La investigación en linfoma de células del manto se dirige a esquemas libres de quimioterapia

Aunque actualmente la quimioterapia forma parte del estándar de tratamiento, los avances en iBTK, inmunoterapia o CAR-T van ganando terreno

Nieves Sebastián Mongares
La investigación en linfoma de células del manto se dirige a formular estrategias libres de quimioterapia en las primeras líneas. Sin embargo, esto no es una realidad en el presente. Como explica el Dr. Raúl Córdoba, jefe asociado del Servicio de Hematología y Hemoterapia, coordinador de la Unidad de Linfomas e investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz, “en la actualidad el linfoma de células del manto se trata en primera línea con esquemas de quimioterapia, y cuando los pacientes recaen comenzamos con las estrategias libres de esta”.

En este contexto, los inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton (iBTK), forman parte de la estrategia para los pacientes que recaen, y cada vez hay más alternativas terapéuticas para estos pacientes. Como explica el Dr. Córdoba “el linfoma de células del manto es uno de los tipos de linfoma no Hodgkin en los que más avance ha habido en los últimos años y gracias al conocimiento obtenido se han podido diseñar estrategias de tratamiento específicas”. Así, aunque la quimioterapia siga formando parte esencial del régimen de tratamiento, el especialista destaca “nuevas estrategias como la inmunoterapia, las terapias orales dirigidas y la terapia celular con linfocitos CAR-T”.  Además, el Dr. Córdoba pone en valor que “todas estrategias están disponibles en España, por lo que los pacientes españoles tienen acceso a las mejores estrategias de tratamiento, similar a los países del entorno”.

El linfoma de células del manto es uno de los tipos de linfoma no Hodgkin en los que más avance ha habido en los últimos años, como la inmunoterapia, terapias orales dirigidas o CAR-T

El futuro se basa en la incorporación de los iBTK en las primeras líneas de tratamiento”, asevera el Dr. Córdoba. “En la mayoría de los pacientes, esta combinación se realizará junto con quimioterapia, pero se están investigando opciones sin esta, combinando iBTK con inmunoterapia, lo que probablemente sea una opción en para pacientes con linfoma de células del manto indolente”, añade. El experto apunta que “hoy la principal estrategia en una segunda línea son los iBTK“. “En España tenemos disponible ibrutinib, pero los pacientes acaban perdiendo la respuesta y tenemos que pensar en siguientes opciones; en la actualidad disponemos de la terapia celular con linfocitos CART como es bre brexu-cel y recientemente tenemos disponible una nueva terapia como es pirtobrutinib para los pacientes o que bien no toleran ibrutinib o la enfermedad ha progresado bajo tratamiento con este fármaco“, especifica.

Aun así, según el especialista, “a pesar de los avances, hoy tenemos que seguir pensando en la quimioterapia como una opción de tratamiento en primera línea y el futuro más inmediato será la combinación de estrategias libres de quimioterapia cuando el paciente recaiga”.

Incidencia del linfoma de células del manto

El linfoma de células del manto es una enfermedad poco conocida. Se trata de un subtipo de linfoma no Hodgkin que muy poco frecuente; de hecho, la incidencia aproximada del linfoma de células del manto es de 0,5 casos por cada 100.000 personas, lo que hace que se catalogue de enfermedad rara.

Recientemente, el 15 de septiembre, se conmemoró el Día del Linfoma, fecha para visibilizar la realidad de los pacientes que lo padecen y poner el foco en los desafíos pendientes. “Recientemente hemos conocido como los tumores hematológicos son los quintos más frecuentes en el ser humano y en cambio la sociedad desconoce la existencia de estas enfermedades”, lamenta el Dr. Córdoba. Para avanzar en su visibilización y conocimiento, el facultativo considera que el trabajo de entidades como la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), las asociaciones de pacientes y de los medios de comunicación para transmitir sus mensajes, es esencial.

En concreto, respecto al linfoma de células del manto, el Dr. Córdoba precisa que “es un tipo de linfoma no Hodgkin que suele afectar principalmente a los ganglios linfáticos y en ocasiones a la médula ósea”. Los primeros síntomas que suele presentar el paciente, como señala el Dr. Córdoba, son “lo que se denomina un síndrome constitucional que incluye debilidad, pérdida de apetito y pérdida de peso” y, en ocasiones, “los llamados síntomas B que incluyen fiebre y sudoración hoy si se afectan ganglios externos los pacientes pueden consultar por bultos que se tocan en una exploración”.

El diagnóstico del linfoma de células del manto se realiza a través de la biopsia del ganglio linfático y, si no es posible, de tejidos como la médula ósea, la piel u otros órganos

El diagnóstico del linfoma de células del manto, como en el caso del resto de linfomas, se suele realizar a través de una biopsia. “Se extirpa un ganglio linfático, que es el órgano que más frecuentemente se encuentra afectado por el linfoma, pero a veces no son fácilmente accesibles para una extirpación y se precisa de una biopsia de otro tejido en los que exista sospecha de que esté afectado como por ejemplo la médula ósea, la piel o bien otros órganos que puedan estar afectados por el linfoma”, desarrolla el Dr. Córdoba. Aquí, como destaca el facultativo, “es muy importante el papel de los patólogos, especializados en realizar un diagnóstico a través de diferentes tinciones que permiten discriminar hoy entre enfermedades benignas como las inflamaciones o las malignas como los cánceres”.

También, porque como el Dr. Córdoba subraya “existe un grupo de pacientes que no tienen síntomas y el diagnóstico se hace por casualidad, en los casos llamados linfoma de células del manto indolente, en los que los pacientes entran en un programa de seguimiento activo sin comenzar ningún tipo de tratamiento hasta que empiezan a desarrollarlos”.

Diagnóstico integrado

En este contexto, el Dr. Córdoba recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS), “recomienda integrar la información clínica que obtenemos los hematólogos con la información que aportan los patólogos y otros especialistas en la citometría de flujo, la citogenética y la biología molecular”, Y, dada esta necesidad de integrar la información, el Dr. Córdoba apunta que “existe una corriente para revisar todos los casos de nuevo diagnóstico en los llamados comités de diagnóstico integrado”.

Esto, especifica el especialista suele ser más habitual en grandes centros universitarios que aquellos de menor tamaño, lo que “se hace necesario crear redes para consultar con verdaderos expertos y así poder garantizar un correcto diagnóstico a todos los pacientes independientemente de dónde sean atendidos”.

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