La pérdida de visión y el colesterol alto, factores de riesgo para la demencia

Un metaanálisis publicado en The Lancet señala que eliminarlos podría reducir un 2% y un 7% los casos de demencia respectivamente

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P.M.S
La pérdida de visión y tener el colesterol elevado, el conocido como colesterol malo, son factores de riesgo para desarrollar demencia, según un metaanálisis publicado en The Lancet. Además, el estudio afirma que eliminar estos factores de riesgo podría reducir un 2% y un 7% los casos de demencia respectivamente.

Ambos factores se suman a otros 12 mencionados previamente en un informe del 2020 como menor educación, inactividad física, pérdida de audición, consumo excesivo de alcohol, obesidad o poco contacto social, entre otros. Los hábitos de vida perjudiciales pueden aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar alzhéimer. Según la investigación, casi la mitad de los casos de demencia podrían evitarse o retrasarse si se controlaran estos factores de riesgo.

El nuevo estudio publicado en The Lancet revisa los factores de riesgo modificables de la enfermedad de Alzheimer en su forma esporádica, aportando un amplio estudio epidemiológico que respalda estos factores y su intervención“, explica Inés Moreno, profesora titular de la Universidad de Málaga, en declaraciones recogidas por SMC España. Según indica 12 de ellos ya se conocían como las contusiones cerebrales, la hipertensión, la diabetes, la pérdida de audición, la depresión, el aislamiento social e incluso la contaminación aérea. “Además, se han incluido dos nuevos factores de riesgo no considerados hasta el momento: la pérdida de visión y los niveles altos de colesterol”, añade.

El artículo publicado en The Lancet estima que la mitad de los casos de demencia podrían evitarse o retrasarse si se controlaran estos factores de riesgo

Por su parte, Tara Spires Jones, presidenta de la Asociación Británica de Neurociencias, jefa de grupo en el Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido y directora del Centre for Discovery Brain Sciences de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), afirma que los datos del artículo añaden pruebas convincentes de la capacidad de prevenir la demencia abordando algunos de los 14 factores de riesgo identificados.

Este tipo de investigación no puede vincular de forma concluyente ninguno de estos factores directamente con la demencia, pero contribuye a la creciente evidencia de que un estilo de vida saludable, que incluya mantener el cerebro ocupado a través de la educación, las actividades sociales, el ejercicio y las actividades cognitivamente estimulantes, y evitar cosas como los traumatismos craneoencefálicos y los factores perjudiciales para el corazón y los pulmones, puede aumentar la capacidad de recuperación del cerebro y prevenir la demencia, expone.

En su opinión, la importancia del estudio radica en que aporta ideas sobre cómo se puede reducir el riesgo de demencia y ayuda a orientar investigaciones neurocientíficas acerca de cómo influyen estos factores en la vulnerabilidad del cerebro a las enfermedades que causan la demencia. “Aunque este excelente estudio estima que hasta la mitad de los casos de demencia podrían prevenirse cambiando los factores de riesgo modificables, es importante que tengamos en cuenta que la otra mitad de las personas con demencia probablemente desarrollaron la enfermedad cerebral por razones inevitables relacionadas con factores que escapan a su control, como la genética”, concluye.

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