Una carrera paralela para los MIR: “Compartir piso no es una opción, es una necesidad”

Los estudiantes de medicina y los médicos residentes enfrentan alquileres elevados y falta de vivienda asequible en su etapa formativa, agravando las ya exigentes condiciones de su carrera MIR

Fátima Del Reino
La experiencia de los médicos residentes en España no se limita únicamente a superar el examen MIR y empezar una especialidad. Para muchos de ellos, la verdadera prueba comienza al intentar encontrar un piso en las ciudades donde han sido destinados, enfrentándose a precios elevados y condiciones que distan de ser ideales.

El sueldo base de un MIR en España varía según la comunidad autónoma y el año de residencia. El sueldo base de un MIR de primer año se sitúa alrededor de los 1.200 a 1.400 euros netos al mes, según datos de 2023 recogidos en un informe del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, firmado por Vicente Matas.

De media, los residentes de primer año cobran 1.143 euros al mes en España

El informe también muestra las diferencias salariales, teniendo en cuenta las guardias, entre comunidades autónomas. El País Vasco y Navarra,  son las comunidades donde los residentes perciben los sueldos más altos, superando los 41.000 euros anuales brutos. Canarias y Madrid también se encuentran en el rango alto, con retribuciones cercanas a los 40.000 euros anuales. Extremadura y Cataluña se posicionan en la media, con sueldos que rondan los 38.000 euros. Las comunidades con las retribuciones más bajas para los MIR son Baleares, La Rioja, Ceuta y Melilla, con salarios que no llegan a los 37.000 euros anuales.

Con estas cifras el sueldo mensual de un R1, sin contar las guardias, en Madrid es de 1.169 euros netos y en Extremadura 1.129 netos en tal. De media, los residentes de primer año cobran 1.143 euros al mes en España, también sin contar las guardias.

La sorpresa del precio: de Madrid a Cáceres

Laura Angulo, hace tan solo unos meses, ha comenzado su residencia en la especialidad de urología en el Hospital Universitario de Cáceres y no esperaba que el coste de la vida en esta pequeña ciudad fuera tan elevado. Su plan inicial era quedarse en Madrid, donde ya tenía una vivienda, pero la especialidad la llevó a Extremadura, donde el panorama de los alquileres resultó ser más complicado de lo que imaginaba.

“Los precios estaban más bajos antes de que llegáramos los MIR, pero cuando llegamos hubo una subida de los alquileres

“Los precios estaban más bajos antes de que llegáramos los MIR, pero cuando llegamos hubo una subida de los alquileres”, relata la futura uróloga. Su intención inicial era vivir sola, pero tuvo que cambiar sus planes ya que “los pisos eran muy caros, así que acabé compartiendo piso”.

Actualmente, Laura comparte piso con una compañera por el que pagan entre las dos 750 euros y su salario como MIR le permite ahorrar, pero reconoce que los gastos son más altos de lo previsto. A pesar de estar en una ciudad pequeña, afirma que “vivir en Cáceres es relativamente caro”.

“Alquilar un piso completo en Madrid es prácticamente imposible”

La experiencia de Andrea Gil Pro, residente de primer año (R1) de otorrinolaringología en el Hospital Severo Ochoa, es un ejemplo de la realidad que viven la mayoría de los futuros médicos en la capital. Para ella, encontrar un piso en Madrid fue una experiencia complicada. “Fue muy difícil. Muy caro para las cosas que se ofertaban”, explica Andrea en una entrevista concedida a iSanidad. En su búsqueda, se encontró con opciones de mala calidad y “precios desorbitados”, lo que le llevó a compartir piso con personas desconocidas.

Aunque no especifica cuánto paga en la actualidad, Andrea destaca que la vida en Madrid es más costosa que en su ciudad de origen, Cádiz, aunque reconoce que los precios también están subiendo allí, especialmente en las zonas cercanas a Málaga. Este patrón de compartir piso se repite entre los residentes y estudiantes. Muchos de ellos no pueden permitirse alquilar una vivienda por sí solos debido a los altos precios y la falta de alternativas asequibles.

Compartir piso por 650 euros al mes

Sara Morales, R1 de medicina de familia en el Hospital de Getafe, ha vivido en Madrid durante su carrera. Ella ilustra la dura realidad a la que se enfrentan muchos MIR. Las dificultades no solo radican en la oferta limitada de pisos, sino también en los altos precios y en la necesidad de encontrar una vivienda bien conectada con su lugar de trabajo. “Creo que es muy complicado encontrar un buen piso, pagar facturas, tener algo de vida social y querer ahorrar con los sueldos que tenemos”, explica Sara, quien actualmente paga 650 euros al mes por una habitación en un piso que comparte con dos compañeras.

“Creo que es muy complicado encontrar un buen piso, pagar facturas, tener algo de vida social y querer ahorrar con los sueldos que tenemos

Durante sus años de estudiante, Sara vio cómo los precios de los alquileres aumentaron progresivamente, desde los 350 euros iniciales por una habitación hasta los 590 al final de su carrera. Con la ayuda de sus padres, logró cubrir estos gastos, aunque también tuvo que trabajar esporádicamente en verano para poder contribuir. A pesar de los desafíos, Sara sigue compartiendo piso porque, con su salario como MIR, “alquilar un piso completo en Madrid es prácticamente imposible”.

Un caso excepcional

No todos los futuros médicos han tenido la misma experiencia. Pedro Notario López, estudiante de tercero de medicina en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), tuvo la suerte de encontrar alojamiento fácilmente gracias a que amigos suyos ya vivían en la ciudad. Comparte un piso en una ubicación privilegiada, cerca del Retiro, por 900 euros al mes, que paga junto a otros tres compañeros, por lo que cada uno paga alrededor de 225 euros aproximadamente.

“La disponibilidad de casas para vivir de alquiler en Madrid y el precio son los principales obstáculos”

A pesar de que el piso no es grande ni lujoso, Pedro reconoce que para su situación como estudiante es suficiente. “Para lo que lo necesito, que es dormir y comer, está muy bien”, comenta. Aunque tiene el apoyo económico de sus padres, Pedro sabe que su caso no es la norma y que muchos de sus compañeros han tenido que luchar mucho más para encontrar algo asequible ya que “la disponibilidad de casas para vivir de alquiler en Madrid y el precio” son los principales obstáculos para muchos de sus compañeros.

La suerte de una vivienda familiar

Ana Estarriol, R1 de psiquiatría en el Hospital Doctor Rodríguez Lafora, es una excepción en cuanto a las dificultades para encontrar alojamiento. Procedente de Tenerife, no tuvo que pasar por el calvario de buscar piso en Madrid porque tiene familia en la capital. “Siempre he tenido una casa donde quedarme“, comenta.

Aun así, reconoce que el choque entre la vida en una ciudad pequeña y Madrid fue considerable. “Lo más difícil fue la distancia y el cambio de clima. Estaba acostumbrada a caminar a casi todos lados, y aquí tardar tanto en llegar a los sitios no me gustaba nada”, admite. También reconoce que el coste de la vida en Madrid es significativamente más alto que en Tenerife, especialmente en aspectos cotidianos. “Desde hacer la compra hasta tomarte una Coca-Cola, todo es más caro en Madrid”, añade.

Los testimonios de Laura, Ana, Andrea, Pedro y Sara ponen de manifiesto la realidad a la que se enfrentan muchos residentes de medicina en España: encontrar un piso adecuado, en una buena ubicación y a un precio asequible es una tarea complicada, especialmente en ciudades como Madrid. Mientras algunos, como Ana o Pedro, han tenido la suerte de encontrar soluciones rápidamente, otros, como Andrea o Sara, han tenido que conformarse con compartir espacios pequeños y caros.

Para estos futuros médicos, la búsqueda de un piso se ha convertido en una carrera paralela a la del MIR, donde el coste de la vivienda añade una carga adicional a un periodo ya de por sí exigente. Aunque cada uno enfrenta sus propias circunstancias, todos coinciden en que el acceso a una vivienda digna sigue siendo uno de los principales retos en su camino hacia la especialización médica.

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