Paula Baena (Bilbao)
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las enfermedades cardiovasculares (ECV) están estrechamente vinculadas, y su combinación representa una amenaza significativa para la salud pública. Este binomio, que a menudo se desarrolla de manera silenciosa en los pacientes, plantea un reto importante para los profesionales de atención primaria, quienes se encuentran en la primera línea de detección y tratamiento.
La EPOC es una enfermedad que se caracteriza por la limitación crónica del flujo aéreo que afecta a los pulmones. Además, cuenta también con efectos sistémicos, lo que conlleva un mayor riesgo de eventos cardiovasculares. Este hecho, a menudo subestimado, fue destacado durante el 46 Congreso Nacional de Semergen, celebrado del 2 al 5 de octubre en Bilbao. El Dr. Alberto Calderón Montero, médico de familia y miembro del grupo de trabajo de Hipertensión y de Enfermedad Cardiovascular de Semergen, y la Dra. Vanessa Escolar Pérez, cardióloga del Hospital Universitario de Basurto ofrecieron una visión integral sobre la necesidad de un manejo multidisciplinar de estos pacientes.
El enfoque proactivo en atención primaria pretende prevenir los eventos cardiovasculares en pacientes con EPOC
Una de las principales novedades en el tratamiento de estos pacientes es el enfoque proactivo en atención primaria, que busca no solo tratar los síntomas respiratorios, sino también prevenir los eventos cardiovasculares que pueden surgir como complicación. “Los pacientes con EPOC tienen hasta cinco veces más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares graves, como infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares”, explicó la Dra. Escolar, enfatizando la importancia de un enfoque integral. En este sentido, los médicos de familia deben adoptar una visión más amplia y no centrarse únicamente en los síntomas respiratorios, sino estar atentos a signos de riesgo cardiovascular.
El tratamiento de los pacientes con EPOC debe ser individualizado y contemplar tanto las terapias broncodilatadoras como el control de los factores de riesgo cardiovascular. Los sanitarios reseñan la implementación de estrategias terapéuticas basadas en los últimos estudios clínicos, que sugieren la combinación de fármacos como los broncodilatadores de larga duración y las estatinas, que no solo mejoran la capacidad pulmonar, sino que también reducen significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares. “El uso de terapias combinadas ha demostrado ser efectivo en reducir las exacerbaciones de la EPOC y, al mismo tiempo, proteger el sistema cardiovascular”, añadió el Dr. Calderón, exponiendo el cambio del afrontamiento de la enfermedad y destacando los diferentes factores implicados en la triple terapia.
Dra. Escolar: “Los pacientes con EPOC tienen hasta cinco veces más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares graves”
Además, el carácter interactivo de la charla permitió a los asistentes, mayoritariamente médicos de atención primaria, participar a través de una aplicación móvil, compartiendo su experiencia sobre el manejo de estos pacientes en sus consultas diarias. Este formato dinámico fomentó un diálogo en tiempo real sobre las dificultades y oportunidades que se presentan en el día a día del abordaje de la EPOC. Se recalcó que la prevención de las exacerbaciones es uno de los principales objetivos en la atención a estos pacientes, ya que cada exacerbación aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Otro de los puntos debatidos fue el tiempo de espera en el tratamiento, un factor clave en el pronóstico de los pacientes. Los expertos coinciden en que las intervenciones tempranas no solo mejoran el pronóstico a largo plazo, sino que también reducen el costo económico para el sistema de salud. “Cada día que se retrasa el tratamiento adecuado incrementa el riesgo de hospitalización, empeora la calidad de vida del paciente y supone un mayor coste sanitario”, advirtió la Dra. Escolar Pérez.
La prevención de las exacerbaciones, uno de los principales objetivos
Asimismo, los facultativos hacen un llamado a adoptar una actitud proactiva en la atención primaria, buscando salir de la llamada zona de confort y aplicar las últimas guías de tratamiento. Esto implica no solo el uso de fármacos más efectivos, sino también la promoción de cambios en el estilo de vida del paciente, como la mejora de la alimentación, el abandono del tabaco y el aumento de la actividad física. “La intervención sobre los factores de riesgo modificables, como el tabaquismo o la hipertensión, es fundamental en el manejo de estos pacientes”, destacó el Dr. Calderón.
Así, la atención primaria tiene un papel fundamental en la prevención y manejo de la EPOC y las enfermedades cardiovasculares asociadas. Con un enfoque integral, apoyado en la detección precoz y el tratamiento oportuno, los médicos de familia pueden no solo mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también reducir las complicaciones a largo plazo y los costos sanitarios asociados a estas patologías crónicas.