El médico de familia rural, contento con su vocación, pero obligado a exiliarse por las condiciones laborales

La SEMG denuncia la falta de incentivos para ejercer, que repercuten en la dificultad para cubrir plazas. La falta de reconocimiento, los obstáculos para conciliar y la poca visibilización de este oficio entre los estudiantes de Medicina achacan a la medicina en áreas de difícil cobertura

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Juan León García
Ocho de cada diez médicos de familia rurales aman su oficio y desean seguir trabajando en estas zonas. Incluso a pesar de la falta de incentivos y las dificultades asociadas a sus tareas. Los datos, recogidos en una encuesta a 3.567 médicos elaborada por la Vocalía de Médicos de Atención Primaria Rural del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom), sirven para ilustrar la situación de este grupo de profesionales. El 60% de ellos debe trasladarse a diario para ir a su puesto de trabajo. Casi uno de cada dos (45%) tienen que trasladarse más de 50 kilómetros diarios para llegar a su centro de salud. De ellos, un 25% se ve obligado a hacerse más de 100km. Y un 5%, más de 200 km para prestar asistencia sanitaria.

“Actualmente, se estima que hay entre 11.000 y 15.000 médicos rurales en el país. Sin embargo, aproximadamente 4.500 de ellos se jubilarán en los próximos cinco años, lo que representa casi un tercio del total”, recuerda el Dr. Albert Foo, médico rural, responsable del Grupo de Trabajo de Medicina rural de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y presidente de SEMG Galicia.

Pero son situaciones, a priori, desconocidas entre las nuevas generaciones de médicos. De ahí que uno de los grandes objetivos de la sociedad científica, en palabras del Dr. Foo, es “lograr el conocimiento de la medicina rural. Es la gran desconocida”. Por este motivo, fue uno de los temas centrales del 30º Congreso nacional de la SEMG, donde además de visibilizarla se anunció la puesta en marcha de un Observatorio del que el propio facultativo será el encargado de coordinar.

Desde la sociedad científica avisan que en los próximos cinco años se jubilarán 4.500 médicos rurales, lo que supone casi un tercio del total

“El problema no es el trabajo, es la falta de reconocimiento, de consideración, de apoyo”, señala con conocimiento de causa. La mayoría de los profesionales encuestados (el 90%) reconocía también que no recibe remuneraciones económicas por esos traslados de grandes distancias, ni tampoco apoyo desde el punto de vista administrativo (80%). Todo ello lleva a afirmar al 27% que en el próximo concurso de traslados es muy probable que elijan centros más cercanos a la ciudad.

“Es un problema complejo”, analiza la Dra. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta nacional de SEMG. Entre los aspectos detectados, hace falta un mayor reconocimiento; una redistribución de los centros de salud que respondían a un problema de “hace 20 o 30 años”. Razón de más para que inste a que se utilicen los recursos humanos “de la mejor manera posible”: a través de formación y soporte al profesional rural. También con mayores recursos económicos para dar la mayor cobertura asistencial posible.

“Todos nos tenemos que esforzar ahí. Y explicarle a nuestros jóvenes que eso tiene un valor añadido profesional y personal, y que no penalice”, ahonda la Dra. Ledo. Al respecto, el presidente de SEMG Galicia precisa que la encuesta arroja un 20% de profesionales que son tutores y que el 50% son colaboradores docentes. La sociedad científica, reconocen ambos durante una rueda de prensa, trabaja para “vincular” a los médicos jóvenes y MIR.

Lograr el reconocimiento de la medicina rural y el vínculo de los médicos jóvenes, principales objetivos de la SEMG

Iniciativas exitosas ya hay, adelanta el Dr. Foo, impulsor hace año y medio del aula de ecografía clínica que ha traído hasta un pueblo de la comarca de Verín (Ourense) a residentes de Asturias, Canarias o Madrid. “Tengo residentes vinculados hasta 2026”, celebra.

Por su parte, la Dra. Ledo apuesta por la “rotación rural”, ya prevista en los tres o cuatro próximos años. Consistiría en una estancia de en torno a un trimestre en estas zonas, para que las conozcan, se vinculen y acrediten. “Los residentes que trabajan en zonas rurales son los que salen con mayor satisfacción”, destaca.

Según los datos del trabajo del Cgcom, el perfil de médico rural es equitativo entre sexos: 55% son mujeres y el 45% restante, hombres.

De la consulta a la comunidad

“Un médico rural no se puede limitar a tener una consulta, su trabajo va más allá, a la comunidad”, enfatiza la Dra. Ledo. Por eso, alerta de que se daban situaciones durante su época como médica rural en la que, tras cuatro OPE, “la plaza seguía sin estar cubierta”.

En la actualidad, la aparición de nuevas tecnologías puede mejorar la situación de estos profesionales, si bien nunca sustituirlos, responde la presidenta de la SEMG. En el caso de la inteligencia artificial (IA), no cree que sea difícil “que llegue a las consultas rurales. A día de hoy, con una simple cámara de videoconferencia se puede hacer telemedicina desde cualquier centro”.

Si bien hace falta invertir en más equipamiento para los PAC, como herramientas de prevención y sistemas diagnósticos, para adecuar los centros de salud rurales “a las necesidades de la población”.

Por parte de las sociedades científicas, hace autocrítica: “somos responsables de no haber apoyado lo suficiente a la medicina rural”. En este sentido, la SEMG acreditará en septiembre a siete unidades rurales en Galicia para seguir otorgando más peso al papel de estos clínicos.

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