Juan León García
Las sociedades científicas de atención primaria coinciden en celebrar la llegada del nuevo programa formativo de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria tras 19 años sin cambios. El texto, vigente desde este miércoles, era un paso “necesario”, señalan todas a iSanidad, para ajustarse a los actuales retos que afronta el Sistema Nacional de Salud (SNS), como la cronicidad o el uso de las nuevas tecnologías.
Si bien ha costado llevar a buen puerto la tramitación normativa, con algo más de un año y medio de demora entre el texto elaborado por la Comisión Nacional de la Especialidad, su visto bueno definitivo por comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad y la publicación final en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esta aprobación definitiva es, para la Dra. Susana Aldecoa, vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), “un hito crucial para la atención primaria”.
Este lavado de cara del itinerario formativo de los residentes de primaria conlleva una adquisición de conocimientos y habilidades acordes a la sanidad actual. Como corrobora la responsable de Tutores y Residentes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Dra. María José Gamero, “las competencias que se le pedían en 2005 al residente de familia estaban desactualizadas”. Pero para garantizar el éxito de este nuevo programa formativo hará falta dotar de más recursos humanos y materiales al primer nivel asistencial, coinciden las tres sociedades científicas.
Para garantizar el éxito de este nuevo programa formativo hará falta dotar de más recursos humanos y materiales al primer nivel asistencial, coinciden las tres sociedades científicas
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), su presidenta, la Dra. Pilar Rodríguez Ledo, valora que el texto “da cobertura a todos los temas que afectan a los pacientes de hoy”. Se refiere a la telemedicina o pruebas complementarias incluidas en la cartera de servicios de la especialidad. Asimismo, la Dra. Gamero añade que la mayor dedicación a los puntos de atención continuada, la investigación en este ámbito (que haría falta mejorar con más dotación para no limitar las competencias del residente, matiza) o la mejora de las unidades docentes hacen de este “un buen programa”.
Tras el desfase de casi dos décadas en la actualización de dicha formación para los residentes de la especialidad, periodo en el que ha habido una evolución vertiginosa, surge la duda de si es necesario establecer unos criterios de revisión periódica de dicho programa formativo. Algo ya regulado por ley desde julio de 2022, cuando en un Real Decreto emitido por el Ministerio de Presidencia se indicó que “los títulos de especialista y los diplomas de área de capacitación específica se revisarán, al menos, cada diez años”.
Ninguna de las sociedades considera necesario establecer un plazo fijo para ello, si bien el texto debe ser un “documento vivo”, apunta la Dra. Rodríguez. Mientras que para el Dr. Jorge Lema, jefe de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional (UDM) de Atención Familiar y Comunitaria de Cuenca y vocal de unidades docentes e innovación de semFYC, hay que asegurar un “análisis continuo de cada situación”, a lo que podrían ayudar las auditorías de los programas formativos de las especialidades que Sanidad anunció iba a poner en marcha.
A partir de este momento, instan a ir revisando el documento de manera periódica y que el texto del programa formativo de primaria esté “vivo”
“No puede haber un indicador objetivo y claro en este sentido, pero sí ver cómo evolucionan las cosas”, completa el Dr. Lema. Al respecto, a juicio de la Dra. Gamero, “no debe haber un tiempo establecido” para la actualización del programa, pero de lo que no tiene dudas es que no se pueden dejar pasar otros 19 años para acometer los cambios pertinentes.
En este sentido, añade que el anuncio de Sanidad de eliminar la nota de corte del MIR también puede acabar perjudicando al propio programa formativo. “Creemos que puede desprestigiarlo, incluso también a nuestra atención primaria. No pensamos que sea la solución para que se elijan todas las plazas de medicina de familia”, agrega, y defiende que esta pasa por dotarles de más recursos.
Ambigüedad en la troncalidad común con Urgencias
Otra de las novedades es que el programa formativo para residentes de medicina familiar y comunitaria no aclara, de las competencias y estancias reflejadas, si algunas serán compartidas o no con los futuros residentes de la nueva especialidad de Urgencias y Emergencias aprobada a principios de julio en Consejo de Ministros. “En este programa no se menciona para nada esos dos años en común”, incide la portavoz de Semergen, y añade que eso conlleva que no se sabe tampoco si habrá una distribución específica de tutores ni si estos provendrán de medicina de familia o serán propios de urgencias, por lo que se mantienen “expectantes”.
La mayor certeza en este momento es que la nueva especialidad es una realidad y que ahora toca que, previsiblemente después del verano, se constituya la Comisión Nacional de la Especialidad que elaborará el programa formativo específico de Urgencias y Emergencias. Unos plazos que impedirán que salgan los primeros MIR de esta rama para la convocatoria de 2025. “Como muy pronto”, comenta el Dr. Lema, “será para 2026”.
La troncalidad común entre las especialidades de medicina de familia y urgencias será en un 50% de las competencias que adquieran los residentes
Aunque reconoce que “quizá la norma no está todo lo clara que debiera estar”. Esta recoge que habrá dos años comunes, cuestión que aclara la presidenta de la SEMG: “Lo que es común es el 50% de las competencias que deben adquirir los residentes. Por eso, se dan por hechos dos años de los cuatro en total de formación, pero no tenemos un tronco común en el tiempo”. Tampoco se sabe aún (lo definirá la nueva comisión nacional) si las competencias se adquirirán “en un mismo sitio o en diferentes”. Lo que no discute la Dra. Rodríguez es que ambas especialidades “beben de las mismas fuentes y deben de estar coordinadas en asistencia y docencia”.
Para acabar de despejar cualquier duda, el Dr. Lema es tajante: “Son dos especialidades distintas, con programas formativos distintos, independientes, que se van a gestionar con distintas unidades docentes. Las unidades de medicina familiar y comunitaria no vamos a formar a los residentes de Urgencias. La línea está muy clara: nosotros tenemos que seguir nuestro programa formativo de la especialidad”.