Redacción
Hace 60 años que nació la Clínica Puerta de Hierro, inaugurada por el propio Francisco Franco. Bajo la dirección del Profesor José María Segovia de Arana fue una referencia en muchos aspectos. Incluso fue el primero en hacer una convocatoria pública para médicos residentes (agosto de 1964). Su vocación clínica estaba complementada por una labor docente y otra investigadora. El Dr. José Ramos es el presidente de la Asociación de Médicos Jubilados de Puerta de Hierro y ha querido contar en iSanidad el recorrido de este emblemático centro.
Desde sus inicios el hospital Puerta de Hierro fue una referencia, ¿qué aportó el hospital al sistema?
De siempre se ha considerado a la Clínica Puerta de Hierro (CPH) como el primer hospital público moderno de España, símbolo de la medicina de alta calidad, verdadero pionero, emblema del liderazgo y motor en la transformación de la sanidad española hasta llevarla a las más altas cotas de la sanidad mundial, y codearse con las más grandes instituciones médicas de los Estados Unidos, en aquel momento en la cúspide sanitaria, sin complejos y perfectamente acomodada en esta privilegiada posición. CPH demostró que con tenacidad, esfuerzo, dedicación, voluntad, determinación, mejora continua, trabajo en equipo multidisciplinar de verdad, se podría alcanzar el top de la sanidad mundial, todo ello en una época en la que estos términos no se empleaban e incluso muchos no se conocían.
Se constituyó además con tres ejes básico, perfectamente engranados: la extraordinaria calidad asistencial, la excelencia académica en la formación, y la magnífica labor de investigación aplicada. Se constituyó como Centro Nacional de Investigaciones Médico-Quirúrgicas, ocupando el vértice la sanidad española.
Puerta de Hierro se constituyó con tres ejes básicos: extraordinaria calidad asistencial, excelencia académica e investigación aplicada
Puerta de Hierro y Segovia de Arana están muy ligados, ¿quién fue y qué fue José María Segovia de Arana?
Los propietarios iniciales fueron los Dominicos, que recibieron una compensación de Japón como reparación de guerra por las muchas posesiones y patrimonio que tenían en Japón y que fue empleado por éste en la II Guerra Mundial. Y construyeron un edificio singular a modo de S itálica, en la zona de Puerta de Hierro, para servir de sanatorio de alta gama. Pero en 1964, hace exactamente 60 años, el Ministerio de Trabajo lo adquirió por 180 millones de pesetas, y encargó la organización y dirección del nuevo hospital al Profesor Dr. José María Segovia de Arana, uno de los más brillantes colaboradores del Dr. Jiménez Diaz, y Catedrático de Patología y Clínica Médica; pero lo más importante, dotado de una extraordinaria capacidad para imaginar, organizar, desarrollar y llevar a cabo una verdadera revolución en la concepción y funcionamiento de los hospitales, junto a su capacidad de innovación, extraordinario talento y una impresionante tenacidad, así como un magnífico saber hacer en la dirección de personas.
De este hombre hay más afirmaciones que más que justifican toda una vida: entre ellas destacan en ser el verdadero muñidor del sistema de Médicos Internos y Residente en nuestro país, e impulsor y fundador de la Universidad Autónoma de Madrid, Decano de su Facultad de Medicina y Catedrático de Patología Médica. El Profesor Segovia de Arana es un verdadero auténtico personaje relevante del Renacimiento. Debemos también recordar que fue Subsecretario de Sanidad, y fundador y director del Fondo de Investigaciones Sanitarias, verdadero motor de la investigación biomédica en España. Como puede verse, fue verdadero muñidor de la revolución y marcha de la sanidad española hacia la excelencia y el liderazgo mundial.
Segovia de Arana estaba dotado de una extraordinaria capacidad para imaginar, organizar, desarrollar y llevar a cabo una revolución en el funcionamiento de los hospitales
¿Qué supuso que los facultativos pasaran a tener un horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde?
La clínica ya fue concebida con un sinfín de revolucionarias ideas puestas en práctica con ilusión, y desde luego con una asombrosa eficacia. Y así la propia idea base de diseño sentó un precedente por completo revolucionario y exitoso: aunque pertenecía al Instituto Nacional de Previsión (el origen del Sistema Nacional de Salud), se permitía a sus médicos tener pacientes privados; fue verdadero pionero en poner en marcha el sistema de Médicos Internos y Residentes (que en nada tenía que envidiar al de los mejores hospitales de los Estados Unidos, la cima en aquel momento de la sanidad mundial), y se instauró un horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde para los médicos, con la firme idea de atender el hospital en régimen de exclusividad, íntimamente ligado con el poder atender allí mismo sus paciente privados, con lo que la eficacia, aprovechamiento del tiempo, rentabilidad, etc., se dispararon.
La magnífica biblioteca de la CPH era un lugar muy concurrido, y uno se encontraba con verdaderas sesiones clínicas en la cafetería desayunando, o en el comedor almorzando. Era un dicho clásico el afirmar que cuando uno iba a desayunar, al volver había podido resolver o avanzar en un buen puñado de casos por las charlas que había tenido con colegas de otras especialidades, con quienes había coincidido.
Puerta de Hierro fue verdadero pionero en poner en marcha el sistema de Médicos Internos y Residentes
¿El cambio de sede fue un trauma o un nuevo horizonte?
Para muchos fue un cambio de paradigma. El espíritu pionero, innovador, de verdadero liderazgo mundial, de dedicación, de amor profundo a la Medicina, de ese compañerismo que creaba una atmósfera sin igual, se perdió para siempre, siendo sustituido por el hecho de convertirse en un hospital público más; un gran hospital, eso sí, pero desde luego sin ese ADN que no sólo le había hecho brillar en la cúspide mundial, sino también contagiado a su personal para amar e identificarse con el proyecto desarrollado por la original CPH y el Profesor Segovia de Arana. Con el nuevo hospital se podría ser grande, pero nunca se lograría ser singular e irrepetible.
El cambio de sede para muchos fue un cambio de paradigma
¿De dónde nace la idea de hacer la primera convocatoria pública para médicos residentes y qué acogida tuvo inicialmente?
Fue una de esas genialidades del talante y del talento de un médico y persona excepcionales. El sistema fue realmente concebido en toda su magnitud por el profesor Segovia de Arana, como uno de los elementos básicos para lograr alcanzar la excelencia en la calidad asistencial, y su verdadera sostenibilidad, dando verdadero significado a este término con casi medio siglo de antelación. Además, se lograba con ello la identificación del nuevo médico con la filosofía, cultura, saber hacer y espíritu de su alma mater, la CPH. Se lograba inculcar la idea hipocrática y tan bien recogida en la plegaria de Maimonides, de la transmisión de la ciencia médica, de la formación de discípulos, y de la gratitud de éstos hacia su mentores y maestros. Con ello se asegura no sólo la mejora continua de la práctica médica, sino también la identificación y la perdurabilidad del estilo y del saber hacer característico de la institución.
El sistema MIR concebido por el profesor Segovia de Arana fue unos de los elementos básicos para lograr alcanzar la excelencia en la calidad asistencial
¿Sigue siendo un hospital puntero?, ¿qué se ha recogido tras estos 60 años de historia?
Puerta de Hierro siempre ha sido un hospital puntero; pero su liderazgo es diferente. Lo que hace unos años era un verdadero liderazgo en una forma muy específica y singular de vivir y entender la Medicina, convirtiendo a la CPH en un verdadero hogar, y a tus compañeros, médicos, sanitarios, administrativos, y resto de personal, en una verdadera familia, con un arraigado orgullo de pertenencia, y una enorme sensación de alma mater, se convierte con el cambio en un lugar de trabajo, donde ejercer tu profesión, asimismo con alta calidad asistencial, también en la cúspide de la asistencia sanitaria y mismo sello puntero, pero sin estar impregnada de ese espíritu que le hizo singular, irrepetible y sencillamente adorable. Sólo quienes han vivido los dos proyectos entenderá de verdad la diferencia.
La antigua sede del hospital estaba impregnada de ese espíritu que le hizo singular, irrepetible y sencillamente adorable
¿Por qué hay un fuerte sentido de pertenencia entre los médicos de Puerta de Hierro?
De siempre se ha hablado del “síndrome portoférrico”, de ese sello característico que impregnaba hasta la médula a todo aquél que había pasado por allí, formándose y ejerciendo la profesión más hermosa del mundo, la Medicina. Un sello que hacía que se nos identificase en todo congreso al que acudíamos, en toda mesa redonda en la que participábamos, en todo artículo que publicábamos, en todo trabajo de investigación biomédica que acometíamos, o en toda tesis que defendíamos. Ese orgullo, ese síndrome, es el resultado de todo lo que hemos venido desgranando a lo largo de esta entrevista. Y hace que, pasados los años, uno sienta siempre que es de la Clínica Puerta de Hierro, y lo siente con un sentimiento interno de enorme orgullo y también de profunda gratitud por haber tenido el privilegio de abordar, formarse y ejercer la Medicina en un verdadero santuario del ejercicio de la profesión más hermosa del mundo.