Paula Baena
Óscar Pérez, Chief Scientific Officer & Business Development de Ferrer, ha presentado en una entrevista con iSanidad los avances del ensayo clínico Prosper, que busca ofrecer una nueva esperanza a los pacientes con parálisis supranuclear progresiva (PSP). “La molécula FNP-223 ralentiza la evolución de la parálisis supranuclear progresiva y mejora sus síntomas”, ha señalado. Este estudio de fase II se centra en la evaluación de esta molécula, que podría ralentizar la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa. Prosper prevé la inclusión de 220 pacientes con diagnóstico de PSP, buscando mejorar tanto el pronóstico como la calidad de vida de quienes padecen esta grave condición.
En relación con el ensayo Prosper, ¿podrían detallar cuáles son los criterios para seleccionar la muestra de pacientes en el ensayo clínico de fase II y qué resultados iniciales esperan observar a corto plazo?
El ensayo clínico Prosper prevé la inclusión de 220 pacientes con diagnóstico de parálisis supranuclear progresiva (PSP), posible o probable, con fenotipo de síndrome de Richardson y que iniciasen los primeros síntomas en los tres años previos a su participación en el estudio. En el ensayo pueden participar hombres o mujeres de entre 50 y 80 años con una puntuación en la escala PSPRS (que mide la evolución de la enfermedad) ≤ 40 y con un estado cognitivo conservado. Además, los participantes han de contar con el apoyo de un cuidador o familiar que los acompañe en las visitas médicas previstas por el estudio.
“El ensayo clínico Prosper prevé la inclusión de 220 pacientes con diagnóstico de parálisis supranuclear progresiva (PSP)”
Otros criterios relacionados con condiciones preexistentes, detallados en el protocolo del estudio, se revisarán por los investigadores para determinar la idoneidad de cada candidato potencial.
En cuanto a los resultados esperados, cabe recordar que la PSP es una enfermedad clasificada como tauopatía primaria. Su desarrollo se caracteriza por la acumulación anormal de formas insolubles y agregadas de la proteína tau. La proteína tau puede sufrir diversas modificaciones postraduccionales, entre ellas las fosforilaciones y las O-GlcNAcilaciones. En condiciones patológicas, la tau es hiperfosfolila, lo que favorece la formación de sus agregados. Diversos estudios preclínicos han demostrado que la O-GlcNAción previene la hiperfosforilación de la proteína y la formación de los ovillos neurotóxicos que puede provocar la muerte de las neuronas.
En este sentido, FNP-223 es una nueva molécula que funciona como un inhibidor reversible y competitivo del sustrato de la enzima O-GlcNAcasa. Se espera que la inhibición de esta enzima provoque un aumento rápido de la proteína tau O-GlcNAcilada y reduzca los agregados neurotóxicos de tau y, por tanto, la muerte celular. El potencial efecto terapéutico de FNP-223 consistiría, a medio-largo plazo, en la ralentización de la evolución de la enfermedad y en una mejora de sus síntomas.
Acerca del paciente participante, ¿Cómo fue el proceso de inclusión del primer paciente en Estados Unidos? ¿Qué tipo de seguimiento clínico se llevará a cabo durante el estudio para asegurar su bienestar?
El estudio Prosper incluye un periodo de selección de 6 semanas. En él se realiza una evaluación completa del estado físico, de la enfermedad del participante y la presencia de posibles efectos adversos derivados del tratamiento.
“El potencial efecto terapéutico de FNP-223 consistiría, a medio-largo plazo, en la ralentización de la evolución de la enfermedad y en una mejora de sus síntomas”
Una vez confirmada su elegibilidad, se asigna de forma aleatoria a uno de los dos grupos de tratamiento. Así empieza a recibir el medicamento correspondiente (fármaco o placebo) durante 52 semanas. Cuando finaliza dicho periodo, durante las siguientes 4 semanas el paciente tendrá evaluaciones presenciales y telefónicas. En ellas se valorará su estado físico, la evolución de la enfermedad y la presencia de posibles efectos adversos derivados del tratamiento.
Como parte del compromiso de Ferrer de buscar soluciones transformadoras para las personas que viven con enfermedades graves y debilitantes, en el caso del estudio Prosper también velaremos por que el tratamiento terapéutico no afecte la calidad de vida de los pacientes.
Se menciona que el ensayo se activará en la Unión Europea y Reino Unido a finales de 2024. ¿Podrían proporcionar más detalles sobre cómo se gestionarán las fases de reclutamiento y el inicio en estos países, en concreto en España? ¿Qué hospitales españoles participarán en este ensayo?
En España tenemos previsto incluir 9 centros de excelencia en el seguimiento de pacientes con la PSP. De esta manera, queremos asegurarnos de cubrir al máximo el territorio nacional y, por tanto, facilitar el acceso de pacientes al estudio. En cuanto a los centros europeos, esperamos activarlos en su mayoría antes de finalizar el año 2024 tras recibir todas las aprobaciones regulatorias locales. La información detallada sobre los centros participantes y la evolución del estudio estará disponible en los registros de los ensayos clínicos públicos.
“En España tenemos previsto incluir 9 centros de excelencia en el seguimiento de pacientes con la PSP para asegurarnos de cubrir al máximo el territorio nacional”
Según los resultados preclínicos, la molécula FNP-223 ha mostrado capacidad para prevenir la acumulación de la proteína tau. ¿Qué impacto esperan que tenga este mecanismo de acción en los pacientes con PSP y qué desafíos se anticipan en la fase clínica?
Todo estudio clínico implica múltiples desafíos, pero estos se agudizan especialmente en el caso de enfermedades complejas y/o de baja prevalencia donde la falta de tratamientos eficaces y, en muchas ocasiones, variables clínicas fiables y medibles de forma directa dificultan la realización de los estudios y la interpretación del beneficio clínico.
Con la PSP nos enfrentamos a una enfermedad que todavía supone un reto en el propio diagnóstico. Existe una gran diversidad clínica en la población de pacientes ya que desafortunadamente el diagnóstico no es sencillo.
En base a los resultados negativos de estudios clínicos previos con otras alternativas terapéuticas, consideramos que la intervención mediante el tratamiento con FNP-223 tendrá más posibilidades de demostrar eficacia en pacientes con estadios más tempranos de la enfermedad, cuando la progresión de la taupatía es menor. Es clave también contar con centros investigadores especializados en el manejo de la patología y con experiencia previa en ensayos clínicos.
La molécula FNP-223 podría representar una alternativa prometedora capaz de modificar el curso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes
Realizar ensayos clínicos en enfermedades raras implica también un reto adicional a la hora de encontrar los pacientes y garantizar que el reclutamiento se completa lo antes posible. Generar datos de calidad en el menor tiempo posible es una prioridad para nosotros. Insistimos en centrar nuestra atención, como promotores comprometidos, en asegurar la mejor experiencia posible a los participantes y su entorno, a la vez que facilitar la labor de los centros de investigación garantizando los máximos estándares de calidad.
Con todo, esta metodología responde a nuestra manera de trabajar y al propósito de Ferrer de utilizar el negocio para luchar por la justicia social para poder ofrecer igualdad de oportunidades a las personas que viven con estas enfermedades graves y debilitantes.
Dado que actualmente no existe cura para la PSP, ¿cómo ve Ferrer el panorama de desarrollo de nuevos tratamientos a corto, medio y largo plazo y qué rol cree que jugará la molécula FNP-223 en esta evolución?
Tal y como ocurre con otras enfermedades neurodegenerativas, estamos convencidos de que en el caso de la PSP se producirán avances prometedores en los próximos años.
Hay una tendencia al alza en áreas patológicas en las que hasta hace unos años no había medicamentos en fase clínica. Esto permite avanzar en nuevos tratamientos, comprender mejor las enfermedades y sus causas, y desarrollar biomarcadores para mejorar el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad.
“No contemplamos la investigación clínica sin la participación directa de las asociaciones de pacientes”
En el caso de una enfermedad rara como la PSP, que hoy en día no dispone de ninguna opción terapéutica aprobada, la molécula FNP-223 podría representar una alternativa prometedora capaz de modificar el curso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Nuestra experiencia nos lleva a seguir impulsando una colaboración multidisciplinar entre todos los actores implicados. Se ha de contar con pacientes, cuidadores, comunidad médica y científica, instituciones de investigación académica, empresas farmacéuticas y reguladores. Este trabajo conjunto es clave en un entorno tan complejo que requiere de respuestas urgentes para tratar enfermedades tan devastadoras como la PSP.
¿De qué manera participan las asociaciones de pacientes en el transcurso de este ensayo? ¿Prevén incorporar datos de vida real?
En Ferrer no contemplamos la investigación clínica sin la participación directa de las asociaciones de pacientes. Creemos que es fundamental escuchar de primera mano las necesidades de los pacientes y de sus cuidadores.
Esta colaboración está presente en todas las fases de nuestros desarrollos, desde el diseño de los estudios clínicos para detectar las necesidades de nuevos tratamientos hasta la ejecución del proyecto y la difusión de sus resultados. Las asociaciones son un elemento clave para compartir la información científica y médica adecuada de los estudios con los pacientes.
Además, el programa de desarrollo de FNP-223 incluye un amplio plan de generación de evidencias a partir de múltiples fuentes, incluyendo datos de vida real con la intención de facilitar que los nuevos tratamientos confirmen sus beneficios detectados en fase clínica y lleguen al mercado lo antes posible.