Redacción
La coordinadora del grupo de trabajo de Inequidades en Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Sandra Robles, ha advertido de que las olas de calor incrementan el riesgo de reagudizaciones o agravamiento de enfermedades crónicas; así como de la de la siniestralidad, incluidos los ahogamientos y las intoxicaciones alimentarias. Además, las altas temperaturas incrementan los riesgos de deshidratación, edemas, calambres musculares, problemas de piel, los accidentes cerebrovasculares y los partos prematuros.
Por otro lado, la experta alerta del gran impacto de las olas de calor en la población más vulnerable y en las personas que sufren pobreza energética. La SemFYC cita el estudio ‘Pobreza energética en familias con hijos e hijas a cargo en España’ de la ONG Save the Children en el que se destaca que más del 10% de las familias evitan usar calefactores o aire acondicionado para evitar facturas elevadas.
La pobreza energética afecta especialmente a mujeres jubiladas que viven solas, familias monomarentales, desempleados, personas sin niveles educativos superiores, migrantes y minorías étnicas
En este sentido, la pobreza energética afecta especialmente a mujeres jubiladas que viven solas, familias monomarentales, desempleados, personas sin niveles educativos superiores, migrantes y minorías étnicas, así como a individuos con enfermedades crónicas o en situaciones de precariedad laboral, e incluso a las personas que viven de alquiler.
Robles asegura que los grupos de población más vulnerables a las olas de calor y las situaciones de riesgo asociadas a ellas son las personas mayores, especialmente las encamadas o con limitaciones de autonomía; los menores de cuatro años y aquellas con enfermedades agudas concomitantes.
Por otro lado, el uso de ciertos fármacos como anticolinérgicos, diuréticos, IECA, antiarrítmicos, betabloqueantes, estatinas, antidiabéticos orales, neurolépticos y antidepresivos aumenta la susceptibilidad al calor.
Robles asegura que los grupos de población más vulnerables a las olas de calor y las situaciones de riesgo asociadas a ellas son las personas mayores
También aumenta en aquellas personas que consumen alcohol y otras sustancias, trabajadores expuestos a altas temperaturas, mujeres en situación de precariedad laboral, los que viven solos o en malas condiciones de habitabilidad y los que viven en barrios muy urbanizados, con pocos espacios verdes y de agua o expuestos a niveles elevados de contaminación atmosférica.
“Se puede decir que la susceptibilidad a las condiciones climáticas no depende exclusivamente de los factores individuales de las personas, sino que tienen una relación importante con las condiciones en las que viven y trabajan, es decir, con los determinantes sociales de la salud”, afirma Robles.
MEDIDAS DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA Y SOLUCIONES
Sandra Robles recuerda que en los años 2022 y 2023, las visitas a los servicios de urgencias aumentaron un 10% debido a las altas temperaturas. Por ello, es necesario adoptar medidas de prevención y atención.
Algunas de estas acciones van desde la información de medidas preventivas hasta el seguimiento o activación de redes sociales, pasando por la revisión y adecuación de los tratamientos
Además, insiste en la necesidad e importancia de la Atención Primaria, porque “la longitudinalidad ayuda a categorizar el nivel de riesgo de tener problemas de salud por efecto del exceso de temperaturas y poder iniciar acciones”.
“Algunas de estas acciones van desde la información de medidas preventivas hasta el seguimiento o activación de redes sociales, pasando por la revisión y adecuación de los tratamientos ajustándolos a las condiciones ambientales adversas”, añade la especialista en medicina de familia.
“La identificación de grupos vulnerables y la difusión del conocimiento son cruciales”, según la especialista en Medicina de Familia. En este sentido, Robles recomienda la prevención de problemas de salud por temperaturas altas como pueden ser la modificación de tratamientos, así como el seguimiento domiciliario de la población más vulnerable.
Es importante la activación de redes sociales para el acompañamiento y la vigilancia de las personas en riesgo
Igualmente, también explica que, a nivel más comunitario, es importante la activación de redes sociales para el acompañamiento y la vigilancia de las personas en riesgo, así como la implementación de recursos de enfriamiento locales accesibles o la recomendación de recursos sociales, además de promover hábitos saludables.
En cualquier caso, Robles recuerda que, además de estas iniciativas, “no se pueden olvidar las medidas estructurales que dependen de decisiones políticas, como la reducción de emisiones o una planificación urbanística consciente, entre otras”.