Redacción
Alrededor de 120.000 personas sufren un ictus al año en España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). En los últimos 20 años, ha habido un preocupante aumento de los casos de hasta un 40% en adultos jóvenes menores de 55 años. Con motivo del Día Mundial del Ictus y ante los alarmantes datos, la Fundación Casaverde ha lanzado la campaña ‘Independizarse’, mediante la que pretende visibilizar a los jóvenes que padecen esta enfermedad.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular causada por la falta brusca de aporte sanguíneo a una región cerebral. El ictus isquémico se genera por la obstrucción de un vaso, mientras que el hemorrágico se genera por la rotura de una arteria.
Aunque no siempre existen secuelas tras un ictus, un tercio de los supervivientes necesita rehabilitación intensiva temprana. Más de 330.000 españoles presentan alguna limitación por haber sufrido uno y el 70% de las personas que reciben tratamiento neurorehabilitador adecuado recupera su independencia o cuidados mínimos.
Más de 330.000 españoles presentan alguna limitación por haber sufrido un ictus
Según el Consejo de la Juventud en España, siete de cada diez jóvenes no pueden independizarse antes de los 30 años. Así, la campaña de la Fundación Casaverde ha querido poner como ejemplo a dos pacientes de 24 y 32 años para los que la independencia ha cobrado un significado diferente.
La iniciativa ha querido mostrar el proceso de adaptación a una nueva vida después de un ictus, que redefine toda la vida de quienes quienes lo experimentan. A través de las historias de los pacientes, se destaca la importancia de la rehabilitación y el esfuerzo personal para recuperar habilidades esenciales como caminar, comunicarse y realizar tareas cotidianas. La campaña también hace hincapié en el papel fundamental del apoyo de los seres queridos, así como en la actitud positiva y la perseverancia como motores para lograr una vida plena tras el ictus.
La prevención, un factor clave
Los expertos señalan que la mayor parte de los ictus pueden prevenirse con hábitos de vida saludables y controlando los factores de riesgo. No obstante, existen factores que no pueden modificarse, como son la edad, la historia familiar o el sexo.
A pesar de ello, los especialistas inciden en la importancia de adoptar hábitos como dejar de fumar, mantener unos niveles de glucosa en sangre adecuados o seguir una dieta rica en frutas y verduras. Además, recalcan la importancia de controlar la presión arterial y reducir la ingesta de colesterol y grasas, además de realizar ejercicio físico.
A su vez, señalan la importancia de reconocer los síntomas para poder evitar los ictus, pues el tiempo es un factor clave en el tratamiento. Entre ellos resaltan la dificultad para hablar, la parálisis o entumecimiento de la cara o la caída de un lado de la boca al sonreír.