Redacción
La escasez de fármacos agonistas de GLP-1 en el mercado y las advertencias de los organismos reguladores sobre el riesgo de que personas con diabetes tipo 2 tuvieran problemas para acceder a estos fármacos debido a su creciente uso para la obesidad ya indicaban que se estaban usando más para la pérdida de peso que para su objetivo inicial, el control de la glucemia. Ahora, un estudio relativo al mercado estadounidense publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine, confirma con datos lo que ya se sabía: en los últimos años se han duplicado las prescripciones de fármacos como Ozempic y Wegovy para el sobrepeso y la obesidad mientras disminuye la proporción de recetas destinadas a pacientes con diabetes tipo 2.
Así lo indica el estudio que han realizado investigadores de Cedars-Sinai Medical Center de Los Ángeles (California) junto a otras instituciones que ha identificado las tendencias en el uso de los agonistas de GLP-1, que requieren receta médica, en Estados Unidos. El trabajo ha mostrado el cambio en los patrones de prescripción de estos medicamentos en los últimos años. Desde 2021, año en el que el regulador estadounidense (la FDA) aprobó los agonistas de GLP-1 para el control crónico del peso en adultos con obesidad o con sobrepeso y al menos una enfermedad asociada al exceso de peso, la demanda de estos fármacos se ha disparado y ha provocado su escasez en Estados Unidos, algo que también está ocurriendo ya en España y el resto de Europa.
Dr. Ali Rezaie: “El uso de GLP-1RA se disparó tan rápido que perdimos el control y la noción de la rapidez con que la gente estaba adquiriendo estos medicamentos”
“Esencialmente, después de que el medicamento fue aprobado para la obesidad, el uso de GLP-1RA se disparó tan rápido que perdimos el control y la noción de la rapidez con que la gente estaba adquiriendo estos medicamentos, y las tendencias de uso son inciertas”, señala el coprimer autor del estudio, el Dr. Ali Rezaie, del Cedars-Sinai. El investigador advierte de que estos fármacos “también se asocian a diversos efectos secundarios comunes y poco frecuentes, lo que hace necesario un seguimiento cuidadoso de sus pautas de prescripción”.
Para obtener información sobre cómo se han prescrito y consumido los agonistas de GLP-1 a lo largo de los años, los investigadores del Cedars-Sinai utilizaron una base de datos nacional que contenía registros médicos de alrededor de 45 millones de individuos con al menos una visita ambulatoria u hospitalaria en los Estados Unidos desde 2011 hasta 2023. Durante este periodo, los investigadores encontraron aproximadamente un millón de nuevos usuarios de agonistas de GLP-1 y los clasificaron en función de si tenían diabetes, obesidad u otras afecciones relacionadas cuando se les recetó el medicamento.
Los investigadores usaron una base de datos con 45 millones de personas que habían acudido al médico en Estados Unidos entre 2011 y 2023
Los investigadores observaron que entre 2011 y 2023, los usuarios de semaglutida, uno de los agonistas de GLP-1, eran, de manera desproporcionada con respecto a otros grupos, mujeres blancas no hispanas y con un índice de masa corporal de 30 o superior. Durante el mismo periodo, los datos también revelaron que la proporción de nuevos usuarios con diabetes tipo 2 disminuyó. “Por el contrario, las nuevas prescripciones de GLP-1RA entre las personas con obesidad o afecciones comórbidas relevantes sin diabetes de tipo 2 se duplicaron, con un notable repunte en el uso del medicamento especialmente desde 2020”, comentó Rezaie.
Los usuarios de semaglutida eran, de manera desproporcionada con respecto a otros grupos, mujeres blancas no hispanas y con un índice de masa corporal de 30 o superior
Los investigadores destacan que estos datos “sugieren que un mayor número de profesionales médicos está percibiendo los beneficios de estos medicamentos para el tratamiento de la obesidad, lo que supone un cambio significativo para la salud pública”, afirma el doctor Yee Hui Yeo, coautor del estudio. “Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre la posible escasez de medicamentos y la necesidad de garantizar que los pacientes con diabetes todavía tengan acceso a estos tratamientos”, añade.
Los investigadores creen que los hallazgos del estudio pueden desempeñar un papel crucial en el desarrollo de estrategias para hacer frente a la creciente popularidad y demanda de agonistas de GLP-1. “Confiamos en que nuestros hallazgos sirvan de base a las políticas sanitarias y promuevan un acceso equitativo a estos tratamientos esenciales”, afirmó Yeo.