Redacción
La revista Cells Tissues Organs ha publicado un innovador estudio dirigido por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con una especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Este estudio revela aspectos desconocidos hasta ahora sobre el desarrollo de los músculos interóseos de la mano humana, proporcionando nuevas perspectivas sobre su morfología y funcionalidad.
En concreto, el estudio ha analizado detalladamente el desarrollo de los músculos interóseos en especímenes humanos, centrándose en sus inserciones terminales y su relación con las articulaciones metacarpofalángicas de los dedos.
Los hallazgos revelaron que las inserciones terminales de los músculos interóseos dorsales y palmares son más complejas de lo que se suponía anteriormente
Los investigadores llevaron a cabo un análisis mediante microscopía óptica convencional de secciones histológicas seriadas de varios especímenes humanos (embriones y fetos) entre la semana 7 y la 14 de desarrollo gestacional. Los hallazgos revelaron que las inserciones terminales de los músculos interóseos dorsales y palmares son más complejas de lo que se suponía anteriormente. Todos estos músculos se insertan en las cápsulas de las articulaciones metacarpofalángicas de los dedos y establecen una conexión con la placa palmar y el aparato extensor. Además, algunas fibras musculares se unen a la cápsula articular a nivel del fondo de saco sinovial proximal.
A partir de estos hallazgos anatómicos, los investigadores proponen una nueva hipótesis funcional. La inserción de los músculos interóseos y del músculo abductor del meñique en el fondo de saco proximal de las articulaciones metacarpofalángicas del índice al meñique podría contribuir a la tracción y tensión de la cápsula articular durante los movimientos de flexión de dicha articulación, evitando así el pinzamiento y la lesión de la membrana sinovial. Esta función protectora de la membrana sinovial ya se había observado en otras articulaciones del cuerpo humano, como en la rodilla y el codo.
Esta función protectora de la membrana sinovial ya se había observado en otras articulaciones del cuerpo humano, como en la rodilla y el codo
Un avance significativo con implicaciones clínicas
Entender el intrincado proceso del desarrollo musculoesquelético de la mano humana proporciona información crucial sobre su anatomía funcional y aspectos clínicos. Este estudio esclarece las etapas críticas y los cambios morfológicos que ocurren desde el período embrionario (7ª y 8ª semanas de desarrollo) hasta el período fetal (9ª a 14ª semana de desarrollo), con especial atención a las inserciones terminales de los músculos interóseos y su integración con las articulaciones metacarpofalángicas de los dedos.
La investigación confirma que éstas siguen un patrón de desarrollo específico. La etapa de interzona homogénea comienza durante la 6ª semana de desarrollo, con áreas condrogénicas reconocibles por su histología. La etapa de interzona de tres capas ocurre en la 7ª semana de desarrollo, consistiendo en dos capas condrogénicas separadas por una capa intermedia. Por último, la etapa de cavitación tiene lugar en la 8ª semana de desarrollo, donde se forman pequeños espacios que constituyen la cavidad articular.
El estudio revela que esta última etapa de cavitación articular comienza más tempranamente de lo que se suponía hasta ahora
Por tanto, el estudio revela que esta última etapa de cavitación articular comienza más tempranamente de lo que se suponía hasta ahora, lo que implica un avance significativo en el conocimiento de la anatomía y funcionalidad de la mano humana.
Esta comprensión detallada del desarrollo y las inserciones terminales de los músculos interóseos abre nuevas perspectivas para el tratamiento de lesiones y disfunciones de la mano, concretamente, podría ayudar a explicar el inicio y la progresión de la artritis reumatoide.
