La fitoterapia, un tratamiento alternativo con el que abordar la dispepsia funcional y los síntomas intestinales desde atención primaria

El Congreso Nacional de Semergen ha destacado los desafíos que enfrentan los médicos de atención primaria al tratar la dispepsia funcional y otros trastornos intestinales

fitoterapia

Paula Baena (Bilbao)
Los trastornos digestivos funcionales se han convertido en un desafío para los médicos de atención primaria, que tratan de buscar soluciones para pacientes a los que “ningún fármaco o alimento les sienta bien. Creen que se han confundido en el diagnóstico, que pueden tener algo malo, intolerancias, alergias o incluso sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO)”, ha señalado la Dra. Noelia Fontanillas, presidenta del Comité Científico de Semergen, antes de presentar un manual de cabecera para abordar el tratamiento de pacientes con dispepsia funcional o síndrome de intestino irritable, haciendo hincapié en terapias alternativas como la fitoterapia.

Estos trastornos son dolencias crónicas y fluctuantes que cuentan con un número significativo de afectados. Dichas patologías, que se caracterizan por síntomas como la hinchazón, el dolor abdominal y las alteraciones en la motilidad intestinal, presentan un reto considerable para los profesionales, pues los pacientes no suelen responder de manera favorable a los tratamientos convencionales.

Menthacarin, compuesto por una combinación de aceite esencial de menta y alcaravea, ha demostrado ser eficaz en la reducción del dolor abdominal y la hinchazón

En este contexto, la Dra. Fontanillas ha querido remarcar el creciente uso de los fitofármacos, un tipo de tratamiento que está ganando relevancia como opción terapéutica complementaria. Según la facultativa, cada vez más estudios respaldan el uso de estos tratamientos en el manejo de mencionados trastornos digestivos. Además, la Dra. Fontanillas ha señalado menthacarin, uno de los tratamientos más prometedores. Este fitofármaco está compuesto por una combinación de aceite esencial de menta y alcaravea y ha demostrado ser eficaz en la reducción del dolor abdominal y la hinchazón, síntomas comunes tanto en la dispepsia funcional como en el síndrome de intestino irritable. Esta combinación actúa al reducir la sensibilidad visceral y mejorar la motilidad intestinal, proporcionando un alivio notable en pacientes con síntomas persistentes.

No obstante, respecto al abordaje farmacológico disponible, la Dra. Fontanillas ha referido el uso de procinéticos para aquellos pacientes que presentan saciedad precoz y plenitud postprandial, síntomas que encajan en el llamado ‘síndrome de distrés postprandial’ según los criterios de Roma IV. Para los pacientes que sufren mayoritariamente de dolor epigástrico o sensación de ardor, conocido como síndrome de dolor epigástrico, la primera línea de tratamiento son los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, en dosis únicas de 20 mg antes de las comidas. Estos fármacos han demostrado eficacia en mejorar los síntomas, aunque la evidencia no señala una superioridad entre distintas opciones de inhibidores de la bomba de protones.

Además, para los pacientes que no mejoran con tratamientos convencionales, la presidenta ha destacado el uso de neuromoduladores, en especial la amitriptilina, un antidepresivo tricíclico que ha mostrado ser útil en dosis bajas para mejorar los síntomas digestivos, particularmente en aquellos pacientes que experimentan ansiedad o depresión asociadas a su trastorno digestivo.

Hacer que el paciente se sienta escuchado

Según la presidenta del Comité Científico de Semergen, la mayor parte de pacientes que cuentan con estas patologías llegan a consulta repletos de dudas y con la sensación de no tener un diagnóstico correcto ni estar siendo escuchados. Por tanto, además de los tratamientos farmacológicos y la fitoterapia, la Dra. Fontanillas ha explicado que uno de los primeros pasos para mejorar la calidad de vida de los pacientes es hacerlos conscientes de su enfermedad, explicándoles que no se busca una curación definitiva, sino el alivio de los síntomas. Esta educación es clave para que los pacientes se responsabilicen de su tratamiento y adopten cambios en su estilo de vida.

La sesión ha finalizado con la intervención del medallista olímpico Saúl Craviotto, quien ha destacado la importancia de ‘simplificar’ para alcanzar cualquier objetivo. Craviotto se ha servido de un paralelismo entre el ámbito deportivo y las consultas médicas, subrayando el importante papel de los médicos de familia, quienes desmenuzan la información para comunicarse de manera más simple, clara y empática con los pacientes.

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