Un estudio revela los cambios que sufre el cerebro de la madre durante el embarazo

Una de las autoras se hizo 26 resonancias que descubrieron los cambios que sufren las mujeres durante el embarazo

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Redacción
Nature Neuroscience
 ha publicado un estudio que muestra los cambios que sufren diferentes regiones de cerebro humano durante el embarazo. Además, ha mostrado una mejora en la conectividad entre diferentes áreas durante la gestación.

Alrededor del 85% de las mujeres en el mundo pasan por, al menos, un embarazo a lo largo de su vida. A pesar de ello, hasta ahora, aunque se conoce que trae consigo cambios fisiológicos, los cambios a nivel cerebral han sido menos explorados.

Elizabeth Chrastil, investigadora de la Universidad de Irvine, en California, y una de las autoras del informe, se sometió a 26 escáneres cerebrales y análisis de sangre semanales y durante el embarazo de su primer hijo en 2020.

Así, el equipo demostró una disminución pronunciada del volumen de materia gris y del grosor de la corteza cerebral, además de un aumento del volumen ventricular y del líquido cefalorraquídeo. Además, recalcaron también que aumentó la sustancia blanca, mejorando la conectividad. Apenas un 20% de las zonas del cerebro quedaron intactas.

Los cambios persistieron dos años después del parto y se asocian al aumento de los niveles de las hormonas estradiol y progesterona. Las exploraciones se compararon con los cambios cerebrales observados en ocho individuos de control.

Apenas un 20% de las zonas del cerebro permanecieron intactas

“Nuestro resultado ofrece el primer mapa detallado del cerebro humano durante la gestación”, ha señalado Emily Jacobs, investigadora de la Universidad de Santa Barbara. “El cerebro de la madre experimenta toda esta coreografía de cambios durante el embarazo y por fin somos capaces de observar el proceso en tiempo real”, ha incidido.

Para Chrastil, el hecho de que la sustancia blanca haya tenido un incremento durante el segundo y tercer trimestre es crucial, pues “ser capaces de capturar esos pasos intermedios puede permitirnos entender con precisión el despliegue que ocurre en el curso del embarazo”, ha advertido la investigadora.

Además, más del 80% de las regiones estudiadas con el escáner experimentaron reducciones en el volumen de materia gris. En total habría habido una reducción del 4% de volumen del cerebro. No obstante, “no tiene por qué ser algo malo. De hecho, este cambio probablemente refleja el ajuste fino de los circuitos neuronales, un proceso adaptativo que permite al cerebro ser más especializado”, ha explicado Jacobs.

“Probablemente hay algún beneficio funcional que aún no sabemos cuál es. Debe de haber algunas contrapartidas, pero también algún tipo de maximización de la capacidad de la persona”, ha aclarado Chrastil.

Además, Jacobs ha señalado que “nuestra ignorancia tiene consecuencias, los científicos no tienen los datos que necesitamos para predecir la depresión posparto antes de que se manifieste, no tenemos los datos que hacen falta para entender la preeclampsia y la salud mental femenina de los últimos años de vida. Necesitamos mejores datos”.

Susana Carmona, precursora en la investigación

En 2017, el equipo de Susana Carmona, directora del grupo de investigación Neuromaternal del Hospital Gregorio Marañón Madrid, demostró que la anatomía del cerebro de las madres cambiaba a los tres meses posparto. “En lugar de tener muchos sujetos, ellas tienen un solo sujeto, pero en muchos puntos temporales”, ha explicado la profesional a elDiario.es. Además, ha señalado que el hecho de que se pierda el volumen no implica que haya un problema. “Los estudios longitudinales a largo plazo demuestran lo contrario, el embarazo tiene un efecto protector”, ha explicado.

No obstante, Óscar Vilarroya, director de investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital del Mar Research Institute, ha reseñado que el nuevo estudio de Pritschet y su equipo es relevante, pero tiene una debilidad principal. “Hay que tener en cuenta que es solo un sujeto y eso hace muy difícil sacar conclusiones y generalizar los hallazgos a la población, y mucho menos que se puedan sacar implicaciones prácticas”, ha señalado.

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