Redacción
Las siglas en inglés EndMT (Endothelial-to-Mesenchymal Transition) dan nombre a un nuevo mecanismo que está involucrado en la aterosclerosis prematura que ha identificado un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Los resultados se publican en la revista Circulation y proponen además una nueva diana terapéutica para esta enfermedad.
Tal y como explica el CNIC en un comunicado, la formación de placas ateroscleróticas progresa de forma silenciosa a lo largo de la vida y suele manifestarse clínicamente a partir de mediana edad. Sin embargo, hay algunas enfermedades que cursan con aterosclerosis acelerada y que, a su vez, provocan la muerte prematura. Uno de los ejemplos más llamativos es el síndrome de Hutchinson-Gilford, también conocido como progeria, una enfermedad genética muy rara que se manifiesta como envejecimiento durante la infancia y adolescencia. De hecho, la muerte precoz suele producirse a una edad promedio de 14,5 años, debido principalmente a infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus cerebral.
Los resultados, publicado en la revista Circulation, abren una nueva vía en la búsqueda de tratamientos para la aterosclerosis asociada a la progeria
La investigación recién publicada, liderada por el Dr. Vicente Andrés, investigador principal del Grupo de Fisiopatología Cardiovascular Molecular y Genética del CNIC y del Ciber de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv), y por la Dra. Magda Hamczyk, investigadora de la Universidad de Oviedo y científica visitante en el CNIC, no ha partido de cero. Previamente, el grupo del Dr. Andrés, en colaboración con el del Dr. Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, generó un modelo de ratón que padece los mismos síntomas que los pacientes con progeria, incluyendo la enfermedad aterosclerótica precoz. Los autores ya demostraron que una de las causas principales de la aterosclerosis acelerada asociada a este síndrome es la muerte de las células de músculo liso vascular en la pared arterial.
El nuevo estudio publicado en la revista Circulation ha permitido investigar cómo las alteraciones en las células de músculo liso vascular afectan a células endoteliales, un tipo celular que separa la pared arterial de la sangre. La Dra. Rosa Nevado, coprimera autora del estudio, señala que “en progeria, la pérdida de las células de músculo liso induce en las células endoteliales una serie de alteraciones patológicas“. Además, “estos cambios incluyen el reclutamiento de las células inmunes y mayor permeabilidad al LDL (llamado ‘colesterol malo’), procesos que pueden acelerar la formación de placas ateroscleróticas”, añade la Dra. Hamczyk.
El proceso de EndMT consiste en “la pérdida de los rasgos típicos de las células endoteliales y la adquisición de propiedades de células de tipo mesenquimal que aceleran en desarrollo de la aterosclerosis”
Sin embargo, la característica más llamativa de las células endoteliales en progeria es la hiperactivación de un proceso de modulación fenotípica denominado EndMT. “Este consiste en la pérdida de los rasgos típicos de las células endoteliales y adquisición de propiedades de células de tipo mesenquimal que aceleran el desarrollo de la aterosclerosis”, explica el Dr. Andrés.
Nueva diana terapéutica
Los autores de este trabajo también han profundizado en los mecanismos moleculares que subyacen al proceso de EndMT en progeria. La Dra. Nevado indica que “la vía de señalización de TFGβ1-SMAD3 se encuentra hiperactivada en arterias de ratones con progeria y la inhibición de dicho proceso con el fármaco SIS3 alivia síntomas de la enfermedad vascular”. La Dra. Hamczyk concluye que “este estudio describe nuevos mecanismos celulares y moleculares involucrados en aterosclerosis asociada a la progeria y propone una nueva diana terapéutica para esta enfermedad“.
Los investigadores han hallado que “la vía de señalización de TFGβ1-SMAD3 se encuentra hiperactivada en arterias de ratones con progeria”. Pero usando el fármaco SIS3 se inhibe este proceso
Por último, el Dr. Andrés destaca la importancia de investigar los síndromes minoritarios como la progeria, ya que “no solo nos pueden ayudar a buscar tratamientos para estas enfermedades devastadoras sino también para procesos patológicos, como la aterosclerosis, que afectan a la mayoría de la población y son la causa principal de muerte a nivel mundial”, concluye el investigador.