Redacción
Los últimos avances en el campo de la microbiología clínica permiten en la actualidad un diagnóstico más rápido y certero. Estas nuevas herramientas permiten seleccionar el tratamiento antibiótico necesario para cada paciente, una cuestión clave en un contexto marcado por el incremento de la incidencia de infecciones por bacterias multirresistentes. Así lo explica en una entrevista a iSanidad, el Dr. Juan Cuadros, director docente del quinto curso de la PROA Comunitaria sobre Microbiología clínica y jefe del Servicio de Microbiología Clínica en el Hospital Príncipe de Asturias. Los sistemas de Point of Care, la secuenciación genómica y los últimos hallazgos en microbioma han revolucionado la especialidad de microbiología clínica.
¿Qué retos plantea la selección del antibiótico ante pacientes vulnerables con una patología de base y tratamiento crónico?
El envejecimiento de la población, junto con la mayor prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes, la EPOC, la insuficiencia cardíaca y las patologías múltiples, así como el uso creciente de fármacos biológicos e inmunosupresores, ha incrementado la susceptibilidad de muchas personas a infecciones graves y recurrentes. El tratamiento frecuente de estos pacientes con antibióticos favorece la aparición de infecciones por gérmenes multirresistentes, lo que dificulta considerablemente la selección de un antimicrobiano adecuado. En muchos casos, es necesario administrar antibióticos de amplio espectro, lo que contribuye aún más al aumento de las resistencias bacterianas.
“En muchos casos, es necesario administrar antibióticos de amplio espectro, lo que contribuye aún más al aumento de las resistencias bacterianas”
Además, los pacientes crónicos y con múltiples patologías suelen recibir tratamiento con numerosos medicamentos, lo que incrementa el riesgo de interacciones farmacológicas y efectos adversos. Algunos antibióticos de amplio espectro utilizados en infecciones resistentes presentan más efectos secundarios o requieren ajustes de dosis en pacientes con insuficiencia renal y hepática. En ciertos casos, es necesario recurrir a combinaciones de fármacos e incluso pueden faltar opciones terapéuticas. La situación se complica aún más por la dificultad de acceso a la determinación de niveles de antibióticos en pacientes ambulatorios para ajustar las dosis adecuadamente.
¿Qué márgenes existen para mejorar el diagnóstico en el laboratorio e iniciar cuanto antes un tratamiento dirigido?
En la actualidad, se está experimentando un notable desarrollo de tecnologías de diagnóstico molecular y detección de antígenos. Estos test rápidos y sencillos prometen facilitar significativamente la selección de antibióticos, especialmente en la diferenciación entre infecciones víricas y bacterianas, lo que contribuirá a evitar el uso inadecuado de antimicrobianos. Por otra parte, la desaparición de los laboratorios en los centros de salud durante la década de 1990 tuvo como consecuencia un distanciamiento entre los médicos de atención primaria y los servicios de laboratorio, que se centralizaron en los hospitales. Desde entonces, la integración de los resultados en la práctica clínica se ha visto obstaculizada por los retrasos en su recepción.
Con el advenimiento de dispositivos de diagnóstico en el punto de atención (Point-of-Care o POC, por sus siglas en inglés), se hace necesario establecer unidades satélite de diagnóstico microbiológico en los centros periféricos. Esto permitirá obtener resultados inmediatos e integrar de manera eficiente toda la información diagnóstica del paciente, mejorando así la calidad y rapidez de la atención médica.
“Los test rápidos prometen facilitar significativamente la selección de antibióticos y contribuirán a evitar el uso inadecuado de antimicrobianos”
¿Qué están aportando los sistemas Point of Care para un diagnóstico rápido y certero?
Los dispositivos de diagnóstico en el punto de atención (POC) para enfermedades infecciosas pueden desempeñar un papel decisivo en el control de pandemias, como se ha demostrado recientemente con la infección por SARS-CoV-2. Además, son cruciales en la estrategia de detección activa y tratamiento de enfermedades como la malaria, el VIH, el VHB y el VHC, especialmente en zonas hiperendémicas donde se utilizan cientos de millones de pruebas debido a la falta de laboratorios equipados adecuadamente.
Los dispositivos de diagnóstico molecular POC para infecciones de transmisión sexual se utilizan actualmente en los servicios de urgencias de algunos hospitales, permitiendo que los pacientes sean diagnosticados y reciban un tratamiento específico en apenas tres horas. Este tipo de pruebas moleculares también podrían realizarse de manera efectiva en centros de salud periféricos.
Otros paneles sindrómicos para infecciones respiratorias, gastrointestinales y del sistema nervioso central se utilizan ampliamente en nuestros hospitales y podrían implementarse en el futuro cuando su precio sea más asequible.
¿Qué debe tener en cuenta el especialista para una correcta toma y envío de muestras?
En primer lugar, es fundamental evaluar la utilidad de cualquier prueba antes de solicitarla para orientar el manejo del paciente, además de conocer los protocolos y recomendaciones específicos publicados por el servicio de microbiología. En la solicitud, debe incluirse información clínica relevante, como la sospecha diagnóstica y los tratamientos antibióticos previos. Para el diagnóstico de infecciones bacterianas, es crucial tomar la muestra antes de iniciar cualquier tratamiento antibiótico. Se debe obtener un volumen suficiente de muestra de una zona representativa de la infección y evitar contaminaciones con microbiota saprofita. Hasta su entrega en el laboratorio, las muestras deben conservarse en frío (2-8ºC).
“Con el advenimiento de dispositivos de diagnóstico en el punto de atención (POC), se hace necesario establecer unidades satélite de diagnóstico microbiológico en los centros periféricos”
¿Cómo cree que la tecnología de secuenciación genómica está impactando la microbiología clínica y el diagnóstico de enfermedades infecciosas?
La secuenciación genómica es actualmente una herramienta esencial para el diagnóstico y control de infecciones. Su utilidad en la caracterización de virus durante la pandemia de SARS-CoV-2 fue decisiva para el desarrollo de fármacos, vacunas y métodos diagnósticos. En la actualidad, se utiliza en algunos servicios de microbiología de nuestros hospitales para identificar y caracterizar todo tipo de patógenos, especialmente aquellos que no pueden cultivarse, detectar genes que codifican resistencias antimicrobianas o secuencias resistentes del VIH y VHC, y para el control de brotes nosocomiales mediante estudios de epidemiología molecular y dinámica de transmisión.
¿Qué avances recientes en la investigación de microbiota humana considera más prometedores para el futuro de la microbiología clínica?
El estudio del microbioma está revolucionando nuestra comprensión de la microbiología clínica y se perfila como un campo de investigación sumamente prometedor en relación con numerosas enfermedades crónicas. En el ámbito asistencial, las intervenciones para modular el microbioma con fines terapéuticos probablemente sean el área de mayor desarrollo a corto plazo. Destacan, por ejemplo, el trasplante de microbiota intestinal para tratar la infección por Clostridioides difficile o las enfermedades inflamatorias intestinales.