Luis de Haro. Director general de iSanidad
La sanidad pública se enfrenta a retos importantes, y uno de los debates actuales gira en torno al futuro del mutualismo administrativo, especialmente Muface. El lema “la sanidad pública no se vende, se defiende” ha ganado fuerza en el discurso político. Sin embargo, no han calado las consecuencias de no garantizar una financiación adecuada para sistemas como Muface para salvar la sanidad pública. Los mutualismos actúan como un contrapeso en la carga asistencial del sistema sanitario público.
No ha calado en el discurso político las consecuencias de no garantizar una financiación adecuada para sistemas como Muface para salvar la sanidad pública
La eliminación de Muface, lejos de ser una solución para la sanidad pública, podría generar una presión insostenible. Según la Fundación IDIS, el modelo de mutualismo sufre una infrafinanciación significativa. Mientras que el gasto per cápita en sanidad pública ha crecido un 53% en los últimos diez años, lo destinado a las mutualidades como Muface solo ha aumentado un 32%. Esto deja al sistema en una situación frágil, en la que no puede competir con la atención pública en términos de financiación. Sin embargo, el sistema mutualista sigue absorbiendo a casi dos millones de personas que, de otro modo, estarían utilizando la sanidad pública, aumentando la presión asistencial.
Si el sistema Muface desapareciera, 1,68 millones de asegurados tendrían que pasar al sistema público. Las implicaciones de este trasvase serían dramáticas, no solo para los pacientes, sino también para los profesionales y el propio sistema sanitario público. Según datos de Sespas, el 40% de los médicos en España combinan su trabajo entre el sistema público y el privado, mientras que el 30% trabaja exclusivamente para aseguradoras. Sin un modelo como Muface, la saturación de consultas y servicios sería inevitable, y la pérdida salarial de los profesionales un hecatombe.
Si el sistema Muface desapareciera, 1,68 millones de asegurados tendrían que pasar al sistema público colapsando servicios en todas las comunidades
Se calcula que la desaparición de Muface generaría un aumento de 5 millones de visitas en atención primaria. También generaría un incremento del 266% en las listas de espera para consultas externas y un 115% más en las listas para cirugías. Este panorama obligaría a los hospitales públicos a operar bajo una presión asistencial sin precedentes, empujando a los profesionales y a los pacientes al límite.
La infrafinanciación del sistema mutualista no solo afecta a los beneficiarios de Muface, sino que pone en peligro la estabilidad de todo el sistema sanitario. Actualmente, el sindicato CSIF y la patronal de la sanidad privada (ASPE) han expresado su preocupación sobre el posible fin de Muface. La desaparición de este sistema, que actualmente es una opción para los funcionarios, implicaría que una masa importante de usuarios pasaría directamente a la sanidad pública. Esto podría llevar a un colapso sin precedentes del sistema, que ya enfrenta problemas de listas de espera, cupos desbordados y agendas saturadas en atención primaria.
La solución, lejos de recortar el modelo de mutualismo, debería pasar por garantizar una financiación justa para las mutualidades. Incrementar los recursos disponibles para Muface aliviaría significativamente la presión sobre la sanidad pública. En estos momentos ambas tienen que coexistir y funcionar de manera eficiente. El fin del mutualismo no solo afectaría a los usuarios actuales, sino que tendría un impacto directo sobre la calidad de la atención en la sanidad pública.
Muface es un aliado para la sanidad pública
La coexistencia de Muface y el sistema sanitario público no debería verse como una competencia, sino como una estrategia de equilibrio. La capacidad del sistema mutualista de absorber una parte considerable de la demanda asistencial contribuye a aliviar la carga sobre los hospitales y centros de salud públicos. Con un incremento de financiación a Muface, se podrían evitar largas listas de espera y colapsos en la atención primaria y especializada.
Mónica García en el Día Mundial de la Salud defendía la sanidad pública como pilar del estado del bienestar. Supongo que también debería entender que mantener y financiar adecuadamente Muface es una manera directa de proteger la sanidad pública. El colapso del mutualismo significaría un trasvase masivo de pacientes hacia el sistema público, lo que, en lugar de fortalecerlo, lo debilitaría.