Luis de Haro. Director General de iSanidad
El Ministerio de Sanidad se ha liado solito con la situación de Muface. Los movimientos de Sanidad reflejan un intento de imponer una reforma ideológica que no está consensuada y, además, amenaza con desmantelar un sistema que funciona. Según un informe de la Secretaría de Estado, el modelo Muface “no es sostenible ni siquiera con un aumento significativo de la cápita”, sugiriendo que los mutualistas podrían ser absorbidos por la sanidad pública. Sin embargo, esta afirmación genera más preguntas que certezas y no se sabe en qué informes está basado. Así, el Ministerio de Función Pública ha tenido que tranquilizar a los funcionarios con un movimiento que mantendrá el sistema hasta 2027 por lo menos. La propia titular del Ministerio, Mónica García aseguró hace un año que no estaba en sus planes acabar con Muface. Parace que Javier Padilla no piensa igual.
El Ministerio de Función Pública ha tenido que tranquilizar a los funcionarios con un movimiento que mantendrá Muface
El argumento de Padilla se centra en que la sanidad pública tiene la capacidad necesaria para asumir esta nueva carga. Pero, ¿dónde están esos informes que avalen esta capacidad? Las comunidades autónomas, que son quienes gestionan y financian la sanidad pública, no parecen haber sido consultadas adecuadamente. Resulta preocupante que una decisión de este calibre se tome unilateralmente, ignorando las competencias autonómicas. Sanidad busca imponer un modelo que responde más a una ideología que a una planificación basada en la realidad económica y asistencial.
El futuro de la asistencia debería ser decidido con un enfoque colaborativo entre el Gobierno central y las comunidades autónomas. Las políticas sanitarias no deben ser un campo de batalla ideológico, sino una herramienta para garantizar una asistencia eficiente y sostenible. Forzar un modelo único no es la solución; al contrario, podría colapsar un sistema ya tensionado y limitar las opciones de los ciudadanos.
El futuro de la asistencia debería ser decidido con un enfoque colaborativo entre el Gobierno central y las comunidades autónomas
Así lo debe entender el Ministerio de Función Pública que no quiere eliminar Muface y ha abierto una consulta pública para ver como mantenerlo. También es una forma discreta de tranquilizar a los funcionarios con este tema. Si el 70% de los funcionarios eligen sanidad pública, ¿por qué contrariarles? Es un ejemplo que la ideología puede ser válida para sostener una pancarta, pero no para gobernar.