La terapia asistida con animales, crucial en la humanización del tratamiento del cáncer infantil

La terapia impacta positivamente en el estado emocional y social de los niños afectados por el cáncer

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Paula Baena
El cáncer infantil representa uno de los desafíos más sensibles y urgentes en la medicina moderna. Cada año, miles de familias alrededor del mundo enfrentan la realidad de un diagnóstico de cáncer. En este contexto, el Dr. Luis Madero López, jefe de Servicio del Hospital Universitario QuirónSalud Madrid y Hospital Infantil Universitario Niño Jesús explica en Doryos la importancia de la terapia asistida con animales en la lucha contra esta enfermedad.

El oncólogo explica el interés de esta terapia con animales respecto a la humanización de la oncología pediátrica. Así, esta modalidad no farmacológica emerge como un pilar clave en la humanización del cuidado integral de los pacientes más jóvenes afectados por esta enfermedad.

La humanización en la oncología pediátrica tiene como objetivo central colocar al paciente y a su familia en el epicentro de la atención médica. En este contexto, la terapia asistida con animales, que involucra actividades con perros especialmente entrenados, desempeña un papel fundamental. El Dr. Madero destaca, además, que esta forma de terapia no presenta riesgos farmacológicos, ya que la única precaución necesaria que se debe tomar es asegurar que los perros estén libres de enfermedades.

Alivio del dolor y mejora del estado emocional

Además, todos los niños que enfrentan el cáncer pueden potencialmente beneficiarse de esta terapia, con excepción de aquellos sometidos a trasplante de médula ósea o que están experimentando neutropenia febril severa. Además, según explica, los beneficios fisiológicos de la interacción con perros en estos niños son claramente reconocibles: se observa una disminución en la frecuencia cardíaca y respiratoria, alivio del dolor y una mejora en el estado emocional gracias a la liberación de hormonas como la oxitocina y las endorfinas, además de una reducción en los niveles de cortisol.

De esta manera, el Dr. Madero resalta la importancia de integrar estas terapias complementarias en el tratamiento oncológico pediátrico. Así, a través de este enfoque integral se pretende respaldar a los jóvenes pacientes y sus familias a lo largo de todo su tratamiento. Además, el oncólogo menciona cómo desde la Fundación Aladina los perros visitan a niños hospitalizados y ambulatorios, proporcionándoles un momento de distracción y alegría. La iniciativa, además, no busca solo entretener a los niños, sino también ofrecerles un respiro emocional y social en un entorno hospitalario muchas veces complicado.

En conclusión, la terapia asistida con perros emerge como una herramienta invaluable en la oncología pediátrica, ofreciendo beneficios tangibles que van más allá de lo físico, impactando positivamente en el estado emocional y social de los niños afectados por el cáncer.

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