“Es fundamental conocer las dinámicas sociales para implantar políticas de salud pública y One Health”

El médico, epidemiólogo, profesor universitario e investigador Manuel Franco centra su trabajo en la actualidad en las desigualdades latentes y cómo el enfoque Una Sola Salud podría contribuir a reducirlas

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Juan León García
El éxito de que el enfoque One Health cale de forma transversal será gracias, en gran parte, a la investigación asociada en salud pública. Lo sabe bien Manuel Franco, profesor e investigador en Salud Pública en Epidemiología en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) y la Johns Hopkins University (Baltimore, Estados Unidos), con varias décadas analizando el impacto de las desigualdades sociales, en especial, en áreas urbanas. Conocimiento que plasmó durante su participación en una jornada de innovación y sostenibilidad organizada en Madrid a principios de julio por Boehringer Ingelheim, y donde atendió a iSanidad.

En el ámbito académico e investigador, ¿dónde se está poniendo el foco principalmente en One Health y sus aplicaciones en diferentes escenarios en salud?
Ahora mismo hay dos grandes retos sociales que tienen que ver con la salud: la desigualdad social con respecto a salud y la crisis climática y la salud. Cuando hablamos de One Health, o de Planetary Health (salud global), estamos pensando en que la salud humana no depende solo del mundo, y mucho menos ya del individuo.

También depende del medioambiente, de la ecología del lugar en donde vivimos. Esta puede ser la salud animal o la del entorno, pero queremos llevarlo más allá. Cada día queda más claro porque hay más conocimiento respecto a los impactos ambientales y cómo repercuten en la salud.

En mi caso, seguimos trabajando mucho en la salud urbana. Es decir, en cómo las ciudades impactan para bien o para mal en las personas que vivimos en las ciudades y, por lo tanto, es un ámbito fundamental en investigación. Pero muy complejo.

“La salud urbana, entender cómo las ciudades impactan en las personas que vivimos en ellas, es un ámbito fundamental en investigación, pero muy complejo”

En este acto, hemos hablado de la salud mental como pata fundamental de la salud en general y la salud pública, en particular. Sumada a las enfermedades más prevalentes, que son las que nos ocupan porque son las que tienen más morbilidad y más mortalidad y nos gastamos más dinero en ellas. Al fin y al cabo, el entorno ambiental o social es el que está determinando la salud hoy en día. Y es ahí donde cada día tenemos más conocimiento.

¿En qué estudios o investigaciones está embarcado actualmente en relación con el enfoque One Health?
Una cosa que me interesa mucho y voy a desarrollar ahora es cómo la crisis climática y los diferentes aspectos de esta se relacionan con la población y la salud de esta en las ciudades. Es algo que cada vez estamos estudiando más. Por ejemplo, en el ámbito de salud mental.

Pero también hemos trabajado cómo las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, se relacionan con enfermedades crónicas prevalentes y morbilidad y mortalidad. Creo que este es uno de los retos que tenemos hoy en día en la sociedad. Igual que tenemos el reto de la desigualdad y entender cómo la crisis climática se relaciona con la salud, o cómo la investigación en salud puede ayudar a mejorar la adaptación y la mitigación frente al impacto ambiental.

“Una cosa que me interesa mucho y voy a desarrollar ahora es cómo la crisis climática y los diferentes aspectos de esta se relacionan con la población y la salud de esta en las ciudades”

Sobre las desigualdades, ¿cree que se puede acabar creando un One Health a varias velocidades, si las administraciones no consiguen equiparar esas políticas a todos los estratos de la sociedad?
Cualquier aproximación, sea sanitaria o política tiene dos, tres o cuatro velocidades. Cada día vivimos en una sociedad más desigual, más estirada. Donde hay poquita gente que tiene mucho, un montón de gente que tenemos entre medias, y bastante gente, cada vez más, que tiene menos. Y cuando tiene menos no solo me refiero a recursos económicos, sino a los de llegar a los servicios sanitarios, sociales o educativos. O tener acceso a todo tipo de herramientas (internet, conocimiento…).

Tenemos sociedades que cada día son más diversas. Tenemos una realidad en España, la de la inmigración, que quizá no es tan prevalente como en otros lados de Europa, pero que es fundamental hoy en día para que nuestros países funcionen.

Aun así, seguimos sin entender cuáles son las poblaciones migrantes que viven con nosotros: quiénes son, dónde están, a dónde llegan, qué está pasando con ellos… En este sentido, el trabajo en salud urbana, cuando lo aterrizas en los barrios, es muy interesante.

Hicimos una investigación de campo en el Raval, donde más de la mitad de la población no ha nacido en España, pero no somos capaces de llegar a ellos. Personas que vienen de Pakistán, de Bangladesh, de la India, que no utilizan nuestros recursos sanitarios. Como mucho, pueden llegar al sistema educativo. Estamos hablando del 50% de una parte fundamental de Barcelona.

“Seguimos sin entender cuáles son las poblaciones migrantes que viven con nosotros. En este sentido, la salud urbana, cuando la aterrizas en los barrios donde predominan estos colectivos, es muy interesante”

Nuestro desconocimiento de lo que pasa con las dinámicas sociales es muy grande. Y eso es fundamental cuando quieres tener una visión de salud pública, poblacional, One Health o Planetary Health, te refieres a la totalidad de las personas que habitamos en España. Y no puedes dejarte a nadie porque quieres saber qué está pasando con estas personas.

En ese sentido, cualquier intervención, aproximación, siempre va a tener varias velocidades porque no vamos a llegar a todo el mundo.

¿De qué manera pueden contribuir los profesionales sanitarios, en concreto la atención primaria, para reducir esas desigualdades y acercar este enfoque?
Es fundamental porque son la puerta de entrada al sistema de salud. Que todas las personas, cada uno con sus necesidades, pueda ir a atención primaria (y hablo de médicos, enfermeras, farmacéuticos, servicios sociales…) y que seamos tratados lo más y mejor posible.

La atención primaria tiene una parte fundamental, y es que realmente es la pata del sistema sanitario que puede dedicarse a la salud pública. Es el único nivel donde interactuamos directamente con el sistema sanitario, si entendemos este como el tú a tú con un profesional sanitario y donde, por tanto, la promoción de la salud y la prevención se pueden dar.

Pero la atención primaria necesita una modernización. Me refiero a una mirada de mayor equidad y basada en los de determinantes sociales de la enfermedad que entienda cuáles son las áreas geográficas o las sociales; que incluya aspectos como la vulnerabilidad social; que identifique dónde se debe atender y mejorar esa atención. Porque es un pilar fundamental de nuestra sociedad para reducir esas desigualdades.

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