Lípidos, el macronutriente “olvidado” (hasta ahora) en las fórmulas infantiles

Los lípidos son el segundo nutriente con mayor presencia en la leche materna por delante, incluso, de los mucho más reconocidos hoy en día oligosacáridos (HMOs), por ello es relevante avanzar para incluirlo en los nuevos diseños de leche de fórmula

Luis Blesa, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), y Juan José Díaz, pediatra especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del HUCA en Oviedo y presidente del Comité Científico Ejecutivo de Congresos de la AEP
La ciencia ha evidenciado que la estructura, el tamaño y la composición de los lípidos (grasas) de la leche materna juegan un rol clave en el crecimiento y desarrollo de los niños a largo plazo, al aportar el 50% del total del contenido energético que necesitan para crecer de forma sana y desarrollarse a largo plazo. Los lípidos son fuente de energía, proporcionan ácidos grasos esenciales y transportan y ayudan a la absorción de las vitaminas A, D, E y K en el organismo.

De hecho, los lípidos son el segundo nutriente con mayor presencia (35-40 g/l) en la leche materna por delante, incluso, de los mucho más reconocidos hoy en día oligosacáridos (HMOs). Son los lípidos los que intervienen en múltiples funciones claves del organismo: especialmente en el desarrollo cognitivo y en su programación metabólica, y en el metabolismo lipídico a corto, medio y largo plazo.

Sin embargo, hasta ahora, la investigación clínica no había permitido prestar toda la atención que este macronutriente se merece en el proceso de producción de las fórmulas infantiles. En parte, por la complejidad de su estructura, ya que dentro de la leche materna se encuentran en forma de lo que llamamos glóbulos lipídicos, una especie de gota lipídica con una composición, tamaño y estructura claves para la correcta digestión, absorción y biodisponibilidad de las grasas.

La investigación clínica no había puesto el foco hasta el momento en los lípidos, en parte, por la complejidad de su estructura

Ahora, la tecnología Nuturis, desarrollada por Nutricia para el diseño de nuevas leches de fórmula, ha logrado producir glóbulos lipídicos que imitan la estructura lipídica -la forma y organización de los glóbulos grasos- de la leche materna. Y este hallazgo no es intrascendente, ya que el aporte de glóbulos grasos de un tamaño similar a los glóbulos grasos de la leche materna envueltos por una capa de fosfolípidos que simula la estructura del glóbulo graso de la leche materna ha demostrado comportar un beneficio funcional y de composición que va a ser muy relevante.

De hecho, los resultados del estudio MERCURIUS, un ensayo clínico multicéntrico, randomizado, doble ciego, controlado por placebo y de cinco años de duración, han reflejado que los niños que reciben una fórmula infantil suplementada con Nuturis alcanzan un crecimiento similar a los niños alimentados con leche materna. En concreto, pueden lograr alcanzar un impacto positivo similar en el índice de masa corporal (IMC), la presión sanguínea y el desarrollo neurocognitivo del niño a los 5 años, algo nunca visto hasta el momento.

En definitiva, el estudio MERCURIUS viene a poner en valor el peso que la estructura y la composición lipídica de la leche materna tienen en la alimentación del lactante al comienzo de la vida y en su desarrollo posterior.

Si bien sabemos que la leche materna en exclusiva es el patrón de oro de la alimentación del lactante durante los seis primeros meses de vida, la innovación que ofrece Nuturis en la alimentación para la primera infancia es trascendente, ya que, hasta ahora, las fórmulas infantiles han incorporado las grasas de una forma completamente distinta de la que aporta la leche humana.

La innovación técnica y tecnológica avanzan para ofrecer mejores productos a lactantes sanos o con diferentes patologías, intentando imitar en lo posible la funcionalidad de la leche humana

Vamos en el camino correcto y es de agradecer la innovación técnica y tecnológica que la industria intenta para poder ofrecer los mejores productos a aquellos lactantes, bien sanos bien con diferentes patologías, que, por diferentes motivos, no puedan recibir lactancia materna.

Esta es una muestra más de que las fórmulas infantiles del futuro tienen que continuar intentando imitar en lo posible la funcionalidad de la leche humana. Cuanto más nos acerquemos a la misma, más cerca estaremos de tener éxito.

Todas estas innovaciones hemos podido comentarlas directamente con los investigadores en una reciente visita al Centro de Investigación e Innovación de Nutricia en Utrecht, donde la compañía lleva más de 25 años investigando la leche materna. En esta visita, un grupo de profesionales sanitarios pudimos conocer cómo se trabaja en el desarrollo e innovación de las fórmulas infantiles.

Durante este encuentro en el que hemos hablado mucho del futuro, también hemos podido ver la utilización de la inteligencia artificial en dos aplicaciones médicas, una para la valoración de perfiles somatométricos y otra de análisis de las características de las heces. Sin duda, son dos herramientas que, una vez estudiadas y validadas, serán una ayuda importante para la asistencia habitual en pediatría porque, con la colaboración de los padres, permitirán aportar al pediatra información objetiva y fiable en lugar de los datos subjetivos que nos reportan los padres en la consulta.

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