Tres de cada cuatro pacientes se vacunan si su médico de cabecera lo comunica con firmeza

La firmeza en la recomendación de la vacuna por parte del médico de familia es decisiva para proteger a la población adulta de enfermedades como el VRS y el herpes zóster

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Paula Baena (Bilbao)
La comunicación clara y directa del médico de familia puede marcar la diferencia en la cobertura de vacunación, especialmente en pacientes adultos. Según los datos expuestos en el Congreso Semergen, celebrado del 2 al 5 de octubre, más del 75% de los pacientes se vacuna cuando el médico lo comunica con firmeza y seguridad. En contraste, cuando se deja espacio a la duda o al diálogo participativo, solo entre el 24% y el 26% de los pacientes opta por hacerlo. Este impacto se refleja especialmente en la vacunación contra el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) y el herpes zóster, dos enfermedades que representan una carga considerable en la población mayor y personas con patologías crónicas.

La Dra. Esther Redondo Margüello, jefa de sección del Centro de Salud y Vacunación Internacional y miembro del GT de Infecciosas, Migrante, Vacunas y Actividades Preventivas (Imvap) de Semergen, resalta la importancia de la confianza que los pacientes depositan en su médico de cabecera a la hora de tomar decisiones sobre su salud. “La mayoría de los pacientes se vacuna porque su médico se lo ha recomendado”, incide la Dra. Redondo, recordando los estudios que respaldan esta influencia. Según expone, si un paciente inicialmente reticente a la vacunación recibe un consejo claro y positivo por parte del médico, se vacuna hasta el 70% de las veces. Además, si el paciente y el médico son provacunación desde el inicio, la tasa de vacunación alcanza un 87%.

Así, esta correlación resalta el papel del médico de familia no únicamente como prescriptor de tratamientos, sino como agente clave en la promoción de la prevención mediante la vacunación.

La vacuna del VRS podría reducir hospitalizaciones y la mortalidad

Hasta hace poco, el VRS era percibido principalmente como un virus infantil, asociado a bronquiolitis en bebés. Sin embargo, nuevas investigaciones han sacado a la luz el impacto significativo que tiene en adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. En 2019, el VRS causó más de 18.000 hospitalizaciones y alrededor de 1.270 muertes en mayores de 60 años solo en España. “El VRS en adultos es un problema de salud infravalorado y subdiagnosticado”, comenta la Dra. Redondo, quien recalca que los síntomas muchas veces se confunden con otras infecciones respiratorias, lo que dificulta un tratamiento adecuado y precoz.

Ante esta realidad, la facultativa destaca la importancia de la nueva vacuna contra el VRS, especialmente en personas mayores y aquellos con patologías respiratorias o cardiovasculares. “Esta vacuna tiene el potencial de reducir las hospitalizaciones y la mortalidad, pero todo depende de la capacidad del médico de familia para transmitir la importancia de la vacunación”, subraya la especialista, resaltando nuevamente el papel crucial de una comunicación efectiva para lograr coberturas vacunales elevadas.

La necesidad de vacunar frente al herpes zóster

Por su parte, el Dr. Álvaro Morán Bayón, médico de familia y coordinador del Grupo de Trabajo en Migrantes y Vacunas, enfatiza la necesidad de vacunar frente al herpes zóster, una enfermedad que, aunque conocida, puede generar complicaciones severas como la neuralgia postherpética y problemas cardiovasculares. “El herpes zóster no solo produce dolor agudo, sino que en muchos casos, especialmente en pacientes mayores de 50 años, deja secuelas neurológicas que pueden durar meses o incluso años”, explica el Dr. Morán.

Además, el Dr. Morán señala que, aunque la tasa de recidivas es baja (alrededor del 5%), en los pacientes que sufren una recurrencia el riesgo de desarrollar complicaciones aumenta considerablemente. La vacuna contra el herpes zóster, que ha demostrado una eficacia de más del 90% en la prevención de estas complicaciones, se convierte en una herramienta clave en la consulta de atención primaria. “No se trata solo de prevenir la infección, sino de evitar que estas complicaciones afecten la calidad de vida del paciente”, agrega el médico generalista.

Así, el consejo médico directo y firme es esencial para asegurar que los pacientes, especialmente aquellos en riesgo, se vacunen. Tanto la Dra. Redondo como el Dr. Morán coinciden en que el médico de familia tiene en sus manos una herramienta poderosa para mejorar la salud pública: la confianza del paciente. “Vacunar salva vidas, y el médico de familia constituye el primer paso para lograrlo”, concluye Redondo.

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