con menor impacto en la RAM. Es evidente que la pérdida de bienestar estimada es mucho menor que los costos globales previstos, por lo que vale la pena considerar estos remedios para fomentar el uso de medicamentos de espectro reducido”.

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