Mayte Segura, directora de Comunicación de la Fundación IDIS
A menudo se menciona a Peter Drucker, profesor, tratadista y filósofo austriaco, para rememorar una de sus célebres citas: «No se puede gestionar lo que no se puede medir». Esto es, a menos que se mida algo, no se sabe si está mejorando o empeorando. Y así, haciendo referencia a que “lo que se mide, se gestiona”, comenzaba recientemente la presentación del “Estudio RESA 2024: Indicadores de resultados sanitarios en la sanidad privada”, la directora general de la Fundación IDIS, Marta Villanueva.
La jornada de presentación, que se celebró bajo el título “El poder de los resultados sanitarios” no fue sino una puesta de largo para celebrar a su vez que los datos analizados son buenos o muy buenos en todas las áreas analizadas (accesibilidad, eficiencia, resolución asistencial y calidad), así como en los procesos clínicos estudiados, acercándose a niveles prepandemia. Y siendo una puesta de largo, se entregaron además los Reconocimientos QH (Quality Healthcare) a la calidad, de los que ya son merecedoras 209 organizaciones asistenciales, públicas y privadas.
Pero volvamos a la importancia de medir para mejorar y para gestionar. Y en esa gestión, el sector sanitario privada destaca, según demuestran los datos del Estudio RESA. Comenzando por la accesibilidad a la atención médica como factor de suma importancia para cualquier paciente. Asegurar un acceso oportuno es esencial, y tiene un impacto directo en la calidad de la atención sanitaria recibida. En este aspecto, la sanidad privada sigue mostrando una tendencia decreciente en los tiempos de espera para citación de pruebas de radiodiagnóstico (mamografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas), y mantiene unos tiempos de espera para la realización de pruebas de laboratorio (bioquímica y hematología, microbiología, genética e inmunología) muy bajos.
En la gestión del sector sanitario privado destaca la accesibilidad a la atención médica, registrándose tiempos de espera muy bajos
Con respecto a las consultas externas con un especialista, el informe muestra que los tiempos de espera para citación en dermatología, traumatología, oftalmología, ginecología y obstetricia, neurología y cardiología se sitúan con una media de 14,6 días. El tiempo medio de espera quirúrgico en intervenciones quirúrgicas programadas se sitúa, de media, en 24 días. Y en cuanto al servicio de urgencias, en la sanidad privada, de media, los pacientes esperan alrededor de 7 minutos hasta el triaje y aproximadamente 19 minutos desde que se realiza el triaje hasta que reciben asistencia sanitaria.
En lo que respecta a la eficiencia en la prestación de servicios asistenciales, la sanidad privada continúa con los buenos resultados, como se observa en el caso de la estancia media en hospitalización, que se sitúa por debajo de los 3 días. Al analizar la eficiencia de la sanidad en términos de optimización de la comodidad de los pacientes y de los recursos del hospital, se observa que la estancia media prequirúrgica es de 0,3 días, lo que indica que los pacientes están ingresados el tiempo que es estrictamente necesario. Siguiendo la misma línea, la tasa de ambulatorización es del 53,2 %, lo cual indica que más de la mitad de los procedimientos quirúrgicos no requirieron pernocta hospitalaria.
En cuanto a la eficiencia, RESA recoge datos de estancia media de hospitalización estancia media prequirúrgica y tasa de ambulatorización que reflejan que más de la mitad de procedimientos prequirúrgicos no requirieron pernocta
Y así continúan los datos de resolución asistencial, de calidad y de seguridad, y el análisis de los procesos clínicos, que se pueden consultar en informe completo que está disponible en la página web de la Fundación IDIS.
Como conclusiones del propio Estudio RESA hay que destacar que, tras el análisis exhaustivo de más de 100 indicadores (128 en concreto), se confirma la capacidad de la sanidad privada para mantener niveles de excelencia en áreas clave como las comentadas (accesibilidad, la eficiencia, la resolución asistencial, la calidad y la seguridad), siendo además un socio estratégico para el desarrollo de un sistema de salud integral y eficaz.
Asimismo, los hallazgos reflejan la agilidad e innovación de los hospitales privados, que demuestran una notable capacidad para ajustarse a las cambiantes necesidades de los pacientes: la adopción de nuevas tecnologías para mejorar los resultados asistenciales y la implementación de modalidades de consulta más eficientes, que reducen los tiempos de espera, ejemplifican esta capacidad de adaptación.
El estudio RESA también señala que la adopción de nuevas tecnologías para mejorar los resultados asistenciales y la implementación de modalidades de consulta más eficientes son muestra de la capacidad de adaptación
Según la serie histórica que presenta el informe, se observa además una mejora significativa en los resultados y un incremento en la aportación de datos, lo que configura una representatividad sólida del sector privado.
En resumen, estos resultados ponen de manifiesto que medir sirve para mejorar y para gestionar, en línea con el compromiso que muestra la sanidad privada por la mejora continua y la transparencia, lo que refuerza su papel fundamental en el sistema de salud en su conjunto.