Cada semana mueren cuatro personas por hepatitis C en España pese a existir tratamiento

Hepatólogos y pacientes demandan realizar pruebas de diagnóstico de hepatitis C a la población nacida entre 1945 y 1975

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Redacción
España es líder mundial en la lucha contra la hepatitis C, pero no está todo ganado: aún asume cuatro muertes cada semana. Son personas que no han recibido el tratamiento curativo que ofrece el Sistema Nacional de Salud. Desde 2015, el país ha tratado y curado a cerca de 170.000 pacientes, pero hepatólogos y pacientes presionan para seguir avanzando en su eliminación y para evitar que quede relegada en las políticas sanitarias.

“Sería un olvido imperdonable cuando todavía hoy se producen semanalmente en nuestro país cuatro muertes imputables a causas relacionadas con la hepatitis C, que son además muertes evitables puesto que hay un tratamiento que cura la enfermedad en prácticamente el 100% de los casos y que si se administra de forma precoz puede evitar el daño que esta causa en el hígado a lo largo de los años”, explica el Dr. Javier García-Samaniego, hepatólogo que coordina la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España, Aehve.

En España aún mueren 188 personas cada año por hepatitis C, “son demasiadas muertes para darnos por satisfechos, sobre todo cuando tenemos en nuestra mano evitarlo”

Esta alianza agrupa a las sociedades científicas y asociaciones de pacientes que en nuestro país trabajan para alcanzar los objetivos de eliminación de la enfermedad fijados por la OMS. El Dr. García-Samaniego, que también es jefe de la Sección de Hepatología en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, incide en que son 188 las muertes anuales por esta causa. Representan “el 10% de las muertes por accidentes en carretera, son demasiadas muertes para darnos por satisfechos, sobre todo cuando tenemos en nuestra mano evitarlo”, añade.

El problema está en el diagnóstico tardío de la infección, que se produce en un tercio de los casos y que es el que hace que el daño que ya existe en el hígado no sea reversible en muchos casos, a pesar de la curación de la infección. Con una prevalencia en población general que el Ministerio de Sanidad situaba en el 0,22% en el año 2018 y que Aehve estima que estará hoy por debajo del 0,1%, los casos que quedan por diagnosticar, tratar y curar se dan, en población general, en personas que contrajeron la infección hace dos décadas y no saben que la tienen o no recibieron tratamiento en su momento.

Aehve calcula que la prevalencia de la hepatitis C en España se sitúa por debajo del 0,1%. Los casos por diagnosticar y tratar en población general se dan en personas que se infectaron hace dos décadas y no saben que la tienen

Por eso, hepatólogos y pacientes demandan a las administraciones sanitarias un último esfuerzo de información y sensibilización en torno a la hepatitis C y de detección de la infección no diagnosticada. Para ellos, es esencial que se ofrezca y se realice la prueba de diagnóstico, que consiste en un sencillo test de sangre, a toda la población nacida entre 1945 y 1975 sin un test previo de anticuerpos frente al virus de la hepatitis C.

La propia OMS ha recomendado hacer estos diagnósticos en su última actualización de estrategias globales necesarias para acelerar la eliminación. Una indicación que sólo se está cumpliendo en nuestro país de forma aislada en algunas comunidades autónomas como Galicia y que exigiría una nueva actualización de la Guía de Cribado de la Infección por VHC del Ministerio de Sanidad, que incorpore la recomendación de cribado para población general en esas edades, sin ligarla a factores de riesgo, como ocurre ahora.

Los hepatólogos y pacientes demandan que las administraciones sanitarias realicen un cribado a toda la población nacida entre 1945 y 1975 sin un test previo de anticuerpos frente al virus de la hepatitis C.

“Como se demostró con el tratamiento, lo caro no es hacer este cribado en población general, sino dejar de hacerlo, pues cada paciente con infección activa es un paciente que puede transmitir la enfermedad a otro que no la tiene y cada persona con un diagnóstico tardío (los síntomas de la hepatitis C son inespecíficos y pueden tardar hasta 20 años en manifestarse) generará una gran carga de enfermedad, como cirrosis y cáncer de hígado, entre otras, para el sistema sanitario”, explica García-Samaniego.

Desde la Aehve, señalan que la incorporación de la IA y de estrategias diagnósticas ensayadas con éxito durante la pandemia de la Covid, permiten además un abaratamiento del diagnóstico que refuerza la oportunidad de realizar esa búsqueda de la hepatitis C no diagnosticada en la población general.

“Hoy, con lo aprendido tras el Covid, mediante la agrupación de muestras o pooling, como está haciendo Galicia con excelentes resultados, la realización de un cribado por edad en la población general es algo completamente asumible y, en mi opinión, debería incorporarse al consenso entre las comunidades autónomas en sus políticas de hepatitis C”, asegura el coordinador de la Aehve.

Al reto de localizar los casos no diagnosticados o perdidos se une el hallar los casos entre los colectivos más vulnerables que están alejadas de los circuitos asistenciales habituales

Se estima que en nuestro país quedan aún 20.000 personas con hepatitis C que desconocen que tienen la infección. Al reto de localizar los casos no diagnosticados o perdidos se une el hallar los casos entre los colectivos más vulnerables que no acuden a los circuitos asistenciales habituales. Desde Aehve señalan que solo pueden llegar a estas personas con recursos descentralizados y estrategias alternativas.

Esta alianza tiene en marcha un programa que articula a los ayuntamientos y ONGs denominado Ciudades Libres de Hepatitis C #HepCityFree, con el que se llevan a cabo acciones dirigidas a personas vulnerables particularmente a personas sin hogar, usuarios de drogas por vía parenteral, y hombres que tienen sexo con hombres y que asocian conductas de riesgo, que son los principales focos de infección activa en España.

Este programa, explica el Dr. García-Samaniego, “ha demostrado que la mayor cercanía de las entidades locales con estas poblaciones resulta un activo estratégico para avanzar en el objetivo de eliminación de la enfermedad”. Ya hay 20 ciudades españolas que tienen en diseño o ejecución acciones de estas características o programas de concienciación y sensibilización.

El programa Ciudades Libres de Hepatitis C lleva a cabo acciones dirigidas a personas vulnerables, particularmente a personas sin hogar y usuarios de drogas por vía parenteral

Con motivo del Día Mundial frente a la Hepatitis Víricas, que se celebra el próximo 28 de julio, estas ciudades van a lanzar a través de sus respectivos medios de comunicación, soportes exteriores y canales en redes sociales una campaña que tiene como protagonista al actor Carmelo Gómez, curado de hepatitis C. Su caso fue como el de tantos otros pacientes que contrajeron el virus a través de una transfusión de sangre antes de que a mediados de los 90 se descubriera el virus y pusiera fin a esa vía de contagio y responde por tanto al perfil de paciente de población general, entre los 50 y los 85 años, al que los hepatólogos insisten en que habría que realizar la prueba.

Como otros pacientes, que pueden tener ahora la infección y no lo saben, Carmelo no supo de su enfermedad hasta mucho después de infectarse. En su caso, el diagnóstico se produjo de forma causal, cuando a finales de los 90 acudió a donar sangre y le dijeron que no podía hacerlo porque padecía una enfermedad hepática. Durante un tiempo quiso obviar la hepatitis C, pero no pudo hacerlo cuando empezaron a manifestársele los síntomas.

Una veintena de ciudades van a lanzar una campaña de sensibilización que tiene como protagonista al actor Carmelo Gómez, curado de hepatitis C

En el spot cuenta que sentía cansancio y sobre todo una gran angustia por no conocer cómo iba a evolucionar la enfermedad. El tratamiento que seguía tenía importantes efectos secundarios y no curaba la enfermedad. Hasta que la aparición de los antivirales de acción directa cambió el curso de su vida, devolviéndole la normalidad. En pocas semanas estaba curado.

La “suerte” de los pacientes que se diagnostican hoy es conocer que su enfermedad tiene tratamiento y que ese tratamiento es eficaz prácticamente el 100% de los casos. De ahí la importancia de detectar la infección de forma temprana, antes de que cause al hígado un daño que puede llegar a ser irreversible. “Con Carmelo, afortunadamente, llegamos a tiempo y, con las posibilidades de diagnóstico y tratamiento que tenemos ahora, deberíamos llegar a tiempo para ese largo centenar de pacientes que todavía hoy pierde la vida en España cada año por causas asociadas a la hepatitis C”, concluye el coordinador de la Aehve.

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