Redacción
El 34% de la población española padece una enfermedad de salud mental, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud. Esta situación se agudiza en los más jóvenes tal y como evidencian los datos del IV Barómetro Juvenil de Bienestar y Salud del 2023, que revelan que hasta un 59% de personas de entre 15 y 29 años reconoce haber tenido problemas de salud mental. En este contexto, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) ha reclamado actualizar el abordaje de la salud mental juvenil en atención primaria, con un enfoque en la prevención y reducir el uso de benzodiacepinas entre los jóvenes.
Según la encuesta Estudes del Ministerio de Sanidad, el 19,6% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha consumido alguna vez este tipo de fármacos, muchas veces sin prescripción médica, lo que genera una creciente preocupación por el impacto que puede tener en su bienestar emocional. Idoia Jiménez, coordinadora del grupo de trabajo Atención al Adolescente de la semFYC, ha señalado que se ha normalizado el uso de benzodiacepinas y advierte de un “preocupante aumento“ en su consumo entre los jóvenes, que conlleva riesgos como la dependencia, confusión, trastornos de ánimo y de la memoria. “Tener acceso a benzodiacepinas pueden facilitar en adolescentes de riesgo los intentos de suicidio”, ha alertado.
Idoia Jiménez: “Tener acceso a benzodiacepinas pueden facilitar en adolescentes de riesgo los intentos de suicidio”
El Grupo de Trabajo de Atención al Adolescente de la semFYC establece recomendaciones sobre las indicaciones de prescripción en la guía Qué hacer y no hacer en la atención a la adolescencia, que se han incorporado a la iniciativa No Hacer del Ministerio de Sanidad. “Se recomienda no prescribir benzodiacepinas en población adolescente de 10 a 21 años ante problemas de ansiedad o insomnio, exceptuando los problemas neurológicos o psiquiátricos graves”.
En este contexto, la coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la semFYC, Luz de Myotanh Vázquez, señala que se debe considerar el daño que pueden causar en los adolescentes. “Esto nos debe llevar a implementar la prevención cuaternaria. Muchos psicofármacos tienen efectos secundarios que posiblemente sean peor tolerados por los adolescentes que por los adultos”, ha explicado.
Se recomienda no prescribir benzodiacepinas en adolescentes de 10 a 21 años ante problemas de ansiedad o insomnio, exceptuando los problemas neurológicos o psiquiátricos graves
Aumento de consultas de salud mental en atención primaria
El incremento en las consultas de salud mental en atención primaria es notable. Los datos del Sistema de Información de Atención Primaria (SIAP) muestran un aumento del 15% en las consultas programadas para población juvenil desde 2014. En el grupo de jóvenes entre 15 y 19 años, las consultas han pasado de 5,6 millones en 2014 a 6,5 millones en 2023. En los de 20 a 24 años, se pasó de 6,6 millones a 7,4 millones en el mismo período.
“La pandemia de Covid-19 ha incrementado las situaciones de soledad y el aislamiento social, disminuyendo las habilidades sociales y aumentando los cuadros de ansiedad y depresión en algunos niños y jóvenes”, ha expuesto Asensio López, coordinador del Programa de Actividades de Prevención y Promoción de la Salud (Papps) de la semFYC.
El Informe Nacional de Estadística de 2023 mostró que 4.000 personas se quitaron la vida en España y situó al suicidio la primera causa de muerte no accidental entre los jóvenes. Una parte de la intervención preventiva recae en atención primaria. “Somos la primera línea en la detección y prevención de problemas de salud mental infantojuvenil”, ha subrayado Luz de Myotanh Vázquez.
Los casos diagnosticados de depresión en atención primaria aumentan un 148% entre los jóvenes de 15 y 29 años desde 2014
La crisis de salud mental entre los jóvenes en España se ha vuelto alarmante, con un aumento de patologías como los trastornos del sueño, problemas de alimentación, la ansiedad y la depresión. En concreto, los casos diagnosticados de depresión en atención primaria han aumentado un 148% entre los jóvenes de 15 y 29 años desde 2014 y no han retrocedido después de la pandemia. Por su parte, los trastornos del sueño en adolescentes de 15 a 19 años se han triplicado desde 2014.
El papel de los médicos de familia y estrategias preventivas
Los médicos de Atención Primaria juegan un rol crucial en la detección temprana de los problemas de salud mental juvenil. Según la semFYC, las señales de alerta incluyen el aislamiento, el bajo rendimiento escolar, cambios en la conducta alimentaria, insomnio y alteraciones en la conducta, entre otras. “La narrativa de los afectados y sus familias es clave para identificar cuándo algo no está bien“, ha expuesto Luz de Myotanh Vázquez.
semFYC apuesta por la educación y formación en salud mental en colegios e institutos, así como la creación de puntos de apoyo comunitarios y espacios web informativos
En su opinión, la clave es la prevención, y esto implica un enfoque integral en coordinación con el colegio, trabajo social, sanitarios e inclusive con la policía ante casos de ciberacoso. “Es crucial reforzar las unidades de salud mental infantojuvenil con más recursos humanos y económicos, y apoyar a los familiares que lidian a diario con los problemas de sus hijos”, ha comentado. Por su parte, Asensio López ha afirmado que “es necesario implantar programas de prevención y detección precoz para los jóvenes en mayor riesgo”.
Finalmente, María Elisa Torres Tejera, MIR de segundo año de MFyC, ha resaltado que los médicos de familia y comunitaria tienen un rol crucial en la comprensión y tratamiento de las emociones en adolescentes y jóvenes. Por ello, ha subrayado la importancia de la formación de estos profesionales en inteligencia emocional, salud mental y técnicas de comunicación.