Fátima Del Reino Iniesta
Durante el II Ciclo de Novedades en Dermatología, dermatólogos, pacientes y farmacéuticos han analizado los retos asociados al manejo del eccema crónico de manos, una enfermedad que afecta tanto a la funcionalidad diaria como al bienestar emocional de los pacientes. A pesar de su prevalencia y visibilidad, el eccema crónico de manos sigue siendo una patología subestimada, tanto por la sociedad como por el sistema sanitario.
El Dr. Pedro Herranz, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz, ha explicado que esta condición es un ejemplo claro de cómo las enfermedades de la piel pueden ser estigmatizadas. “El eccema no solo genera dolor y picor, sino que afecta profundamente a la vida personal, social y laboral de quienes lo padecen Las enfermedades de la piel son de las más propensas a ser frivolizadas, a pesar de su alto impacto en la calidad de vida de los pacientes”, ha afirmado durante las jornadas organizadas por LEO Pharma y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).
«Las enfermedades de la piel son de las más propensas a ser frivolizadas, a pesar de su alto impacto en la calidad de vida de los pacientes”
Además, ha subrayado el impacto laboral y emocional del eccema crónico de manos, señalando que “la falta de control sobre la enfermedad y la imprevisibilidad de los brotes generan frustración, estrés y, en ocasiones, trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad”. Según el dermatólogo, la cronicidad y la falta de tratamientos definitivos complican el seguimiento médico, lo que lleva a muchos pacientes a buscar soluciones inadecuadas.
El impacto de la desinformación
Uno de los temas más destacados en las jornadas ha sido el papel de la desinformación en la percepción y tratamiento de las enfermedades de la piel. Álvaro Fernández (@Farmaceuticofernandez) ha enfatizado sobre la importancia de contrarrestar los bulos que proliferan en redes sociales, como “la dermatitis atópica se hereda” o “el eccema crónico de manos es contagioso”, generan confusión, afectan negativamente a la confianza de los pacientes y que a menudo ofrecen tratamientos “milagrosos” sin base científica.
“El impacto de la desinformación en la salud de los pacientes con enfermedades de la piel es enorme»
“El impacto de la desinformación en la salud de los pacientes con enfermedades de la piel es enorme. No solo afecta la percepción social de estas patologías, sino que también puede llevar a que las personas opten por tratamientos inadecuados o abandonen el seguimiento médico recomendado”, ha añadido.
Además, Fernández ha explicado cómo la inmediatez de las redes sociales puede generar confusión entre los usuarios. “Un vídeo bien presentado puede hacer que algo sin respaldo científico parezca viable. Esto es especialmente peligroso en enfermedades crónicas, donde los pacientes están desesperados por encontrar una solución”, ha advertido. Por ello, ha animado a los pacientes a acudir a profesionales sanitarios para resolver sus dudas.
Desde su experiencia en el ámbito farmacéutico, ha subrayado el papel clave de las farmacias como puntos de contacto accesibles y fiables para los pacientes. “Las farmacias están en una posición privilegiada para detectar las dudas de los pacientes, ofrecerles información fiable y redirigirlos al dermatólogo, quien es el experto en el ámbito clínico. Además, debemos trabajar más activamente en la formación del paciente, ayudándoles a identificar información veraz en un entorno saturado de bulos”, ha añadido.
“Las farmacias están en una posición privilegiada para detectar las dudas de los pacientes, ofrecerles información fiable y redirigirlos al dermatólogo, quien es el experto en el ámbito clínico»
El experto ha concluido animando a los profesionales sanitarios y divulgadores a unir esfuerzos para combatir la desinformación en redes sociales y otros medios. “Las farmacias no solo son espacios para la dispensación de medicamentos; también son centros de educación sanitaria que pueden marcar una gran diferencia en la vida de quienes conviven con patologías crónicas como el eccema crónico de manos y la dermatitis atópica”, ha afirmado.
Un enfoque multidisciplinar, clave para el manejo integral
Además de los avances médicos, los ponentes han subrayado la necesidad de un abordaje integral que incluya atención psicológica y adaptación laboral. Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA), ha explicado que el eczema crónico de manos no solo limita la funcionalidad, sino que también genera un profundo impacto en la autoestima y la interacción social.
“Un paciente con eccema crónico no solo necesita cremas o medicamentos; requiere herramientas para afrontar los brotes y mantener una calidad de vida digna»
“Un paciente con eccema crónico no solo necesita cremas o medicamentos; requiere herramientas para afrontar los brotes y mantener una calidad de vida digna. Muchos de ellos se ven obligados a cambiar de trabajo debido a las limitaciones físicas de la enfermedad, lo que añade estrés emocional y financiero a su situación”, ha señalado Llaneza.
El papel de atención primaria
Asimismo, se ha destacado la necesidad de fortalecer la atención primaria como primer punto de contacto para los pacientes y para detectar y derivar a tiempo los casos graves. Las farmacias comunitarias también juegan un papel crucial como primera línea de información para los pacientes.
“La atención primaria es el pilar de nuestro sistema de salud y debe ser el primer recurso para los pacientes. Es fundamental que los profesionales traten estas enfermedades con la seriedad que requieren”, ha destacado Herranz. También, ha reconocido que los médicos de este ámbito están altamente capacitados, aunque a menudo trabajan bajo una gran presión asistencial.
“La atención primaria es el pilar de nuestro sistema de salud y debe ser el primer recurso para los pacientes»
Un problema adicional es que muchos pacientes, desmotivados por la falta de respuestas satisfactorias, abandonan el circuito sanitario. Según Llaneza, los farmacéuticos tienen un rol clave en este escenario, ayudando a “reconectar” a los pacientes con el sistema de salud para que reciban una atención integral, que no solo aborde los síntomas físicos, sino que también incluya apoyo psicológico y medidas de adaptación laboral. Por ello, insiste en la necesidad de una mayor coordinación entre las distintas especialidades, como dermatología, psicología y atención primaria.
“Un paciente desesperado es la persona más vulnerable que hay; yo mismo caí en esas promesas falsas de curación”, ha confesado Llaneza. Por esta razón, ha subrayado la importancia de identificar fuentes fiables para saber dónde buscar ayuda, y recomienda acudir siempre a profesionales de confianza cuando surjan dudas.
