La falta de adherencia al tratamiento es uno de los motivos que impiden el control del colesterol

La falta de adherencia a los tratamientos, entre otros factores, impiden el control de colesterol LDL en muchos pacientes. Sobre esta realidad, sus causas y sus soluciones debaten dos expertos en riesgo cardiovascular para iSanidad

G.M.
La hipercolesterolemia es una de las patologías más relevantes por su epidemiología en España. Se calcula que en torno a la mitad de la población tienen niveles de colesterol LDL por encima de lo recomendado. Y cuando se diagnostica y se trata, según el estudio Santorini, más del 70% de los pacientes que presentan riesgo cardiovascular alto o muy alto, no alcanzan los objetivos marcados por las guías clínicas.

¿Por qué es tan difícil tener bajo control el colesterol elevado? No hay una única razón, sino “muchísimas”, afirma la Dra. Carmen Suárez, jefa de Servicio de Medicina Interna del Hospital La Princesa de Madrid y responsable de su Unidad de Riesgo Vascular. “Primero, el desconocimiento de la importancia de lo que hablamos; hay quien sabe que tiene el colesterol elevado, pero lo infravalora. Son pacientes que están asintomáticos y piensan: ¿Por qué voy a tener que tomar un fármaco?”, señala durante su intervención en la Mesa de Expertos sobre riesgo cardiovascular e innovaciones farmacéuticas organizada por iSanidad en colaboración con Daiichi-Sankyo. La falta de adherencia al tratamiento es “un motivo fundamental” que impide el control del colesterol.

Dra. Sánchez: “Hay pacientes que están asintomáticos y piensan: ¿Por qué voy a tener que tomar un fármaco?”

En segundo lugar, “hay muchos pacientes a los que los fármacos con los que contábamos se les quedaron cortos, los objetivos del LDL son cada vez más agresivos y difíciles de conseguir”, admite. Estos factores tienen que ver con el paciente, pero hay otros vinculados al propio sistema sanitario y a los profesionales, según explica el Dr. Alessandro Sionis, director de la Unidad de Cuidados Intensivos y Agudos Cardíacos del Servicio de Cardiología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. “Yo no puedo prescribir el medicamento que desee en cualquier momento debido a las limitaciones impuestas por las directrices del sistema de salud. Por ejemplo, en Cataluña y en Madrid las directrices son diferentes”, afirma.

¿Y qué ocurre con los profesionales? El experto habla de “falta de conocimiento” y de cierta “inercia”. Por un lado, recuerda que los médicos de familia disponen de muy poco tiempo para atender a sus pacientes, por lo que “no siempre tiene el tiempo necesario para explicar adecuadamente la importancia de tomar ciertos medicamentos o para cambiar la prescripción”.

Dr. Sionis: “Cualquier cambio en el tratamiento y vencer la inercia terapéutica requieren un esfuerzo significativo por parte del profesional; no se trata solo de modificar la receta electrónica”

Por otro, afirma que “cualquier cambio en el tratamiento y vencer la inercia terapéutica requieren un esfuerzo significativo por parte del profesional; no se trata solo de modificar la receta electrónica, también implica dedicar tiempo y cuidado a los pacientes, un elemento que los propios médicos “debemos abordar con honestidad”, reflexiona.

Tanto los cambios de tratamiento por parte del profesional como la adherencia del paciente suponen trabajo y empeño, sobre todo en una sociedad envejecida en la que muchos de los pacientes con riesgo cardiovascular son pluripatológicos y, por tanto, polimedicados. El desconocimiento, los efectos secundarios de los tratamientos y los regímenes terapéuticos complejos que enumera la Dra. Suárez en este contexto marcan la realidad de estos pacientes y de la falta de control del LDL alto.

Dra. Sánchez: “La clave está en definir procesos asistenciales claros y consensuados entre todos los actores involucrados: médicos de atención primaria, especialistas, enfermería, farmacias y laboratorios”

Pero también hay soluciones que pueden facilitar el camino de una correcta prevención de eventos cardiovasculares. “Hoy disponemos de una de las líneas maestras de la prevención vascular, la utilización de combinaciones fijas para cualquier factor de riesgo”, afirma la experta. Nuevos fármacos y pautas que, unidos a la colaboración entre los profesionales de distintos niveles asistenciales y disciplinas, pueden mejorar los datos de control de la hipercolesterolemia.

“La clave está en definir procesos asistenciales claros y consensuados entre todos los actores involucrados: médicos de atención primaria, especialistas, enfermería, farmacias y laboratorios”, opina la Sra. Suárez. Que los médicos de familia cuenten con “directrices claras y les facilitemos informes detallados” facilitaría su trabajo, ya que los profesionales de atención primaria “actúan como directores de orquesta, gestionando múltiples patologías en un paciente”, concluye.

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