El CNIC identifica un nuevo factor de riesgo cardiovascular y propone un antiinflamatorio conocido para combatirlo

La investigación desvela que las personas con mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal tienen más probabilidades de desarrollar aterosclerosis en los siguientes años y que, la colchicina tiene el potencial de mitigar la enfermedad cardiovascular que causa

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Valentín Fuster y José Javier Fuster, colíderes de la investigación publicada en Nature Medicine.

Redacción
La hematopoyesis clonal es el nuevo factor de riesgo cardiovascular que ha identificado un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ya que es una causa de aterosclerosis, según concluye el trabajo español publicado en la revista científica Nature Medicine. De esta forma, resuelven la relación entre hematopoyesis clonal y aterosclerosis, advierten de este nuevo factor de riesgo distinto a los conocidos y van más allá, ya que proponen en un segundo estudio publicado en European Heart Journal una medicina ancestral, la colchicina, como una estrategia personalizada para mitigar los efectos de la hematopoyesis clonal. Los investigadores del CNIC han dado a conocer los resultados de ambas investigaciones este viernes en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología que se celebra en Londres (Reino Unido).

La hematopoyesis clonal es el nuevo factor de riesgo cardiovascular que ha identificado el CNIC por ser causa de la aterosclerosis

La hematopoyesis clonal está provocada por mutaciones adquiridas en células madre sanguíneas. Se sabía que este fenómeno está asociado a un mayor riesgo cardiovascular, pero hasta ahora no se había definido si es causa o consecuencia de la enfermedad cardiovascular. Según señala el Dr. José Javier Fuster, que lidera la investigación publicada en Nature Medicine, la mayoría de estas mutaciones son inocuas, pero “algunas confieren a las células afectadas una ventaja competitiva que les permite expandirse progresivamente, generando poblaciones clonales de células sanguíneas mutantes, fenómeno que se conoce como hematopoyesis clonal”.

Hasta ahora, la comunidad científica debatía si las mutaciones somáticas ligadas a la hematopoyesis clonal contribuían a acelerar el desarrollo de la aterosclerosis o si era al revés. En el estudio del CNIC se aclara la relación entre hematopoyesis clonal y aterosclerosis. Para ello se realizó un estudio longitudinal utilizando datos del estudio PESA-CNIC-Santander (Progression of Early Subclinical Atherosclerosis). PESA es un estudio prospectivo de más de 4.000 participantes de mediana edad aparentemente sanos que han sido examinados periódicamente con tecnologías avanzadas de imagen desde 2010 para detectar la presencia y el desarrollo de aterosclerosis.

Se sabía que la hematopoyesis clonal está asociado a un mayor riesgo cardiovascular, pero hasta ahora no se había definido si es causa o consecuencia de la enfermedad cardiovascular

El equipo utilizó técnicas de secuenciación de ADN de alta sensibilidad para detectar mutaciones somáticas en muestras de sangre y técnicas de imagen no invasiva para evaluar la presencia y progresión de la aterosclerosis. Los resultados del estudio son claros: las personas con mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal al inicio del estudio tenían más probabilidades de desarrollar aterosclerosis en los siguientes años. Sin embargo, la presencia o la extensión de la aterosclerosis no influyeron en la expansión de las células sanguíneas mutadas.

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“Estos datos indican que estas mutaciones contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis, pero no son una consecuencia de ella”, explica Miriam Díez-Díez, primera autora del artículo. “No podemos descartar, sin embargo, que otras condiciones, como la herencia genética o el estilo de vida, puedan modular los efectos de la hematopoyesis clonal, una posibilidad que sin duda se examinará en un futuro próximo”, añade Beatriz L. Ramos-Neble, co-primera autora.

La investigación ha demostrado que las mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis, pero no son una consecuencia de ella

Para los investigadores las implicaciones clínicas son evidentes. La hematopoyesis clonal es un nuevo factor de riesgo cardiovascular, completamente diferente de los factores de riesgo tradicionales estudiados en las últimas décadas. De ahí que resulte prometedor para el desarrollo de nuevas estrategias de prevención de las enfermedades cardiovasculares.

“Al demostrar que las mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal preceden y contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis, nuestra investigación sugiere que atacar los efectos de estas mutaciones somáticas podría ayudar a prevenir la enfermedad cardiovascular, subraya José Javier Fuster. El segundo estudio de los investigadores del CNIC, publicado en European Heart Journal, sienta las bases para ello.

Para los investigadores, la hematopoyesis clonal es un nuevo factor de riesgo cardiovascular, completamente diferente de los factores de riesgo tradicionales estudiados

Colchicina para prevenir el nuevo factor de riesgo

De entre las mutaciones ligadas a la hematopoyesis clonal, las mejor caracterizadas son las que afectan al gen TET2. En un estudio de 2017 de José Javier Fuster, publicado en Science, se demostró que las mutaciones en este gen aceleran el desarrollo de aterosclerosis en modelos animales al provocar respuestas inflamatorias exacerbadas en la pared de las arterias. Ahora, en el nuevo estudio, publicado en European Heart Journal, el grupo de José Javier Fuster, en colaboración con el grupo de Pradeep Natarajan, del Broad Institute en Boston, propone que los efectos adversos de las mutaciones en TET2 sobre la salud cardiovascular podrían mitigarse con un fármaco antiinflamatorio, la colchicina.

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Investigadores del CNIC coautores del artículo publicado en la revista European Heart Journal.

En estudios en modelos animales, los investigadores del CNIC demostraron que el tratamiento con colchicina atenúa las respuestas inflamatorias y el desarrollo de aterosclerosis en animales con células mutantes en TET2, haciéndolos comparables al de animales no mutantes. En paralelo, los análisis realizados en el Broad Institute demostraron que el riesgo de tener un infarto cardíaco se ve atenuado en personas con mutaciones en TET2 tratadas con colchicina para otras enfermedades.

Los investigadores propone que los efectos adversos de las mutaciones en TET2 sobre la salud cardiovascular podrían mitigarse con un fármaco antiinflamatorio: la colchicina

La colchicina es un fármaco de origen vegetal, presente en plantas medicinales usadas desde hace miles de años en medicina tradicional. Se utiliza frecuentemente como antiinflamatorio en otras patologías como la gota. Lo más destacable es que se trata de un medicamento muy barato, accesible en casi todo el mundo, y ya aprobado para prevenir la enfermedad cardiovascular por la Agencia Europea del Medicamento y la Americana (FDA), lo que facilitaría su uso para prevenir el riesgo cardiovascular en personas con mutaciones en TET2″, subraya Mª Ángeles Zuriaga, primera autora del estudio y responsable de los estudios experimentales en el CNIC.

El investigador José Javier Fuster destaca la importancia del estudio en el campo de la medicina personalizada, ya que en hematopoyesis clonal “nos encontramos con que cada gen mutado actúa mediante unos mecanismos diferentes y, por lo tanto, probablemente se requieran intervenciones diferentes para paliar sus efectos”. Por tanto, “este estudio pone la primera piedra para usar la colchicina como tratamiento personalizado en personas portadoras de mutaciones en TET2, pero serán necesarios nuevos ensayos clínicos para demostrar su eficacia de forma concluyente”, añade.

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