Redacción
Las instituciones de investigación van dando pasos para conocer mejor el alzhéimer y poder tener herramientas para afrontarlo. En esta ocasión, un trabajo liderado por el centro de investigación de la Fundación Paqual Maragall ha descubierto que el flujo sanguíneo cerebral disminuye en las primeras fases del alzhéimer, cuando la enfermedad es aún asintomática.
Los investigadores han podido medir con una nueva secuencia de resonancia magnética la caída del flujo sanguíneo antes de que aparezcan los síntomas clínicos del alzhéimer. Para hacerlo han utilizado una nueva técnica denominada Time-encoded Arterial Spin Labeling (teASL) para detectar cambios muy iniciales en el flujo sanguíneo cerebral de los participantes del estudio. Los resultados, publicados en la revista científica Alzheimer’s & Dementia, muestran que las personas afectadas por la patología de la enfermedad también muestran menor flujo sanguíneo en zonas específicas del cerebro durante sus primeras etapas.
Es es una de las principales conclusiones del estudio liderado por el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, en colaboración con Philips Ibérica
Uno de los primeros procesos que se activan en el cerebro debido a la acumulación de proteínas beta amiloide y tau es la disminución del flujo sanguíneo cerebral. Su alteración puedepreceder o acompañar varias condiciones neurológicas, incluida la enfermedad de Alzheimer y, como tal, medirla con precisión es vital para entender estas condiciones. Las técnicas de etiquetado de spin arterial (en inglés Arterial Spin Labeling, o ASL) permiten medir el flujo sanguíneo cerebral utilizando secuencias de pulsos de resonancia magnética.
“Hasta ahora, las técnicas ASL disponibles nos permitían medir y comparar el flujo sanguíneo cerebral en personas con ‘tiempo de retraso único’. Esto hace referencia al tiempo que tarda la sangre arterial en transitar desde las arterias carótidas (donde es ‘etiquetada’) a la región cerebral de interés (lo que se conoce como tiempo de tráfico arterial)”, explica el Dr. Michalis Kassinopoulos, investigador postdoctoral del BBRC, el centro de investigación de la Fundación Paqual Maragall y uno de los principales autores del estudio.
“Sin embargo, estos métodos no eran óptimos para detectar cambios sutiles en las primeras etapas de la enfermedad, ya que estaban influenciados por diferentes factores que afectaban a las variaciones del tiempo de tránsito sanguíneo entre distintos individuos y entre las diversas regiones del cerebro en cada persona”, añade.
En el estudio han participado 59 personas: 24 sanas en el grupo control, 18 sin deterioro cognitivo pero con patología amiloide y 17 afectadas por el alzhéimer
Para este estudio, un total de 59 participantes se separaron en tres grupos: 24 participantes sanos sin deterioro cognitivo ni acumulación de proteína amiloide en el cerebro (el grupo de control); 18 voluntarios sanos sin deterioro cognitivo, pero con patología amiloide presente, y 17 pacientes de la Unidad de Investigación Médica del Hospital del Mar de Barcelona, afectados por la enfermedad. De los participantes sanos, una treintena pertenecen al estudio Alfa, impulsado por la Fundación la Caixa.
Gracias a una colaboración de investigación con Philips, el BBRC ha tenido acceso a la nueva secuencia de resonancia magnética ASL desarrollada por el Centro Médico de la Universidad de Leiden y conocida como time-encoded ASL (teASL). Se trata de una herramienta más sensible y precisa que reduce las diferencias de tiempo de tránsito arterial en la estimación del flujo sanguíneo cerebral.
Han demostrado por primera vez en individuos asintomáticos que los niveles de flujo sanguíneo cerebral se asocian con marcadores de la fisiopatología tau, la disfunción sináptica y la neurodegeneración
Los investigadores han utilizado teASL para medir el flujo sanguíneo cerebral e investigar su asociación con la patología amiloide y tau, ambas implicadas en la enfermedad de Alzheimer. Además, el equipo ha examinado la relación de disminuciones del flujo sanguíneo cerebral con biomarcadores del líquido cefaloraquídeo relacionados con la disfunción sináptica y la neurodegeneración, así como el rendimiento cognitivo. De esta manera, el estudio ha podido demostrar, por primera vez en individuos asintomáticos, que los niveles de flujo sanguíneo cerebral se asocian con marcadores de la fisiopatología tau, la disfunción sináptica y la neurodegeneración.
El estudio demuestra que un flujo sanguíneo cerebral reducido no sólo está presente en personas en fases asintomáticas del alzhéimer, sino también en personas que experimentan declive cognitivo con patología beta-amiloide. “El flujo sanguíneo reducido es un acontecimiento de la cascada patológica previo a lo que se pensaba, abarcando etapas preclínicas”, afirma el Dr. Juan Domingo Gispert, colaborador del BBRC y autor correspondiente del estudio. “Estos hallazgos proporcionan una visión del papel de este proceso temprano en la enfermedad y pueden ayudar a dar forma a futuras estrategias de prevención“, concluye.