Pablo Crespo (Fenin): “Hay que acabar con la obsolescencia desde la cultura de la inversión”

El secretario general de la patronal del sector de las tecnologías sanitarias ofrece una entrevista a iSanidad en la que anticipa los principales hitos que deparan a la industria en esta segunda mitad del año y más adelante.

Juan León García
Jennifer Casado (Fotos / Vídeo)
Comienza un nuevo curso que para el sector de las tecnologías sanitarias será crucial. Tras el espaldarazo de los fondos europeos, desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) adelantan que la segunda mitad de 2024 puede marcar un antes y un después para el cambio normativo y estructural de la industria. Su secretario general, Pablo Crespo, recuerda que la tecnología sanitaria está presente “en toda la cadena de valor de la atención al paciente”. Por delante, dos desafíos interconectados: reducir al mínimo la obsolescencia y fomentar una cultura inversora proactiva, y no reactiva.

¿Cuál es el estado de salud del sector de las tecnologías sanitarias en España?
Es muy bueno. Si vemos todos los días que los hospitales tienen la capacidad de poder atender a millones de pacientes es, en parte, gracias a la tecnología sanitaria que permite que se diagnostiquen y se traten las enfermedades.

Dicho esto, creo que lo que hay es una gran oportunidad de mejorar la atención sanitaria. Y es donde tenemos que focalizarnos. Todavía tenemos retos por delante que debemos afrontar para mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario y, sobre todo, para mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes.

¿Qué desafíos y oportunidades identifican?
En la parte económica, estamos en un momento complejo, con un periodo inflacionista muy fuerte, donde ha habido compañías que han tenido serios problemas de viabilidad y donde traer tecnología de calidad a España ha sido todo un reto durante este periodo. Sobre todo, porque no tenemos medidas como la indexación de los contratos públicos, que es algo que hemos venido reclamando, y algo que permitiría que nuestro país fuera mucho más competitivo para poder traer la mejor tecnología sanitaria y la de mayor calidad.

“Tenemos que ayudar y colaborar con las administraciones públicas para mejorar ese entorno regulatorio y así mejorar la competitividad de nuestro país”

Aparte, también encontramos un importante cambio regulatorio en el sector, con los reglamentos de productos sanitarios (MDR) y de productos de diagnóstico in vitro (IVDR), que suponen que las compañías tengan que dedicar importantes recursos para adaptar todos sus procesos internos y aspectos regulatorios.

En paralelo, por parte del Ministerio de Sanidad se están sacando distintas consultas públicas de proyectos normativos que también afectan a nuestro sector y que pueden tener muchísima repercusión. Por tanto, tenemos que ayudar y colaborar con las administraciones públicas para mejorar ese entorno regulatorio y así mejorar la competitividad de nuestro país.

Otro reto es maximizar la capacidad industrial de nuestro sector. Pudimos comprobar durante la pandemia que España es un país eminentemente importador, porque no ha habido una apuesta por industrializar sectores estratégicos como el nuestro. Aquí también estamos intentando trabajar para que haya inversiones en compañías y mejorar las capacidades productivas. Con esto conseguiremos que, ante dificultades o picos de demanda extraordinarios que seguramente tengamos, estemos mejor preparados.

¿Cuáles son los principales objetivos que se marca durante su etapa como secretario general?
Los retos son los del equipo: focalizarnos en aportar más valor a nuestros asociados. Ellos tienen nuevos retos cada día a los cuales nosotros tenemos que intentar ayudarles a dar respuesta.

Y luego tenemos que trabajar para nuestro propósito, que no es otro que mejorar la salud y calidad de vida de las personas y facilitar que la innovación y la tecnología de mayor calidad llegue al sistema sanitario. Estos son los aspectos que estamos trabajando para intentar estar más cerca de los asociados, que tienen necesidades cambiantes y donde cada día se producen de manera más rápida. Por eso, también es muy importante trabajar de la mano de las administraciones e instituciones sanitarias para intentar ayudarles a gestionar el cambio.

“Existen tecnologías disruptivas que están llamando a la puerta, que van a cambiar la forma en la que se provee atención a los pacientes y que pasan por la tecnología sanitaria”

Tenemos tecnologías disruptivas que están llamando a la puerta, que van a cambiar la forma en la que se provee atención a los pacientes y que pasan por la tecnología sanitaria. Tenemos que ayudar al sistema a absorber todo ese equipamiento y dispositivos, a que los profesionales estén adecuadamente formados y que nuestras empresas tengan la capacidad de traer la mejor tecnología de mayor calidad para ponerla al servicio de profesionales y pacientes.

¿Podría adelantarnos sus prioridades en el corto, medio y largo plazo?
A corto plazo, que nuestro sector siga siendo competitivo a la hora de traer tecnología sanitaria a España. Esto no es algo baladí. Es muy relevante porque sin tecnología sanitaria nuestro sistema no va a poder atender a nuestros pacientes, y hoy de lo que estamos hablando es de nuestra competitividad y viabilidad. Vivimos en un entorno en el que nuestro país compite con otros para poder traer la mejor tecnología sanitaria.

Tenemos que ayudar al sistema sanitario a que tenga la visión y los recursos para poder acometer las inversiones que permitan que cada día podamos dar a cada paciente la mejor tecnología sanitaria para que cada profesional pueda hacer los diagnósticos más precoces y precisos, y así avanzar hacia una medicina más personalizada que permita mejorar los resultados en salud de los pacientes.

A medio y largo plazo, tenemos que trabajar en un cambio regulatorio del sector que permita facilitar la incorporación de la innovación de una manera ágil, eficaz y sostenible para el sistema. De tal forma que adoptemos una visión y planificación de las inversiones mucho más razonable que la que veníamos teniendo.

“Tenemos que ayudar al sistema sanitario a que tenga la visión y los recursos para poder acometer las inversiones y así avanzar hacia una medicina más personalizada que permita mejorar los resultados en salud de los pacientes”

Venimos resolviendo problemas del pasado porque no hemos hecho los deberes a la hora de tener una cultura de la inversión en tecnología. Y, por eso, tenemos un sistema con una tecnología que es buena, pero es verdad que en muchos casos tiene unos niveles de obsolescencia que no son razonables. Necesitamos tener tecnología que no esté obsoleta para tener una atención médica más segura, más eficaz y eficiente.

En el medio plazo, debemos focalizarnos en que los procesos de compra estén orientados en el valor y no solo en el precio. Venimos de etapas anteriores donde el precio ha sido el driver principal de decisión a la hora de decidir qué tecnología se incorporaba al sistema, y tenemos que trabajar para que el sistema sanitario entienda que esa decisión debe estar basada en el valor que aporta esa tecnología, en la calidad que aportan las compañías con su servicio y sus productos, porque es la manera en la cual daremos al sistema la eficiencia, la calidad y por tanto la sanidad del futuro que necesitamos todos.

El Plan Inveat, con fondos europeos, dio un espaldarazo definitivo a la renovación del parque tecnológico sanitario en nuestro país. Ahora se desarrollan otros, como Amat-I o Minap, este último solo para equipos de atención primaria. Ustedes los calificaron como “ventana a la esperanza”. ¿Cómo creen que pueden contribuir a ‘rejuvenecer’ el equipamiento existente?
Creo que Inveat es uno de los hitos más relevantes de la sanidad pública de nuestro país de las últimas décadas. Ha permitido que hoy millones de pacientes tengan mejores diagnósticos, más precisos y de mayor calidad que permiten poder dar tratamientos mucho más adecuados para las necesidades clínicas de cada paciente.

“Venimos resolviendo problemas del pasado porque no hemos hecho los deberes a la hora de tener una cultura de la inversión en tecnología”

Pero ¿por qué tenemos que tener tantos planes? Probablemente deban impulsarse para resolver problemas sistémicos (como la obsolescencia) que vienen dados de una falta de cultura y planificación de las inversiones. Debemos ser capaces, y el sistema también, de entender como una prioridad que la tecnología no puede estar obsoleta, que tiene que dedicar recursos para que no haya equipos obsoletos en los centros sanitarios públicos y privados, y cambiar la forma en que entendemos la obsolescencia.

Hay que acabar con la obsolescencia desde la cultura de la inversión. Desde entender que hay que dedicar recursos para tener tecnología no del pasado, sino del presente y futuro.

¿Por qué consideran tan importantes los planes con fondos nacionales?
Ante todo, tenemos la responsabilidad de aprovechar los fondos europeos disponibles y maximizar la utilización de aquellos que desde Europa puedan venir. Pero creo que no debemos depender de estos para resolver necesidades como son disponer de la mejor tecnología sanitaria en nuestros centros.

Por tanto, el sistema sanitario en España debe contar con recursos suficientes para poder afrontar la renovación tecnológica que necesita para no tener estos niveles de obsolescencia y poder incorporar las innovaciones tecnológicas que nuestro sector desarrolla. En resumen: fondos europeos, sí, pero por supuesto recursos a nivel nacional suficientes para poder afrontar la renovación tecnológica.

“Debemos ser capaces, y el sistema debe ser capaz, de entender como una prioridad que la tecnología no puede estar obsoleta”

Se prevé que pronto Sanidad tenga lista y aprobada la reforma de la Ley de garantías y uso racional del medicamento y el producto sanitario. ¿Qué aspectos concretos reclaman desde Fenin que se incluyan como parte de esta nueva regulación?
Esta es una disposición muy relevante para el sector. Nosotros estamos trabajando con Sanidad, aportándole nuestras observaciones y propuestas para que la ley responda de la mejor manera posible a nuestro marco legislativo.

En nuestra opinión, la ley está pensada y desarrollada para el sector del medicamento. Pero esa traslación que se ha hecho del mundo de medicamento a la tecnología sanitaria no es correcta. Y ha generado muchas disfunciones desde 2006 y hasta el momento, precisamente porque es una ley pensada para el medicamento y no para el producto sanitario. Somos sectores diferentes. Tenemos características distintas y necesitamos marcos normativos diferenciados. Y es esto lo que estamos trasladando al ministerio de Sanidad. Necesitamos un marco legislativo propio que resuelva los problemas y necesidades y que pueda explotar las oportunidades que tiene nuestro sector.

La actual Ley de Garantías establece mecanismos como, por ejemplo, la forma del sistema de fijación de precios y márgenes, que es el mismo cuando nuestro sector es completamente distinto y requiere una aproximación diferente. Esperamos que Sanidad sea sensible para entender que nuestro sector requiere de un marco normativo propio y diferenciado para potenciarlo.

“Esperamos que Sanidad sea sensible para entender que nuestro sector requiere de un marco normativo propio y diferenciado para potenciarlo”

Como resultado, esta ley no ha permitido desde su creación que se pueda incorporar ninguna innovación tecnológica para los pacientes que acceden a sus productos sanitarios en oficina de farmacia a través de receta. Mientras, en países de nuestro entorno, los pacientes tienen la posibilidad de acceder a estas. Creo que es algo que debemos trabajar, y estamos trabajando con el ministerio para resolver.

Otra cuestión que propiciaría la agilidad y mejora en la llegada de innovaciones en tecnología sanitaria tiene que ver con la compra pública basada en valor. ¿Cómo se realiza la adjudicación de contratos actualmente y qué cambios creen prioritarios al respecto?
Uno de los problemas que tiene la compra pública en nuestro país es que el factor precio es mucho más prevalente y relevante que los criterios de calidad. Y esto tiene un impacto a la hora de terminar si la tecnología de mayor calidad es la que finalmente está a disposición de profesionales sanitarios y pacientes.

Nosotros estamos defendiendo la compra basada en valor, un modelo que promueven las directivas europeas y la ley de contratos del sector público. Donde los criterios de calidad tengan un peso muy relevante; donde se valore el impacto que aporta esa tecnología. Y no solo el factor precio, importante porque la compra pública está financiada con recursos públicos y los impuestos de todos los ciudadanos (y por tanto la eficiencia es muy importante). Pero no hay nada más ineficiente que tener una población que no esté sana. Por tanto, hay que invertir en tecnología de calidad porque es la que nos va a dar los mejores resultados en salud y las mayores eficiencias a medio y largo plazo.

“No hay nada más ineficiente que tener una población que no esté sana”

Por otro lado, han reiterado en los últimos tiempos la necesidad de que se reduzca el IVA de los productos sanitarios. ¿Qué tipo impositivo creen que sería justo y cómo mejoraría en la adquisición de nuevos equipos?
Hoy, con carácter general, los productos sanitarios tributan al tipo general, el 21%. Desde 2022, la Unión Europea ha permitido a los estados miembros que puedan reducir el tipo de IVA de los productos sanitarios. Es una gran oportunidad para nuestro sistema, de forma que permitiría que los pacientes que tienen enfermedades crónicas y que necesitan productos sanitarios para el cuidado de su enfermedad, puedan hacer un menor esfuerzo fiscal para proveerse de productos de primera necesidad.

Pero es que además nuestro sistema sanitario podría disponer de más de mil millones de euros si se redujera el IVA de los productos sanitarios. Que permitirían acometer las inversiones necesarias para resolver problemas de obsolescencia o de incorporación de la innovación.

Para nosotros, debería tener un tipo de IVA súper reducido, de manera que permitiera que para productos de primera necesidad, como son los sanitarios, nos encontráramos con una presión fiscal que sea la menor posible. Tal y como el propio legislador comunitario está proponiendo.

“La reducción del IVA de los productos sanitarios es una gran oportunidad para nuestro sistema”

Una de las medidas que también plantean tiene que ver con actualizar los contratos públicos en línea con el IPC. ¿Qué beneficios presentaría hacerlo de esta manera?
Contaríamos con mayores garantías para que las compañías fuesen más competitivas a la hora de traer tecnología sanitaria a nuestro país, y poder hacer ofertas competitivas en los procesos de licitación pública. Hoy no pasa: las compañías asumen un riesgo muy importante en un entorno inflacionista, porque además la coyuntura geopolítica y económica hace que no sea fácil anticipar cuál va a ser la evolución de la inflación de los próximos años.

Sin embargo, las empresas en contratos plurianuales presentan una oferta que luego, durante el periodo de ejecución del contrato, no son capaces de actualizar. Esto genera riesgos importantes para las compañías y para el sistema, porque puede darse una menor concurrencia de empresas que presenten a una oferta ya que en ningún caso van a poder indexar el precio del contrato al no saber cuál va a ser la evolución de los costes.

¿De qué manera contribuyen las innovaciones tecnológicas en la mejora de los procesos de los sistemas sanitarios?
Una de las características de la tecnología sanitaria precisamente es esta: cuando la incorporas en un proceso asistencial tiene la capacidad de transformarlo. Las nuevas tecnologías que, en muchos casos, se basan ya en inteligencia artificial (IA) permiten, por ejemplo, que un radiólogo pueda ver muchas más imágenes al cabo de su día y de su jornada laboral que las que veía antes. Precisamente porque les permite identificar cuáles son aquellas imágenes que son susceptibles de tener alguna lesión, y en cuáles no hay ninguna.

“Las tecnologías van a permitir que los gestores sanitarios cuenten con cada vez más información para tomar las mejores decisiones gracias a la generación de gran cantidad de datos”

Por tanto, permite que el facultativo pueda dedicarse a aquello que le aporta más valor. Sabiendo además que en los próximos años vamos a tener menos profesionales sanitarios. Insisto, las tecnologías permiten mejorar los resultados en salud pero también mejorar la eficiencia del sistema, porque incrementan la productividad de la actividad asistencial y porque permiten que los profesionales se focalicen en aquellas acciones donde aportan más valor.

¿Hacia qué áreas o ámbitos (gestión) creen que tendrá más repercusión el uso de tecnologías sanitarias?
Los gestores sanitarios tienen una labor francamente difícil que nosotros siempre reconocemos. No es fácil abrir todos los días 24 horas, 7 días a la semana un centro sanitario y atender la demanda de pacientes sin saber qué problemáticas diarias vas a encontrar.

Tener a disposición del sistema sanitario todo el arsenal terapéutico y diagnóstico no es algo fácil. Es verdaderamente complejo y creo que la gestión sanitaria no tiene el reconocimiento que todos deberíamos darle.

Las tecnologías van a permitir que los gestores sanitarios cuenten con cada vez más información para tomar las mejores decisiones. Porque la tecnología tiene un elemento importante: es una gran generadora de datos. Hoy, la gran mayoría de equipos y dispositivos están digitalizados. Permiten aportar datos. Es algo muy relevante, porque va a permitir que los gestores tomen decisiones basadas en datos.

Creo que va a ser un aspecto fundamental a la hora de diseñar las estrategias y su despliegue en el sistema sanitario público y privado, de manera que este aporte los mejores resultados en salud y, también, la mayor eficiencia.

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