Luis de Haro. Director general de iSanidad
La industria sanitaria es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social de cualquier país, y España no es la excepción. De hecho, entre las 100 mejores empresas para trabajar en el país, 15 pertenecen al sector sanitario. Es una realidad que demuestra su importancia no solo en términos de salud, sino también como motor económico y generador de empleo de calidad. Potenciar este sector es clave para garantizar un futuro próspero y un país más competitivo. Apostar por la industria sanitaria mejora la sanidad pública.
Cuanto más invirtamos como país en el tejido empresarial y la industria sanitaria, mejor sanidad tendremos
Con los datos en la mano, es evidente que cuanto más invirtamos como país en el tejido empresarial sanitario, mejores desarrollo económico y social tendremos. La relación entre inversión y calidad empresarial es clara: si bajamos la inversión pública en sanidad, inevitablemente tendremos peores empresas y peores indicadores sanitarios. Esto no solo afectaría a la atención que recibimos como ciudadanos, sino también a la competitividad de las empresas que operan en la industria sanitaria. Un sector sanitario robusto y bien financiado es capaz de atraer talento, generar innovación, fomentar el crecimiento económico y potenciar la sanidad pública complementada con la asistencia privada.
La sanidad pública se beneficia cuando las empresas del sector sanitario son de alta calidad, y se ve perjudicada cuando no hay competencia. Cuando las mejores compañías establecen altos estándares, las empresas y los servicios públicos se ven obligados a mejorar para seguir siendo relevantes. Así se genera una simbiosis que eleva el nivel general del sector público y del sector privado, por tanto, de todo e país.
Cuando las compañías establecen altos estándares, las empresas y los servicios públicos se ven obligados a mejorar para seguir siendo relevantes
Las empresas del sector sanitario, ya sean laboratorios, industria tecnológica o grupos privados, son un motor crucial para la sanidad y para la economía. No solo ofrecen empleos estables y de calidad, sino que también impulsan el bienestar de los ciudadanos al garantizar el acceso a servicios médicos avanzados. Según una encuesta de hace pocos meses de la consultora Randstad, el 54% de los encuestados en 25 países distintos desearían trabajar en la industria sanitaria, lo que refleja su atractivo como salida laboral.
Es esencial que tanto el sector público como el privado trabajen juntos y sigan invirtiendo en la industria sanitaria para asegurar su crecimiento y estabilidad. Es la forma de garantiza una mejor sanidad pública y una mejor calidad de vida, además, es uno de los impulsores más importantes de la economía nacional. Un país que apuesta por su sanidad es un país que apuesta por su futuro