Redacción
En un esfuerzo por combatir el cambio climático y mejorar el tratamiento de enfermedades respiratorias, AstraZeneca ha anunciado la finalización de su programa clínico para la transición de su combinación de fármacos budesonida/glicopirronio/fumarato de formoterol a un nuevo propelente de generación avanzada. Este avance no solo representa un hito en el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), sino que también supone un cambio significativo en la industria farmacéutica al reducir el impacto ambiental de los inhaladores presurizados.
El nuevo propelente, conocido como HFO-1234ze, fue desarrollado en colaboración con Honeywell y es parte de la estrategia Ambition Zero Carbon de AstraZeneca, que busca descarbonizar sus operaciones y productos a nivel global. Este propelente tiene un potencial de calentamiento global (GWP, por sus siglas en inglés) casi nulo, reduciendo en un 99,9% las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los propelentes hidrofluoroalcanos (HFA) utilizados actualmente en la mayoría de los inhaladores presurizados. Esta transición es crucial, ya que, aunque los inhaladores presurizados solo contribuyen con un 0,04% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, la escala de uso global convierte a esta reducción en un avance significativo.
El propelente tiene un potencial de calentamiento global casi nulo
La terapia de combinación triple budesonida/glicopirronio/fumarato de formoterol, comercializada bajo la marca Trixeo Aerosphere en la Unión Europea y Breztri Aerosphere en mercados como Japón, China y Estados Unidos, será el primer medicamento en la cartera de inhaladores presurizados de AstraZeneca en incorporar este propelente de nueva generación. Se espera que las primeras presentaciones regulatorias se realicen en Europa, Reino Unido y China antes de finales de 2024.
El profesor Omar Usmani, especialista en Medicina Respiratoria en el Imperial College de Londres y coordinador del estudio, subrayó la relevancia de esta transición. “Los medicamentos respiratorios administrados en inhaladores de dosis medida presurizados son esenciales para millones de personas que viven con enfermedades respiratorias en todo el mundo, incluidas poblaciones vulnerables específicas como niños y ancianos. La transición a medicamentos respiratorios inhalados utilizando un propelente con una huella de carbono similar a los medicamentos inhalados sin propelente es fundamental para la salud del planeta a la hora de reducir la huella de carbono, al tiempo que se abordan las necesidades de los pacientes y la capacidad de los profesionales de la salud para lograr resultados clínicos óptimos”, indicó.
AstraZeneca espera que mejore la adherencia al tratamiento entre los pacientes
Además de reducir el impacto ambiental, el uso del propelente HFO-1234ze en los inhaladores presurizados de AstraZeneca también se espera que mejore la adherencia al tratamiento entre los pacientes. Estudios previos han demostrado que los cambios en los dispositivos de inhalación pueden incrementar las exacerbaciones y reducir la adherencia al tratamiento en pacientes con EPOC y asma. Sin embargo, la transición a un propelente más ecológico, sin comprometer la eficacia del tratamiento, podría evitar estos problemas y mejorar la experiencia del paciente.
“Los medicamentos esenciales que salvan vidas y que se administran mediante inhaladores presurizados son los tratamientos más utilizados en el cuidado respiratorio. Garantizar el acceso a estos tratamientos de manera sostenible es fundamental para optimizar los resultados de los pacientes mientras contribuimos a la protección del planeta”, señaló Sharon Barr, vicepresidenta ejecutiva de I+D de productos biofarmacéuticos de AstraZeneca. Barr afirmó que este avance forma parte del compromiso de la compañía de equilibrar las necesidades clínicas con la sostenibilidad ambiental.
AstraZeneca pretende lograr una reducción absoluta de emisiones del 90% para 2045. Mediante este cambio hacia un propelente de nueva generación, la compañía no solo avanza hacia sus ambiciosos objetivos de descarbonización, sino que también marca el comienzo de una nueva era en el tratamiento de enfermedades respiratorias, en la que la eficacia y la sostenibilidad van de la mano.
