Juan León
A lo largo de la vida, los vasos sanguíneos van acumulando placas ateroscleróticas que, si se depositan en gran cantidad, pueden derivar en enfermedad cardiovascular. Esta patología es la primera causa de muerte en el mundo, especialmente en los países desarrollados. “Aunque”, precisa la Dra. Carmen Suárez, jefa de Servicio de Medicina Interna de Hospital La Princesa, Unidad de Riesgo Vascular, “es cierto que se está matizando. Y parte de este matiz va en relación fundamentalmente con la posibilidad que tenemos de prevenirla”.
Esta familia de patologías, entre las que predominan infartos e ictus, tienen una principal culpable detrás: la enfermedad vascular aterosclerótica (EVA). Aunque su desarrollo es multicausal, el colesterol contribuye a su aparición y progresión. Lamentablemente, es habitual que los pacientes lleguen a consulta una vez ya “han tenido un evento”, como reconoce el Dr. Alessandro Sionis, director de la Unidad de Cuidados Agudos Cardiológicos del Servicio de Cardiología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
Por lo tanto, el trabajo principal de los profesionales se centra en “intentar prevenir un segundo evento”. Si bien es cierto que la prevención en este ámbito es un concepto “atractivo”, debería de incidir no solo cuando esta se manifiesta a nivel clínico, sino que es fundamental “antes de que aparezca enfermedad aterosclerótica clínica”.
A ello contribuye, por ejemplo, la aparición de nuevas herramientas diagnósticas que permiten “ver placas ateroscleróticas muchos años antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente”. El Dr. Sionis subraya que las pruebas de TAC son parte de su práctica clínica diaria; es más, muchos pacientes ya vienen derivados con pruebas de imagen cardiaca avanzada con patología aterosclerótica.
Dr. Alessandro Sionis: “La aparición de nuevas técnicas de imagen nos permiten ver placas ateroscleróticas muchos años antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente”
No obstante, continúa siendo un “desafío importante”, añade la Dra. Suárez. “Hoy tratamos de abandonar el concepto de prevención primaria o prevención secundaria”, explica, debido a que muchos pacientes no han sufrido aún eventos, pero tienen un “muy alto riesgo porque ya tienen enfermedad subclínica”. Sobre todo, porque es en estas personas donde se detecta una “bomba de relojería” que la prevención podría desactivar.
Objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas
Si bien algunos fármacos tienen su principal cometido en la reducción de los factores causales de la enfermedad cardiovascular, como los niveles de colesterol, la principal misión para la Dra. Suárez radica en “que las personas vivan más y mejor”. La prevención primaria o secundaria centrada en evitar eventos cardiovasculares graves, como infartos o ictus, se complementa con disminuir tanto la incidencia como la progresión de la EVA.
La cardióloga va más allá y plantea en alto “por qué no se consigue el control del colesterol LDL”. A su juicio, hay varios factores: por un lado, “por desconocimiento de la importancia de un colesterol elevado”. Y es que, a pesar de que hay pacientes que saben que lo tienen, “lo infravaloran” porque son asintomáticos o no han tenido una complicación “y no ven la necesidad de tomar un fármaco”. E insiste en que precisamente el paciente no cumple con su tratamiento “porque desconoce el riesgo, no tiene información sobre el tema, por efectos secundarios, porque se le olvida o por regímenes terapéuticos complejos”.
Según explica el Dr. Sionis, “apenas un 20-30% de los pacientes en prevención secundaria alcanza los objetivos de colesterol LDL recomendados en las guías de práctica clínica”. “Pero es un tema difícil de abordar de forma global y es difícil pensar en medidas que funcionen en cualquier sitio”, reconoce. Cuestiones como los factores relacionados con los profesionales, los pacientes y el sistema “son obstáculos para alcanzar estos niveles”. Y añade que, si bien llevar una dieta sana contribuye a mejorar esos niveles, no basta solo con ese hábito saludable.
La llegada de nuevos fármacos está contribuyendo a controlar los niveles de colesterol y “que las personas vivan más y mejor”, destaca la Dra. Suárez
Si bien la actual situación se mira con optimismo: “Hoy disponemos de una de las líneas maestras de la prevención cardiovascular y es la utilización de combinaciones fijas para cualquier factor de riesgo”, menciona la Dra. Suárez. La profesional añade ejemplos que van en la buena dirección, como la experiencia que se lleva a cabo en la Comunidad de Madrid (en la que participa) para definir el proceso asistencial de este tipo de pacientes. Destaca la coordinación entre todos los especialistas implicados, en todos los niveles asistenciales: “nos estamos sentando y nos estamos poniendo de acuerdo”.
Desde su punto de vista, “esta es la vía, trabajar conjuntamente, no imponer, hacerlo de forma consensuada y ordenada” entre todos los profesionales. Desde enfermería hasta las farmacias de barrio. Algo en lo que coincide el Dr. Sionis, que agrega: “Habrá que adaptarse a la realidad de cada región, por ejemplo en áreas rurales hay que apoyarse en herramientas como la telemedicina, empoderamiento del paciente, aplicaciones. La misma solución no va a funcionar en todos los sitios”.
Como concluyen ambos doctores, no solo se trata de enfermedades que suponen la primera causa de muerte a nivel mundial, sino que afectan profundamente al estilo de vida. Un conjunto de patologías que están cambiando de perfil: si antes predominaban en hombres y eran causantes de la mayor mortalidad entre varones, ahora se mantiene en mujeres. Que haya variado es, en opinión de la Dra. Suárez, mérito de la “capacidad preventiva. La prevención es eficaz porque se ven las curvas, pero por delante hay una enorme cantidad de trabajo”.