Redacción
La apnea del sueño, también denominada Apnea Obstructiva del Sueño (AOS), es un trastorno común que consiste en la interrupción de la respiración durante el sueño. Se calcula que entre cinco y siete millones de personas sufren apnea del sueño en España, de los que entre 1,2 y 1,5 millones padecen un AOS relevante, según Fenaer.
La Dra. Marta Morato Galán, médico especialista del Hospital Quirónsalud San José, explica en Doryos el uso de la CPAP durante la somnoscopia, técnica muy versátil para el tratamiento de la apnea, que permite localizar el nivel o niveles de colapso durante la apnea, así como su detectar la presión de apertura de la vía aérea. La finalidad de esta herramienta es ayudar a aquellos pacientes que no toleran la CPAP a encontrar un plan de tratamiento individualizado.
El gold standard de tratamiento para apnea del sueño es una maquina que aporta presión positiva en la vía aérea para evitar el colapso y consiguiente depresión respiratorio. Esta patología suele diagnosticarse y tratarse por neumólogos aunque, como explica la Dra. Morato, los otorrinos están introduciéndose también en este campo, enfocándose en aquellos pacientes que no toleran el dispositivo de presión positiva para ofrecerles alternativas adaptadas.
La especialista explica que el primer paso se da en consulta, con una exploración que permita valorar las alteraciones anatómicas que pudiera presentar el paciente. “En ciertas localizaciones como la nariz, que es una estructura estática no vamos a ver modificarse durante el sueño. Sin embargo, otras estructuras como; la base de la lengua o la orofaringe, sufren alteraciones dinámicas durante el sueño que es necesario explorar bajo sueño inducido. Esta es la justificación de realizar una somnoscopia”.
La somnoscopia permite establecer un plan quirúrgico adaptado al problema de cada paciente
Mediante la somnoscopia, según explica la profesional, se introduce una cámara a través de la nariz mientras el paciente está sumido en una sedación ligera, simulando un sueño artificial. La prueba pretende así realizar un diagnóstico topográfico de la región de colapso en cada paciente, permitiendo medir las presiones de apertura de la vía aérea. Esta técnica permite establecer un plan quirúrgico individualizado para ofrecer diferentes posibilidades quirúrgicas o conservadoras y establecer así un pronóstico de curación o de mejora en el control de la enfermedad.
Además, señala que existirán dos tipos de pacientes: aquellos ya diagnosticados por su neumólogo y que ya utilizan CPAP pero sin buenos resultados de adaptación, y otros que acuden motivados por su pareja de cama aquejándose de roncopatía. A estos últimos se les realizará una prueba de sueño para ver si padecen apneas o únicamente tienen un ronquido primario. Si fuera necesario, se realizaría la prueba para considerar un tratamiento quirúrgico, adaptar un dispositivo de avance mandibular o DAM.
La especialista explica que esta técnica dura entre 20 y 40 minutos y se hace con sedación ligera, no requiere hospitalización y el paciente únicamente tendría que acudir en ayunas. En resumen, recalca que es un procedimiento no invasivo, sin necesidad de hospitalización, y es la mejor opción para mejorar los resultados en pacientes que se van a someter a cirugía del sueño.
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