Un estudio demuestra que la técnica ECMO mejora la supervivencia de pacientes con paro cardíaco refractario

La investigación del Hospital Vall d'Hebron subraya la necesidad de contar con un equipo en ECMO con amplia experiencia y formación para mejorar casos extrahospitalarios

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Foto: Hospital Vall d'Hebron

Redacción
El Hospital Vall d’Hebron ha publicado un estudio que ha demostrado que la técnica de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) mejora la supervivencia de los pacientes que sufren un paro cardíaco refractario. La investigación, publicada en la revista de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), hizo seguimiento de la evolución de los paros cardíacos causados por infarto agudo de miocardio tanto hospitalarios como extrahospitalarios.

El análisis del programa ECPR se llevó a cabo entre enero de 2019 y abril de 2023, período en el que se aplicó a 54 pacientes adultos a los que se les hizo un seguimiento de 180 días. La mayoría de los paros cardíacos tratados fueron causados por infarto agudo de miocardio, 29 de los pacientes lo sufrieron fuera del hospital y 25 dentro del entorno hospitalario. El análisis revela los “buenos resultados” de la implementación del Programa de Reanimación Cardiopulmonar Extracorpórea (ECPR).

La técnica se aplicó a 54 pacientes adultos en un seguimiento de 180 días 

“Demostramos que el programa de ECPR de Vall d’Hebron permite mejorar la supervivencia y ofrecer opciones terapéuticas a pacientes en que no es posible restablecer la actividad cardíaca con las técnicas de resucitación convencionales y que no disponían de ninguna otra alternativa para sobrevivir”, afirma el Dr. Eduard Argudo, adjunto del servicio de medicina intensiva, referente en ECPR del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Shock, Disfunción Orgánica y Resucitación del VHIR.

La ECMO es una técnica avanzada de apoyo vital que, en una situación de paro cardíaco, en la que los métodos tradicionales como las compresiones torácicas y la desfibrilación no consiguen restablecer el latido del corazón, se utiliza para oxigenar la sangre fuera del cuerpo y devolverla al paciente. De esta forma, se permite restablecer la circulación para poder tratar el paro cardíaco y dar tiempo a que los órganos afectados se recuperen.

Dra. María Vidal Burdeus: “Es necesario un trabajo integral que implique la colaboración de diferentes secciones del servicio”

Coordinación interdisciplinar

Además, también tiene un papel fundamental el servicio de cardiología en los pacientes. “Es necesario un trabajo integral que implique la colaboración de diferentes secciones del servicio (hemodinámica, arritmias, imagen, cuidados críticos cardiovasculares)  para un diagnóstico y tratamiento correcto”, afirma la Dra. María Vidal Burdeus, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigadora del grupo de enfermedades cardiovasculares del VHIR.

El estudio también concluye que, a nivel extrahospitalario, la Central de Coordinación Sanitaria del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) y la Central de Coordinación Sanitaria “juegan un papel indispensable” para que el programa sea viable tanto en la identificación de estos pacientes con el inicio de las maniobras de reanimación cardipulmonar, como en el traslado a centros de alto volumen.

La tasa de supervivencia de pacientes que sufrían un paro en el hospital es superior a la que se registra cuando se produce fuera del centro 

En relación a los factores que afectan a la supervivencia de los pacientes que reciben este apoyo, el estudio reveló que los pacientes que sufrían el paro en el hospital tenían una tasa de supervivencia ligeramente superior (36%) en comparación con los pacientes que la sufrían fuera del hospital (24,1%). Estos resultados destacan la importancia de la rapidez en el inicio de la ECMO para recuperar el flujo sanguíneo y aumentar las posibilidades de supervivencia.

Los pacientes que presentaban un ritmo cardíaco tributario de desfibrilación (fibrilación ventricular o taquicardia ventricular) mostraron mejores resultados de supervivencia. El 33,3% de estos pacientes sobrevivieron con un buen resultado neurológico. En cambio, los pacientes que presentaban un ritmo cardíaco no desfibrilable tuvieron tasas de supervivencia más bajas, del 21,2%. “Los resultados de este estudio son prometedores para los pacientes que hasta hace poco tiempo no tenían ninguna alternativa de vida”, añade el Dr. Morales.

El 33,3% de pacientes con ritmo cardíaco desfibrilable sobrevivieron con un buen resultado neurológico 

Además, el programa ECPR ha tenido un impacto “positivo” en la donación de órganos, dado que los pacientes que recibieron ECMO y no sobrevivieron (30,3%) fueron donantes de órganos. El Dr. Eduardo Argudo ha afirmado que este dato “subraya el valor añadido de la ECPR, que no solo salva vidas en situaciones críticas, sino que también contribuye significativamente a la donación de órganos, ofreciendo una segunda oportunidad a otras personas”.

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