Fátima Del Reino Iniesta
La reciente DANA que ha azotado la Comunidad Valenciana ha dejado a su paso grandes destrozos materiales y ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los equipos de emergencia. Para los profesionales sanitarios, atender a las personas afectadas significa mucho más que prestar ayuda física y por ello también necesitan estrategias para proteger y cuidar su salud mental. “Nuestro trabajo es cuidar de quienes cuidan”, ha comentado Miguel Ángel Estevez, psicólogo experto en urgencias y atención de catástrofes, en una entrevista concedida a iSanidad, quien además ha insistido en la importancia de mantener un cierto distanciamiento emocional para que los profesionales puedan seguir asistiendo a las víctimas sin desgastarse.
“Es crucial que los profesionales sanitarios mantengan una distancia emocional, aunque estén en un lugar afectado. Es importante que los profesionales tomen descansos, que llamen a casa, que recuerden quiénes son y celebren momentos personales, como los cumpleaños de sus familiares, incluso en medio de una catástrofe. Esto permite que no se vean tan afectados como las víctimas, sino que puedan mantener la empatía y la solidaridad sin un contagio emocional perjudicial. La diferencia está en saber que, aunque entienden profundamente el dolor de las víctimas, no están en su lugar; su papel es formar parte de la solución”, ha asegurado el psicólogo.
“Es crucial que los profesionales sanitarios mantengan una distancia emocional, aunque estén en un lugar afectado”
Carmen Casal, enfermera de urgencias y emergencias en la Comunidad Valenciana, está viviendo esta realidad en sus carnes. El cansancio físico se suma a la carga emocional y uno de sus miedos es “qué vamos a encontrar detrás de una puerta cerrada”. Carmen se enfrenta a situaciones difíciles y complicadas de gestionar, como el intento de suicidio de una mujer que lo perdió todo.
“Uno de los casos que más me ha llamado la atención fue el intento de autolisis de una señora que no podía caminar ya de por sí porque ya padecía previamente una patología crónica. Tuvo ideas suicidas a causa de sentir que ya no podía seguir adelante por no poder ayudar a sus vecinos a limpiar la calle. Lo único que necesitaba era un aliento, una caricia, una mano amiga y el poder decir, ‘si no puedo ayudar quitando barro, vamos a ayudar de otra forma’. Ella lo único que quería era sentirse útil y hacer algo”, ha relatado afectada la enfermera.
Además, ha destacado que estos momentos en los que los pacientes están en una situación de vulnerabilidad, pueden dejar una huella en quienes los asisten. Por ello, para Estévez, la clave está en recordar a los profesionales la importancia de autocuidarse.
“Solo algunos municipios están anegados por la DANA mientras que, a pocos kilómetros, la vida continúa con normalidad, que es totalmente entendible”
“Nosotros trabajamos mucho en que ellos no pierdan el contacto con su realidad. En esta catástrofe estamos haciendo relevos, y esto ayuda a que los profesionales regresen a casa, descansen y vuelvan a recordar quiénes son, fuera del entorno de la catástrofe” ha explicado el psicólogo. Este enfoque permite que los sanitarios y otros trabajadores de emergencia mantengan la empatía con los afectados sin que el dolor de las víctimas se convierta en el suyo propio, evitando contagiarse emocionalmente.
En este sentido, Carmen ha explicado que conviven dos realidades muy diferentes: la de las personas que lo han perdido todo y la de quienes viven en las zonas de Valencia que no han sido afectadas y están haciendo vida normal. “Está siendo durísimo porque no es como fue durante la pandemia. El Covid-19 fue una situación que nos afectó a todos, pero ahora no es igual. Solo algunos municipios están anegados mientras que, a pocos kilómetros, la vida continúa con normalidad, que es totalmente entendible. Este contraste es impactante y chocante para los profesionales sanitarios“, ha comentado.
“En las primeras horas tras la DANA fue imposible llegar a algunos pacientes por la avalancha de agua; nuestras ambulancias no pudieron atravesar algunas calles”
El trabajo de urgencias en esta situación de emergencia es complicado. Los equipos de rescate y los sanitarios han tenido que enfrentarse a todo tipo de retos como el acceso a áreas inundadas y el rescate de personas atrapadas en sus hogares o vehículos. “En las primeras horas fue imposible llegar a algunos pacientes por la avalancha de agua; nuestras ambulancias no pudieron atravesar algunas calles“, explica Casal.
Hasta el momento, (el cierre de este reportaje) se contabilizan 217 personas muertas (en total incluye también a los de Castilla la Mancha), aún hay 62 cadáveres sin identificar y 89 desaparecidos en Valencia.
Importancia de una intervención psicológica estructurada
Miguel Ángel Estévez, también ha destacado que en este tipo de catástrofes es importante que haya una intervención psicológica estructurada. Según él, el primer paso es ayudar a los ciudadanos a mantenerse en calma y seguir las instrucciones de seguridad para evitar situaciones de riesgo. “Es crucial que el ciudadano tenga claro que se espera de él prudencia, no heroísmo. Es importante que la población entienda que el primer paso en una catástrofe es protegerse, luego avisar y, si es posible, ayudar”, ha asegurado el experto.
Estévez ha explicado que, en situaciones como ésta, se aplican los principios del método PAS: Protegerse, Avisar y Socorrer. Este enfoque ayuda a las personas a mantener la calma y evitar que actúen impulsivamente en momentos de crisis, lo que podría ponerlos en un peligro mayor.
“Es importante que la población entienda que el primer paso en una catástrofe es protegerse, luego avisar y, si es posible, ayudar”
Impacto en la salud mental de la población
En este contexto, la Real Academia Nacional de Medicina (Ranme) advertía este mismo miércoles sobre el impacto en la salud mental que la DANA ha generado en la población. El organismo ha subrayado la necesidad de un abordaje “integral” que incluya el apoyo psicológico para los afectados con equipos formados por profesionales que puedan orientar a la gente en la gestión del estrés postraumático y evitar así futuros trastornos mentales.
La institución también ha sugerido desarrollar actividades comunitarias y de apoyo mutuo, de forma que puedan procesar lo sucedido y encuentren “espacios de seguridad y recuperación emocional desde la empatía y la verbalización de sus emociones”. Asimismo, ha recomendado prestar “especial atención” a las personas más vulnerables, como los niños, los mayores y aquellas con enfermedades previas, pues pueden presentar “mayores dificultades” para sobrellevar los efectos de esta crisis sobre su salud mental.
Apoyo psicológico para los vecinos
Por su parte, la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana ha activado este miércoles la Unidad de Asistencia Psicológica para prestar atención a las familias de las personas fallecidas o desaparecidas por las inundaciones provocadas por la DANA. La unidad está formada por 50 profesionales de la propia Conselleria y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y cuenta con 10 consultas y un horario de atención de 9.00 a 19.00 horas.
Además, se han abierto nueve puntos de atención psicológicas en ocho municipios afectados: Albal, Alfafar, Benetússer, Catarroja (dos puntos), Paiporta, Picanya, Sedaví y Chiva. En las localidades afectadas de la comarca de Ribera, Utiel y Requena se ofrece la asistencia en las unidades de salud mental de los departamentos de salud.