Juan León García
‘Menos estigma y más estima’ condensa en un lema el objetivo de la nueva campaña que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof) ha presentado este noviembre con un objetivo claro: potenciar la intervención de las farmacias comunitarias en la detección de síntomas y signos que desvelen trastornos mentales para derivar de forma más temprana. Así como fomentar la educación sanitaria, conseguir una mejora de la adherencia a tratamientos que, en muchos casos, son a largo plazo y, como recoge el lema, luchar contra el estigma.
Una de cada cuatro personas enfrentará, en algún momento de su vida, un problema de salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al mismo tiempo, la prevalencia de este tipo de patologías “se ha multiplicado en los últimos seis años”, expone Rita de la Plaza, tesorera del Cgcof. En la mayor parte de casos, son las mujeres quienes las padecen. Y no solo eso. También, recuerda De la Plaza, el “estigma en su vida diaria, algo que dificulta el éxito de los tratamientos y la recuperación”.
Esos prejuicios sobre las personas con algún trastorno mental van asociados a que se perciban como débiles, violentas, incapaces o que presentan conductas extravagantes, explica la Dra. Marina Diaz Marsá, presidenta Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm). “Sin embargo, con un abordaje adecuado una persona con trastorno salud mental es mucho más: puede ser exitosa, tener relaciones interpersonales y familiares adecuadas”, contrapone la psiquiatra. Lo mismo que ocurre de llevar un correcto tratamiento. Es, agrega, “beneficioso y eficaz. Los trastornos mentales pueden remitir”.
Rita de la Plaza (Cgcof): “Algo que dificulta el éxito de los tratamientos y la recuperación es el estigma en la vida diaria de los pacientes”
Fue este mismo noviembre cuando el presidente del Cgcof, Jesús Aguilar, trasladó ante la Comisión de Sanidad del Senado la necesidad de avanzar en los aspectos que ahora recoge la iniciativa. “Los farmacéuticos y las farmacias estamos convencidos de que podemos desempeñar un papel más destacado en el ámbito de la salud mental, y particularmente en la prevención del suicidio, si contamos con la voluntad política, integrando a la red de farmacias en las estrategias y programas”, analizó.
Además, De la Plaza saca a colación otro de los ejes de esta campaña (apoyada por Boehringer Ingelheim), como es el de aumentar las derivaciones y la comunicación con los especialistas. Y que sea de forma bidireccional: de la farmacia comunitaria a atención primaria y psiquiatría, y viceversa. De tal manera que, también, los psiquiatras compartirán sus conocimientos con los farmacéuticos mediante la psicoeducación (o la educación sobre salud mental) para que aprendan a detectar los signos que están detrás de estas patologías.
“Muchas veces”, apunta la psiquiatra, los profesionales de la farmacia “se encuentran sin herramientas para la identificación de síntomas, las conductas de riesgo, la identificación del mal uso de los fármacos o la información sobre cuándo dejan de tomar los fármacos sabiendo cuánto se debe mantener el tratamiento… Todo ello es fundamental”, detalla.
En este sentido, la Dra. Diaz confía también en que la iniciativa, la primera colaboración entre ambas entidades, sirva para acabar también con “el estigma contra el psiquiatra”. A su juicio, cambiar la imagen instalada en la sociedad de unos profesionales que medicalizan a sus pacientes por la real: personas cercanas que ayudan a abordar el sufrimiento de uno mismo y a manejar los síntomas que entorpecen la calidad de vida y el bienestar de las personas.
Preocupa la falta de adherencia
“Uno de los principales problemas de estos pacientes es el abandono de los tratamientos”, observa Rita de la Plaza. Este hábito es uno de los que mantiene en guardia a los profesionales sanitarios. Las terapias que reciben los pacientes mentales suelen necesitar de un periodo amplio para que “sean eficaces”. Entre 1 y 5 años en el caso de un primer episodio de psicosis, y mínimo durante seis meses cuando se da una recaída en esta enfermedad o en depresión, comenta la Dra. Diaz.
“Por lo tanto, la adherencia es fundamental para la prevención de recaídas. El mal uso, cuando hay un control psiquiátrico, es más difícil, pero la falta de adherencia es una de las dificultades que nos encontramos”, subraya. Según la propia Sepsm, la mitad de los pacientes bajo tratamiento por depresión tiene falta de adherencia.
Dra. Marina Diaz (Sepsm): “El mal uso, cuando hay un control psiquiátrico, es más difícil, pero la falta de adherencia es una de las dificultades que nos encontramos”
De la Plaza destaca también que este fenómeno, la falta de cumplimiento en los tratamientos, es “algo que se ve desde el minuto 1”. Esta es la razón por la que incide en potenciar las derivaciones. También a atención primaria, como apunta Guillermo Martín, farmacéutico, divulgador sanitario (@farmacia_enfurecida), paciente TDAH y embajador de la campaña. Si bien, añade, es vital recibir formación para saber formular las preguntas de manera adecuada, en muchos casos en pacientes que se pueden sentir atacados en su esfera íntima y generar rechazo hacia el farmacéutico.
Salud mental en jóvenes y redes
Martín conoce bien el lenguaje que se utiliza en el mundo virtual, donde aglutina a medio millón de seguidores solo en la red social Instagram. Y ve claras diferencias entre abordar un caso de salud mental desde el mostrador de la botica que hacerlo desde su cuenta. “En el mostrador sabes quién te habla, en redes no. No sabes quién es realmente la persona que te habla, no sabes si te dice la verdad o no o te está pidiendo un diagnóstico (cosa que no podemos hacer)”, expone.
Sin embargo, la llegada de estas redes también ha propiciado un cambio de tendencia: la salud mental cada vez se esconde menos y se comparte más. “Lo que sí hay es mucho interés, porque ha habido mucho estigma pero ahora se puede hablar y la gente lo agradece muchísimo”, confiesa Martínez. “Todas las personas que han estado calladas o que tienen diagnóstico y han estado ahí. La gente lo agradece para poder verbalizarlo y contarlo en casa, contarlo a los amigos, que sean empáticos y puedan entender la situación”.
Guillermo Martínez (@Farmaenfurecida): “Hay mucho interés en hablar de salud mental, porque ha habido mucho estigma. Pero ahora se puede hablar y la gente lo agradece”
De primeras, reconoce que va a dar visibilidad a esta campaña en sus perfiles de redes sociales. Es una de las formas para generar “un efecto en la gente joven” y que se anime a contar sus problemas y, de forma colectiva, “a reflexionar sobre ellos”. Uno de los que destaca es la soledad, que actúa como “agravante” en la condición de un paciente diagnosticado con algún trastorno mental. Las más habituales suelen ser también las consultas relacionadas con trastornos de la conducta alimentaria.
Como paciente con TDAH, destaca la importancia de poner mecanismos desde las primeras edades. En este caso, en los colegios para detectar casos de diversos trastornos, además de “dotar al personal de colegios con medios y herramientas para identificarlos”. Aspecto que se complica en edad adulta, mucho más complejo de identificar. “Como nadie lo ha planteado en toda su vida, no lo plantea pero deja mucha mella y puede causar muchos problemas tanto con otras personas como en el trabajo”, observa.