Luis de Haro. Director general de iSanidad
A Fernando Mugarza le han cobrado 5,99 euros por cortarse el pelo, el único motivo es que ya está jubilado. Es una pena, yo pagaría el importe completo para que no tuviera esa condición y siguiera con su actividad profesional. Ahora llega una nueva etapa, para él y para todos. No es que no me alegre por la jubilación de un amigo, es que el sector pierde a uno de sus mejores comunicadores. No solo lo digo yo, que soy amigo, es una realidad palpable. Fundacion IDIS, Instituto ProPatiens, ValorSalud, GMV, Forética, Universidad de Alicante, Universidad de Comillas, HM Hospitales, OAT, Novartis, GSK, PharmaMar, Zeltia… lo saben. Y es que el talento no se esfuma con la jubilación.
El talento de Fernando Mugarza no se esfuma con la jubilación
Lo bueno de Fernando Mugarza no es solo verle actuar, verle presentar o escuchar sus comentarios. Es importante conocer su implicación, su criterio y su trabajo de backoffice. Porque para llegar a este estatus hay que haber leído millones de palabras y haber tenido cientos de miles de conversaciones. Fernando Mugarza, además, ha tenido la inteligencia de trabajar en equipo, ese concepto que complementa aptitudes, habilidades y talentos, fomentando la confianza en los demás y aumentando el sentido de pertenencia. A base de compartir conocimientos, criterios y experiencias ha logrado sus buenos resultados y ha hecho crecer a las personas que estamos a su lado. Ahora el desafío es para los que nos quedamos.
Sin embargo, no todos los jubilados son Fernando Mugarza. Por un lado es mejor que algunos se jubilen por su caudillaje o falta de compromiso, por otro, se van sin haber ensañado a nadie. Ambos problemas son cuestiones de falta de liderazgo, y de eso hemos visto mucho. Un líder también tiene que saber irse, y eso no es muy habitual. Estamos acostumbrados a ver jefes de servicio, gerentes o directores generales que permanecen más allá de su tiempo. Es el último daño que hacen a la organización.
Estamos acostumbrados a ver jefes de servicio, gerentes o directores generales que su último daño a la organización es permanecer más allá de su tiempo
Fernando también puede enseñar a todos estos a irse. Todavía le podemos pedir que haga un tratado de cómo marcharse correctamente. Si echáramos un vistazo a la hemeroteca podríamos encontrar que para la marcha de un líder hay que planificar las transiciones, hay que estudiar la sustitución o el reparto del liderazgo y fomentar la cultura de la sucesión. Nada de esto sucede en la mayor parte de los casos.
En sanidad es sorprendente que se jubile un jefe de servicio y haya uno interino durante años, como si fuese una cuestión menor. También es muy sorprendente que se cese a un director general sin previo trabajo de sustitución. Incluso es una muestra de falta de liderazgo que se nombre a un ministro o consejero sin que haya una transición del saliente al entrante. Son muestras de una enorme falta de planificación y de desconsideración. Planificar la sustitución de un líder es una asignatura que nuestra sociedad tiene pendiente. Fernando Mugarza todavía tiene mucho que enseñar.