Juan León García
Jennifer Casado (Fotos)
La aplicación de un enfoque innovador a la hora de encontrar soluciones a diversas enfermedades impacta directamente, de manera positiva, en los pacientes y en el conjunto de la sociedad. Siempre y cuando “estos tratamientos llegasen a tiempo a sus destinatarios”, matizan las cuatro representantes de algunos de los principales laboratorios a nivel mundial como son AbbVie, GSK, Novartis y Roche durante el Ciclo Communis organizado por iSanidad en la Casa Ronald McDonald de Madrid y centrado, en esta ocasión, en el área de pacientes.
El tiempo promedio de demora entre que una terapia innovadora se aprueba por parte de las autoridades europeas y lo que tarda en estar disponible en nuestro país, actualmente, supera los 600 días. Según datos del informe W.A.I.T., 661, concretamente. Es decir, casi dos años para que un paciente reciba un fármaco que pudiera cambiar el curso de su enfermedad.
Belén López (AbbVie): “Hemos comprobado cuán importante es intervenir a tiempo con los tratamientos adecuados, principalmente, cuando hablamos de patologías crónicas que, a su vez, son degenerativas”
Esther Espinosa, directora de Comunicación y Relación con Pacientes de Novartis, indica que este periodo “impacta especialmente en enfermedades oncohematológicas o raras”. Por ello, pide seguir trabajando, sobre todo, en aquellas patologías “para las que no tienes tiempo ni alternativa”. Aspecto sobre el que incide también Belén López, directora de Comunicación Estratégica y Relaciones con Pacientes de AbbVie: “Hemos comprobado cuán importante es intervenir a tiempo con los tratamientos adecuados, principalmente, cuando hablamos de patologías crónicas que, a su vez, son degenerativas”.
De entre los múltiples desafíos, Paula Sánchez de la Cuesta, directora de Patient Advocacy & Disease Awareness de GSK, menciona que a este retraso en la disponibilidad de los tratamientos existe “una inequidad entre comunidades autónomas, lo que resulta contradictorio siendo un mismo país”. Más aún, añade, sabiendo que España “es una potencia en ensayos clínicos”.
De la misma forma que hace falta un cambio de mentalidad, explica Beatriz Lozano, directora de Comunicación, Pacientes y RSC de Roche Farma: “Tenemos mucho recorrido todavía en considerar la salud como una inversión y no un gasto. Debemos cambiar el hecho de que criterios economicistas prevalezcan sobre criterios de salud, o de calidad de vida, o clínicos”. A su juicio, es el momento de poner este debate encima de la mesa y comenzar a revertir la situación.
Paula Sánchez de la Cuesta (GSK): “Debemos poner en valor que tengamos ese beneficio a la hora de recibir y acceder un fármaco, sabiendo que España es una potencia en ensayos clínicos”
Un camino en el que la tecnología, y la inteligencia artificial (IA) en especial, tendrán un papel clave, coinciden las profesionales, para “acortar obligatoriamente” esos 661 días, cree Paula Sánchez. El objetivo es equipararse a países como Alemania, donde el tiempo de espera apenas supera los dos meses.
Por eso, Beatriz Lozano recalca las “muchas cosas que están a nuestro favor”, como herramientas para medir “el valor” de los productos.“Disponemos de unos medios que antes no existían y que hacen mucho más fácil que nunca revertir esta situación, como Real World Evidence (RWE) o IA. Todo permite un conocimiento mucho más detallado, exhaustivo y preciso de lo que aporta, de cómo funciona, de la evolución. Lo que se necesita de verdad es voluntad y trabajo conjunto”, desarrolla la portavoz de Roche Farma.
Esther Espinosa (Novartis): “La industria farmacéutica realiza un esfuerzo desde el punto de vista de la investigación, lo que se traduce en progreso social, más allá de la formación y la educación”
Sin olvidar tampoco la importancia de que la sociedad perciba los esfuerzos que la industria farmacéutica realiza “desde el punto de vista de la investigación y el progreso”, apunta Esther Espinosa. Tratamientos de ARN mensajero (ARNm) en medicina nuclear, terapias génicas o celulares… Que se traducen, recuerda, en “progreso social, más allá de la formación y la educación”.
Así lo ponen de manifiesto también desde AbbVie. “Trabajamos para el desarrollo de soluciones innovadoras que tengan un impacto notable en la vida de las personas”, afirma Belén López, que insiste: “Pero, para poder ayudar mejor la vida de las personas, estos tienen que ser accesibles a todos los que los necesitan y cuando los necesitan”.
El gran reto de la cronicidad
Hay un mantra que se repite especialmente en los últimos años: que el paciente no solo viva más, sino que sobre todo viva mejor. “Y eso lo hemos conseguido, en parte, gracias a la cronificación de algunas enfermedades, es decir, convirtiendo enfermedades, hasta el momento mortales, en enfermedades con las que el paciente puede convivir”, celebra la representante de AbbVie.
Beatriz Lozano (Roche Farma): “La cronicidad tiene que ser una ocupación, una preocupación y una prioridad de los sistemas sanitarios”
Algo más de la mitad de las personas en nuestro país (unos 22 millones) tiene una enfermedad crónica. A lo largo de este tiempo se han ido logrando hitos que, como rememora Beatriz Lozano, se aglutinan especialmente en el área de Oncología, con tumores que “hace no tanto eran mortales y ahora se están cronificando”. Asimismo, reitera que “esa cronicidad tiene que ser una ocupación, una preocupación y una prioridad de los sistemas sanitarios”, ya que, ante el número tan alto de pacientes crónicos, “cambia mucho el concepto de asistencia sanitaria”.
Los Ciclos Communis, organizados por iSanidad como proyecto pionero dentro de la prensa especializada, son encuentros de discusión entre stakeholders de la industria farmacéutica y del ámbito sanitario.