Redacción
Las patronales de la industria farmacéutica nacional y europea se han puesto en pie de guerra después de que la Comisión Europea aprobara este martes la nueva Directiva sobre Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas que, entre otras cosas, establece que sean los fabricantes de medicamentos de uso humano y de cosméticos los que financien la actualización de las plantas de tratamiento de aguas residuales en Europa y sus costes de operación. La asociación Medicines for Europe, a la que pertenece la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), advierte de que el impacto económico directo de esta directiva pondrá “en grave riesgo” el suministro de medicamentos esenciales y críticos en Europa porque “su viabilidad económica no está garantizada”, afirman.
La asociación europea de medicamentos genéricos cree que el impacto económico de esta directiva pondrá “en grave riesgo” el suministro de medicamentos esenciales y críticos en Europa
La Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), a la que pertenece Farmaindustria, y la Asociación de la Industria Europea del Autocuidado (Aesgp) consideran esta obligación una “decisión arbitraria” ya que solo incluye al sector farmacéutico y cosmético. “Que solo dos sectores paguen por la contaminación causada por otros no incentiva el desarrollo de productos más ecológicos por parte de los sectores industriales que por su actividad impactan en el medioambiente”, afirman. Las asociaciones empresariales señalan que el texto aprobado no cumple con los principios de la Unión Europea de “quien contamina paga, proporcionalidad y no discriminación”.
Desde la industria de genéricos destacan que estos medicamentos son “particularmente vulnerables” al impacto de la nueva directiva, por sus altos volúmenes de fabricación y sus precios muy limitados. Los genéricos representan siete de cada 10 medicamentos dispensados en Europa y nueve de cada 10 medicamentos esenciales, pero solo representan el 19% del valor del mercado. “Son los [medicamentos] que necesitan millones de ciudadanos europeos” e incluyen tratamientos para enfermedades cardiovasculares, cáncer, infecciones bacterianas, diabetes, salud mental, enfermedades inflamatorias intestinales y epilepsia, entre otras.
Se calcula que el coste de las plantas de gestión de aguas residuales es de 5.000 y 11.000 millones de euros al año, lo que “provocaría un tsunami de escasez de medicamentos genéricos”, afirma la patronal
La directiva implica una Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), el concepto extiende la responsabilidad que tiene el productor sobre el producto que comercializa hasta la gestión de su residuo. En el caso de la industria farmacéutica, se trata de uno de los sectores que se consideran más contaminantes. Las patronales farmacéuticas aseguran en varios comunicados que están comprometidas con la preservación del agua más limpia y segura y ya tienen en sus plantas controles que “minimizan estrictamente la contaminación de las aguas”.
Medicines for Europe recurre a fuentes del gobierno alemán y de la industria europea del agua, que cifran entre 5.000 y 11.000 millones de euros al año los costes del sistema de plantas de aguas residuales. Afrontar estos costes “provocarían un tsunami de escasez de medicamentos genéricos, con consecuencias catastróficas para el acceso de los pacientes a los medicamentos y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios en Europa”, afirma la patronal. Tras su aprobación los Estados miembros de la Unión Europea tienen hasta 31 meses para adaptarla a su legislación nacional.