Paula Baena
Entre 2015 y 2022, la rama de Ciencias de la Salud ha experimentado el mayor crecimiento en matrícula en España, con un aumento del 14%. Este incremento es seguido por Arquitectura e Ingeniería, con un aumento del 5%, y las Ciencias Sociales y Jurídicas, con un incremento del 28%. Por otro lado, las ramas de Artes y Humanidades y Ciencias han visto reducciones en sus cifras de matrícula, disminuyendo un 43% y un 19%, respectivamente. Este patrón refleja una inclinación hacia campos de estudio que ofrecen mayores perspectivas de empleabilidad y desarrollo profesional en el mercado laboral actual, según el informe UEC 2024 elaborado por la CRUE.
El informe muestra cómo, en los últimos años, el perfil socio académico del estudiante universitario en España ha experimentado cambios significativos debido a una variedad de factores demográficos, económicos y sociales, destacando varios aspectos cruciales que determinan la demanda y características de los estudiantes que ingresan a la educación superior.
Las universidades no presenciales han tenido un descenso del 15%
A su vez, el comportamiento de la matrícula también varía según el tipo de universidad y la modalidad de enseñanza. Las universidades presenciales han registrado un aumento del 55% en su matrícula, mientras que las universidades no presenciales han tenido un descenso del 15%. En particular, las universidades privadas han mostrado un crecimiento significativo tanto en la docencia presencial (53%) como en la no presencial (718%).
Aumento de presencia femenina
La presencia de la mujer ha aumentado en todas las instituciones, con una notable excepción en la UNED, donde ambos géneros han experimentado retrocesos. Las universidades privadas no presenciales han visto una participación femenina que supera el 61% en el curso 2022/23, reflejando una mayor flexibilidad y adaptación a las necesidades de este grupo demográfico. Además, en términos generales, las mujeres han aumentado su participación en un 108%, mientras que los hombres han experimentado un retroceso del 38%. Así, estas cifras han derivado en una mayor presencia femenina en las universidades, alcanzando un 57,7% del total de matriculados.
Además, uno de los factores primordiales que influye en la demanda de educación universitaria es la evolución demográfica. Desde 1998 hasta 2022, la población residente en España ha aumentado un 191%, aunque la población menor de 19 años ha crecido solo un 65%.
En contraste, la población mayor de 65 años ha aumentado un 458%. Estos cambios demográficos han llevado a una disminución significativa en la población en edad de ingresar a la universidad (15 a 19 años), que ha registrado un descenso del 157% en las últimas dos décadas.
La cifra total de estudiantes matriculados ha aumentado un 41%
A pesar del descenso en la población joven, la matrícula universitaria ha mostrado un comportamiento distinto. Entre los cursos 2015/16 y 2022/23, la cifra total de estudiantes matriculados ha aumentado un 41%. Además, cabe remarcar que este incremento ha sido desigual entre géneros y grupos de edad.
Asimismo, en términos de edad, el grupo de 18 a 21 años ha crecido un 167%. Sin embargo, los grupos de mayor edad (22 a 25, 26 a 30, y más de 30 años) han registrado descensos en su participación relativa en la matrícula universitaria, lo que sugiere una tendencia hacia una mayor incorporación temprana a los estudios universitarios.
De esta manera, el análisis del perfil socio académico del estudiante universitario en España revela una serie de tendencias importantes. A pesar del envejecimiento de la población y la disminución en la franja de edad típica para el ingreso universitario, la demanda de educación superior sigue siendo robusta, especialmente entre las mujeres y los jóvenes de 18 a 21 años. Las preferencias por ciertas ramas de conocimiento y el aumento de la matrícula en universidades privadas destacan la evolución de las expectativas y necesidades de los estudiantes.
Así, estos cambios reflejan no solo la adaptación del sistema universitario a las nuevas realidades demográficas, sino también la creciente valoración de la educación superior como un medio para el desarrollo personal y profesional en la sociedad española.