Redacción
La entrada en vigor del reglamento revisado sobre el uso de mercurio en la Unión Europea ha marcado un hito en la lucha contra la contaminación. La normativa establece reglas más estrictas para proteger tanto a las personas como al medio ambiente de los efectos nocivos de este metal tóxico, abordando los últimos usos intencionados de mercurio que permanecían en la región.
Una de las medidas más destacadas del nuevo reglamento es la prohibición del uso y la exportación de amalgamas dentales a partir del 1 de enero de 2025. Este paso es crucial ya que las amalgamas dentales contienen mercurio, un elemento que, aunque efectivo para restauraciones dentales, representa un riesgo significativo para la salud humana y el medio ambiente. Estudios han demostrado que el mercurio puede liberar vapores tóxicos que, cuando se inhalan, pueden acumularse en el cuerpo, afectando el sistema nervioso y los riñones, y representando un peligro especial para mujeres embarazadas y niños pequeños.
No obstante, la normativa prevé una excepción limitada y temporal para los Estados miembros que necesiten más tiempo para adaptar su sistema sanitario nacional. Estos países podrán seguir utilizando amalgamas dentales hasta el 30 de junio de 2026. Esta excepción tiene en cuenta las posibles repercusiones negativas para las personas con bajos ingresos, asegurando que la transición no afecte desproporcionadamente a los más vulnerables.
La normativa prevé una excepción hasta el 30 de junio de 2026 para los Estados miembros que necesiten más tiempo
Además de la prohibición de las amalgamas dentales, el reglamento establece que a partir del 31 de diciembre de 2025 o del 31 de diciembre de 2026, según la categoría, los Estados miembros deberán dejar de fabricar, importar y exportar determinadas categorías de lámparas que contienen mercurio. Estas lámparas serán reemplazadas por alternativas más seguras y eficientes, como los LED. La transición a tecnologías más limpias no solo reducirá la liberación de mercurio al medio ambiente, sino que también contribuirá a la eficiencia energética y a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este movimiento se alinea con la estrategia más amplia de la Unión Europea conocida como el Objetivo de Contaminación Cero, que busca un medio ambiente libre de tóxicos para 2050. La eliminación progresiva del mercurio es un componente esencial de esta estrategia, dada la toxicidad del metal y su capacidad de persistir y acumularse en el medio ambiente y en los organismos vivos.
Las lámparas de mercurio se reemplazarán por alternativas más seguras y eficientes como los LED
Así, la Comisaria de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, expresó su satisfacción con la adopción del nuevo reglamento, destacando que “este es un paso crucial hacia un futuro más seguro y saludable para nuestros ciudadanos y nuestro planeta. Al eliminar los usos restantes del mercurio, estamos protegiendo a las generaciones presentes y futuras de sus peligrosos efectos”.
La implementación de estas medidas requerirá esfuerzos coordinados a nivel nacional e internacional. Los Estados miembros deberán garantizar una transición sin problemas hacia las nuevas regulaciones, proporcionando apoyo a los sectores afectados y promoviendo la adopción de tecnologías alternativas. Asimismo, se espera que la industria de la iluminación acelere la innovación y producción de soluciones LED, aprovechando la oportunidad para liderar en sostenibilidad y eficiencia energética.
La lucha contra la contaminación por mercurio es un desafío global que requiere acciones decididas y colaborativas. Con esta nueva normativa, la Unión Europea reafirma su compromiso con la protección del medio ambiente y la salud pública, demostrando liderazgo en la eliminación de sustancias tóxicas y avanzando hacia un futuro más limpio y seguro.